Depender

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Continuamos con el POV Andras, después de este capítulo se reanuda la historia con el POV Stella.
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   Pasaron días, los días se convirtieron en meses, los meses en años y así hasta que el momento de mi rebelión en contra del único señor del averno se efectuaría.

Recuerdo como me miré en el espejo, en ese entonces siempre vestiría ropa negra de hombre y taparía mi cara con una metálica, pero esos días se habían acabado.
  Por primera vez me desprendí de aquellas prendas que ocultaban mi encanto seductor y mis curvas de mujer, reemplazándolas con un vestido blanco sin tirantes y una capa del mismo color con detalles de encaje.

   Andras de la discordia, una marimacho sin remedio, era de hecho alguien que robaba miradas.

Lucifer estaba en el mundo humano, era una putada que el pudiera romper las reglas que se creían inquebrantables, pero tenía ventaja por eso.
   Me dejó a cargo de las almas en pena que serían condusidas a sus castigos eternos o casi eternos, desde violadores hasta asesinos en serie, eran escorias peligrosas.

  Y yo...yo las dejé libres vagando por el inframundo.
  Ignoré mi responsabilidad, incluso les mostré el camino al río de la reencarnación, sabía que esas almas al caer volverían a nacer, al no haber cumplido sus cuentas pendientes o pagado por sus pecados volverían con sus recuerdos y sembrarían caos...

La tasa de natalidad de los demonios aumentaría, los ángeles se movilizarían y Dios seguramente ponga a nuestra raza en situaciones cada vez más difíciles, la raza demonio tendría días oscuros...
 
—Lo siento majestad, pero usted fue el único culpable de la expiación de mi lealtad...—dije para mí misma recordando lo que iba a ser a continuación.

   Necesitaba volver a nacer, pero los demonios, como seres inmortales que somos, no podemos morir totalmente, siempre que existan emociones negativas en el mundo nuestros cuerpos demoníacos volverían a estar intactos.
   En cuanto al raro caso de que intencional o accidentalmente reencarnáramos, sería porque habíamos sido sellados y eventualmente ese sello se rompería, volvería a estar exactamente en la misma situación.

Por eso la transmigración era la mejor opción, si mi alma se desprendía de mi cuerpo, podría ingresar a un recipiente humano.
  
Los cuerpos de los demonios no pueden atravesar el portal del inframundo al mundo mortal, a un demonio débil le tomaría décadas, incluso siglos, recuperarse, por no hablar de que el alma inestable sin recipiente vagaría por el averno.
  Sin embargo, era lo suficientemente poderosa para atravesarlo, mi cuerpo se destruiría pero al cruzar al mundo humano encontraría algún cuerpo mortal al que ingresar.

"Casualmente" Asmodeo, un ninfómano sin remedio, había sido castigado por Lucifer por algo relacionado con dos hombres, una mujer y unos pepinillos en la sala del trono.

   Estaba cuidando la puerta al mundo mortal.

  Mi mágia ofensiva física no era la mejor, pero las habilidades mentales era mi fuerte, incluso podía camuflar mi aura mágica, podría pasar por un súcubo.

Como era de esperar, Asmodeo aún así tenía condiciones decentes, cuatro paredes de piedra eran mejor que nada.

  Y cuando entré y lo tuve delante...

—¿Que se le ofrece, mi be..

  Dejé caer la capa de encaje y el vestido de tirantes, no tenía bragas, quedando totalmente desnuda...

—Un placer verle, alteza ¿Podría yo tener el honor de acompañarlo~?—pregunté coquetamente arrastrando la última palabra.

Asmodeo tragó saliva, recordando las consecuencias de ofender a su hermano.

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⏰ Última actualización: Mar 05, 2021 ⏰

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Lady Janice Reescribirá la HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora