—¿Recibes a tu pobre madre de forma tan seca?—replicó entre divertida y molesta.
La odiaba tanto... verla solo me recuerda que a pesar de que me tuvo entre sus brazos y me dió un nombre, a pesar de ese cariño que se debió desarrollar al tenerme durante nueve meses en su vientre, no era suficiente para que me mantuviera a su lado...No dudó en abandonar a su carne y sangre, pero aún así esa actitud sarcástica, la acidez de las palabras que hieren sin ser vulgares, la naturalidad al mentir, embaucar, presentar actos que ocultan nuestras sucias verdades...esos aspectos coincidían entre nosotros, como si quisieran recordarme que no importa lo que haga, ella siempre estaría ahí, haciéndome saber que soy hijo.
—¿Que quieres Andras? No entiendo que ganas provocando todo esto...—repliqué molesto, con una pregunta todavía atascada que no pude evitar soltar.—No entiendo que obtienes apareciendo de repente delante del hijo que abandonaste y poniendo su vida patas arriba...Nunca me amaste lo suficiente para luchar por mi cariño así que ten al menos la desencia de responderme ¿Que quieres sacar de todo este caos?
—Tristan...eso que dices de abandonarte...no estaba en mis planes...—Andras acarició mi mejilla con las llemas de sus dedos.—Eres mi carne y mi sangre y te amé los nueve meses que te lleve en el vientre, pero me temo que puros demonios como yo, que nacemos del dolor y el resentimiento, no estamos hechos para amar...
Hermosa excusa para un hijo que nunca conoció el abrazo de su madre...Era desagradable oír mentiras tan vanas, me hacía más daño que cualquier otra cosa.
De un manotazo aparté su mano.
—¿Nacer del dolor y el resentimiento? No me haga reír madre, no tiene forma de explicar tantas faltas.
—...Veo que heredaste mi lengua afilada...—Andras sonrió con tristeza.—Me creas o no Tristan, te quiero, pero supongo que no creerás las explicaciones de tu negligente madre...
No te pediré que me perdones, pero recuerda, la sangre nos une Tristan, al final vas a ayudarme y lo sabes. Por eso estoy aquí...Por un momento demasiado fugaz, podría haber jurado ver arrepentimiento y miseria en el rostro de mi madre...
______________________________POV Andras
No recuerdo como ni porque, pero lo cierto es que nací unos siglos después que Lucifer tomara control sobre el infierno.
Los primeros demonios puros estamos formados per energías negativas, nunca fui una bebé o una niña, mi yo más joven aparentaba tener al menos la edad de los compañeros de escuela de mi hijo.
Nací débil, pero era ambiciosa y astuta, sabía que hacer para tentar a la humanidad, sembrar discordia era mi especialidad, los pescados derivados del caos que dejaba a mi paso me alimentaban...Hasta que un día, cuando mi poder se asemejaba a la de los príncipes del inframundo, Lucifer bajo de su trono y me dió un título a mí, un demonio que nunca fue ángel.
A partir de ese día fui Andras, el demonio de la discordia, y también tuve el honor de convertirme en la secretaria de Lucifer.
Cada día, veía a más y más humanos caer en el inframundo, todos habían pecado, pero extrañamente Lucifer no los trataba a todos por igual.
Había gente que había cometido pecados detestables, pero según sus motivos, Lucifer podría ser magnánimo...o por el contrario, podría ser la mayor pesadilla que alguien pudiera experimentar.Yo era curiosa, demasiado para mí propio bien, hasta el punto que sería más correcto decir metiche, por lo que me atreví a preguntar.
—¿Por qué es tan parcial majestad? Todos estos humanos son culpables de algo.
Recuerdo a Lucifer mirarme con sus profundos ojos en ese entonces vacíos. En ese tiempo su cabello todavía era rubio cual oro y no había un solo cabello blanco, recordando su pasado como querubín, me gustaría ver la cara de su novia si supiera que los cabellos plateados son canas en realidad.
—Andras, te haré una pregunta y responde con sinceridad.—dijo mientras me daba una mueca burlona y me miraba por encima del hombro antes de comenzar a leer los documentos que tenía entre las manos.—Hay dos asesinos, uno es un maltrarador que golpeó a su esposa hasta matarla y abusó sexualmente de su hijastra de doce años, quien murió de una hemorragia vaginal al poco tiempo, el otro es un hombre pobre con una madre ciega, tenía una deuda acumulada, pero le dieron la oportunidad de pagar su deuda por él y darle una pequeña fortuna, suficiente para que su madre y él vivieran bien por el resto de sus días, a cambio debía asesinar los dueños de un burdel a las afueras de la ciudad. Ambos vivieron bien después de cometer sus respectivos crímenes, hasta que terminaron en el infierno.
¿Tratarías a los dos de la misma forma?Siempre me caractericé por decir verdades a medias, lo suficientemente para que se supiera que no estoy mintiendo pero también para que sientan que algo falta. Sin embargo, aquella vez fui totalmente sincera.
—Ambos son culpables majestad, no importa como lo mire, el segundo podría haber buscado otro método para saldar la deuda.—dije tajante, sin intenciones de retractarme.
—Me temo que no coincidimos en ese caso secretaria, los seres humanos son constantemente tentados a pecar, pero los motivos de sus errores son hechos que dios no mira y sin embargo deberían ser analizados.—dijo tranquilamente mientras comunicaba su decepción.—El primero era una basura, de hecho en estos momentos deben de estarlo golpeando y sodomizando, luego lo colgarán para que las aves coman lo que quede de su cuerpo, y así hasta que su tiempo en el infierno expire tenga que reencarnar. Pero el segundo, decidí que recibiría a las almas en pena en el puente del inframundo, tanto su deuda como los medios para pagarla fueron por motivos puros y no egoístas, el amor hacia su madre ciega lo hicieron mover sus fichas y tomar la desición e incluso solo mató a escorias que vendían el cuerpo de mujeres jóvenes, si yo fuera dios no hubiera dudado en abrirle las puertas del cielo.
Fruncí el ceño, puedo recordar vívidamente como tildé de débil a Lucifer y me ví obligada de salir de la habitación.
Pero con el tiempo... Ví aparecer a cada vez más almas, comprendí las palabras de Lucifer, y comencé a aborrecer mi existencia.
Comencé a aborrecerme porque yo no fui fruto de la unión de nadie, nunca tuve la oportunidad de depender de nadie, no pude tener amigos o tomar elecciones que forjaran mi futuro...
Y con el tiempo, mi odio hacia mi misma se extendió a toda mi raza.
Éramos monstruos sin oportunidad de redención, todos y cada uno, alimentándonos de todo lo que es oscuro.Comprendí, mi único deseo era ser humana, y para lograrlo, estaba dispuesta a acabar con mi gente...
ESTÁS LEYENDO
Lady Janice Reescribirá la Historia
DiversosMi nombre es,o mejor dicho,era Elena García.Antes de morir acompañé a mi mejor amiga a elegir su vestido de novia,antes de irme tomo mis manos y dijo: "Espero que así como yo, encuentres el camino hacia tu propia felicidad" No comprendí lo que quer...