Eijirou Kirishima nunca se había sentido tan egoísta como en ese momento, cuando sus labios bajaban por el cuello de Katuski y las manos del contrario arañaban su espalda.
"Mío... Mío... Mío..."
- 💋 -
💋 ;; kiribaku.
💋 ;; more shipps.
💋 ;; sex...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¿Hablar o no hacerlo? Ese era la gran confusión que tenía.
No sabía descifrar bien el cómo se sentía cuando estaba con Bakugo, pero lo que sí tenía entendido era que no quería perderlo por nada del mundo. Ese rubio podía ser un maldito competitivo, gritón, escandaloso, impulsivo y muchas otras cosas más, pero era su mejor amigo, y tranquilamente podría ponerlo como su persona favorita en todo el mundo (luego de Crimson Riot, claramente). El cariño que le tenía era inigualable y hasta confuso, por lo que alejarlo de su vida era la última opción en su lista.
- Háblalo o no solucionarás una mierda.
Oh, no. No estaba hablando con Katsuki.
Sino con nada más y nada menos con la primera persona conocida que encontró en un paseo por el centro.
- Pero Shinso, por favor, entiende. Esto no es fácil-dijo con una mirada apenada-. Tengo tantas dudas que no me dejan avanzar, como por ejemplo: ¿Y si se lo toma a mal y me aleja?¿O si me rechaza de manera cruel y despiadada?
- ¿De verdad crees que Bakugo alejará a la única persona que le tiene paciencia?-dijo obvio- Será un ser detestable, pero, es inteligente. Además, no podrás arreglar esto a través de telepatía, estúpido.
Kirishima miró el suelo mordiendo su labio inferior. El pelimorado tenía razón, no iba a lograr nada sentado con los brazos cruzados.
- Esto es... Horrible...
- Sí, el amor es una mierda-afirmó el de cansados ojos dándole dos palmadas a la espalda del pelirrojo. Este frunció el deño y levantó la vista.
- ¿Tú has estado enamorado a caso?
Shinso asintió dos veces con su cabeza, desviando su mirada hacia cualquier otra parte- Pero... Digamos que mi caso es diferente.
- ¿Por qué?-insistió curioso.
- Sólo te diré que no llegué a tiempo, y por eso te aconsejo que tú te apures, idiota-fue lo último que dijo antes de empezar a caminar, dejando atrás a su (tal vez) futuro compañero.
- ¡Oh vamos, yo te conté mi historia!-le gritó persiguiéndolo con un pequeño puchero en los labios.
- A diferencia de tí yo no suelo confiar en alguien que me cruzo por casualidad, y con quien sólo interactué un par de veces a lo largo de su vida-remató, siguiendo con su andar.
- Esta bien, no insistiré-cedió el de dentadura puntiaguda-. ¡Pero sí podemos interactuar mucho más en un futuro!
El pálido chico miró con una ceja levantada al animado joven- Esta es una propuesta de amistad muy pobre, ¿sabés?
Eijiro bajó la cabeza, avergonzado. Hitoshi simplemente no pudo hacerse el difícil por mucho tiempo más, por lo que sacó su celular, lo desbloqueó, y luego se lo mostró al contrario.
