Capitulo XXIV: Cercanía

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Narra Cristóbal

Son cerca de las 2:50 o más, decidí salir de casa a comprar una cosas para algo que deseo hacerle a Elizabeth en dos días, si me ve salir un día antes o dos de seguro sospechara algo. Aunque Ricardo insistió en llevarme la tía Alina le ordeno que podía tomar el auto que deseara a voluntad sin problema alguno

A pesar de que la propiedad está algo apartada de la ciudad puedo llegar en unos cuantos minutos, decidí estacionarme mientras camino por las calles de la mundialmente conocida ciudad del amor. La verdad más que pensar solo en el amor esta ciudad a ganado mi afecto por miles de factores distintos, ya sea su arquitectura tan única o sus costumbres y calidad humana. Las calles hoy parecen estar bastante concurridas debido a la llegada de la primavera, en Paris la primavera da hincapié a miles de eventos especiales para su gente tanto en gastronomía como en costumbres

Hermosas floristerías de vivos colores y aromas pasan a mi alrededor mientras veo a los parisinos caminar por las calles en múltiples direcciones, me detengo frente a un casa de antigüedades casi de golpe al mirar un hermoso anillo de color negro cromado con un bello rubí adornando su centro, estaba en una pequeña caja de exhibición junto a unos 6 o 7 más de distintos colores y tonalidades, pero en definitiva ese era el que llamo mi atención

Entro a la tienda y una pequeña campaña de acero timbra para anunciar mi llegada al establecimiento, el lugar a pesar de ser lo que era destacaba ser muy espacioso, librerías de madera barnizada y estantes altos adornaban el lugar dándole un toque algo ostentoso, una gran alfombra de color terciopelo y detalles dorados se encontraba en la entrada adornado el suelo de madera blanca semejante al abedul, cuadros de hermosos paisajes y animales silvestres colgados en las paredes unos eran de apariencia victoriana mientras otros mostraban parte del arte japonés

Camine como todo un niño curioso de corta edad mientras mis dedos se deslizaban tanteando cada pequeño detalle de las diferentes formas de arte y belleza que este lugar poseía

-No debe tocar-menciona una joven niña de unos 4 o 5 años de edad

-Hola, disculpa preciosa tendré mis manos en calma-contesta Cristóbal mientras le dedica una mirada de ternura a la pequeña

Esta tenía la piel trigueña y unos hermosos ojos de color miel, su cabello estaba suelto con pequeños bucles en él y tenía una sonrisa encantadora llena de alegría y vestía un lindo vestido color lila

La niña corrió hasta el mostrador donde se encontraba un señor de edad algo avanzada, tenía un cabello canoso pero bastante bien peinado en símbolo de profesionalismo, sus ojos de color castaño reflejaban una gran sabiduría y conocimiento que los años le habían brindado. Iba con un pantalón de color beige y chaleco de mismo tono con una camisa color blanco debajo, un bigote blanco bien alineado adornaba su rostro y llevaba un largo bastón de color negro en una de sus manos

-Bongiorno messer-habla Cristóbal en forma de saludo

-No tiene por qué preocuparse joven, como vio tanto mi nieta como yo manejamos bien el español-habla el caballero mientras se acerca a el

-Muy bien, disculpe mi imprudencia solo que estar en un continente diferente es algo a lo que se debe acostumbrarse-se disculpa Cristóbal estirando su mano en forma de saludo

-Un placer Cristóbal

-El placer es todo mío hijo, puede llamarme Carlo-contesta el caballero

-Y cuénteme, ¿Qué hace un joven como usted en este lugar?-pregunta amablemente el señor mientras se apoya en su bastón

-La verdad algo llamo mi atención, sin embargo ya aquí dentro admito que es bastante fascinante el lugar-exclama Cristóbal mientras mira a su alrededor

-¿Si? Este lugar es algo antiguo, era de mi padre hace muchos años y servía como un pequeño bar-explica el hombre mayor mientras camina con Cristóbal hacia el mostrador

-Impresionante, a de haberle dado varias restauraciones, en cuanto a estructura mayormente

-En muchas ocasiones, este lugar tiene la historia de mi familia a cuestas, un lindo lugar para pasar el tiempo leyendo-menciona el caballero mientras se sienta y aparta un libro del escritorio

-¿Es su familia?-pregunta Cristóbal mientras señala una foto enmarcada en el escritorio

En la foto se mostraba a una mujer de unos 30 años junto a una niña de unos 7 u 8 años de edad, junto a ellos se encontraba un caballero vestido de militar con un típico uniforme francés estos estaba en frente de lo parecía ser el arco del triunfo

-Sí, lo es. Esto es de hace varios años, mi única hija y mi nieta mayor salimos de paseo. Llevaba mi uniforme de la guerra conmigo pues ese era un día patriótico importante para nosotros los franceses-menciona el caballero mientras mira la foto con melancolía

-Mi hija y su esposo fallecieron en un accidente hace dos años, para ese momento ya Laila tenía solo dos años de edad, hací que me hice cargo de mis dos nietas por mi cuenta ayudándolas lo más que pude-exhala el caballero mientras acaricia la foto

-No sabe cuánto la lamento señor-contesta Cristóbal mientras baja la mirada en señal de respeto

-Fue hace un tiempo-menciona mientras pone l foto en su lugar

-Laila está creciendo grande y fuerte, a pesar de su edad es bastante activa y le gusta mucho estar en el negocio familiar. Mientras mi nieta mayor Leila esta en Italia trabajando para un importa empresa junto a su mejor amiga-comenta el caballero mientras mira al joven

-La verdad es un hombre admirable, es un gran gusto conocer a alguien como usted-contesta Cristóbal mientras lo mira

-Muchas gracias joven, ahora con todo respeto ¿podría decirme que fue lo que llamo su atención?-pregunta el caballero con amabilidad

-Ohh, si, los anillos que están en la vidriera junto al ajedrez de cristal

El caballero se puso de pie y con algo de esfuerzo busco la caja con los anillos y la puso frente al joven para que lograra admirarlos de cerca, diferentes piedras preciosas adornaban los 7 anillos que del estuche aterciopelado

-¿Cuál le gusta?

-En definitiva este-habla Cristóbal con seguridad mientras toma el del rubí

-Ese anillo tiene una gran historia, cuando lo trajeron a la tienda mencionaron que le perteneció a una dama de una familia lujosa, que a pesar de ser extrajera se residencio aquí enamorada de un apuesto joven Italiano. La verdad nunca entendí por qué este anillo término aquí, lo trajo un caballero de traje de piel clara y cabello cobrizo-cuenta el anciano mientras mira al joven

-¿Que gran historia poseerás que aún no es contada?-menciona Cristóbal mientras mira con admiración la piedra

-Muy bien joven, lamento decirle que no sé dónde se encuentran los papeles del anillo, tendría que buscarlos y debo cerrar en un momento para llevar a mi nieta a sus clases de francés-explica el caballero de forma educada mientras lo mira

-Lo comprendo ¿podría guardármelo? Prometo pasar por el en lo que va de la semana-pregunta Cristóbal mientras lo mira suplicante

-De seguro joven, será un gusto guardárselo-contesta el caballero

-Mil gracias fue todo un placer-se despide Cristóbal mientras camina a la puerta

Ya en ella gira sobre sus talones y mira nuevamente al caballero con una mirada de admiración

-Discúlpeme, ¿podría darme su nombre?

-Soy el general Carlo Alfonso Benedetti, siempre a su servicio


Un secreto en ParisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora