Narra Amber
Siento que me balanceo de un lado a otro como si estuviera en un balancín, mi cabeza se siente como si de forma repentina aumentará su peso a unos quince o veinte kilos.
Mis ojos de abren con pesadez mientras apenas logro llevar mi mano a mi frente, siento que el cerebro está por salirse de mi cráneo. Miro alrededor mi oficina tratando de buscar a Leila o algo que me indique que fue lo que pasó hace una hora o menos.
Es como si hubiera pasado por una borrachera sin control. Busco mi móvil para tratar de observar la hora, pero no lo encuentro en ningún lugar.
Leila al fin entra a la oficina y sus tacones resuenan por el suelo haciendo que mis oídos zumben. Espero que al menos me digan que ocurrió.
—. Parece que ya despertaste, creo que el estrés de la junta acabo contigo—sonrie Leila mientras se acerca con un vaso con agua.
—. Gracias… No vendría mal tampoco un martillo para golpearme la cabeza—se queja Amber mientras sujeta su cien.
—. Si es así ahora. No imagino más adelante—menciona Leila mirando a su amiga.
—. ¿De que estás hablando?—pregunta Amber de forma desconcertada.
—. ¿Acaso no recuerdas lo que ocurrió?—habla Leila elevando una ceja.
Fue justo cuando me atropello un tren de carga. Lo poco que aún estaba dentro del vaso de vidrio ya estaba hecho añicos por todo el piso. Me pongo de pie con torpeza como si jamás hubiera caminando en tacones antes y me muevo hasta mi escritorio. Abro una de las gavetas de mi escritorio y saco una botella de vino que llevaba un largo rato allí guardada.
Leila comienza a caminar con calma hacia mi mientras trato de quitarle con desespero el corcho a la botella.
—. Espera, te lastimaras si sigues así.—habla la joven trigueña retirando la botella de sus manos.
—. No… Puede ser… El no debía estar aquí. No debía aparecer de nuevo… No es posible—balbucea la joven sentándose y casi cayendo en la silla de su escritorio.
—. Aveces las cosas no salen como queremos. Pero ¿Eso que importa? Lo realmente importante es por que pasan así. Después de todo, lo que más deseamos termina tocando nuestra puerta si la vida nos lo permite—hablo Leila con tono consolador acariciando el cabello de su amiga.
—. Estuviste leyendo al escritor que te recomendé ¿Verdad?—pregunta Amber hundiendo su cabeza entre sus brazos ocultando el rostro.
—. Puede que un poco.
—. Esto no es un piche drama juvenil. Es la vida real… Y el no debía aparecer aquí—exclama Amber con un grito ahogado.
No puede ser verdad. Mi vida estaba tomando forma… Oh al menos eso intentaba. Pero tiene que llegar el… Y voltearla de cabeza. Hace un año que decidí alejarme. Dejarlo atrás y solamente continuar adelante… Pero ha vuelto.
—. Mira. No tengo la más mínima idea de por qué carajos llegó hoy. Y se que todo esto puede parecer una coincidencia. Pero piénsalo un momento. ¡Estamos en París! Y el estaba literalmente del otro lado del océano. Pero ahora está aquí—exclama Leila llena de energía tratando de animar a su amiga.
—. Leila no. No puede ser así, ya soy una mujer, trabajo y llevo parte de esta compañía. Termine mis estudios y ahora tengo responsabilidades. ¿Acaso crees que puedo simplemente ir y tirarme a sus brazos? Deja de ser tan absurda.—habla Amber molesta limpiando unas pocas lágrimas que se filtran por su rostro.
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Un secreto en Paris
RomanceLa vida de Amber Di Giacomo y Cristóbal Buenavista se convirtió en un evento inesperado el cual desató una gran oleada de emociones nunca antes conocidas por ninguno de ellos, después de vivir las mejores 24 horas de sus vidas estos se ven envueltos...