En secreto

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Hace tiempo que el sol brilla y la luna se esclarece de su luz, pero para llegar lograr a este balance entre el dia y la noche se debió sacrificar almas para que los demas consiguieran sobrevivir, pues mi querido lector futurista, antes de que pudieras ver esa resplandeciente y natural mañana del que ignoras todos los dias, no se tenia ese privilegio años atrás, las tierras pedian por un pequeño rayo de esperanza solar atravesara para dar vida, años atrás, cuando el sol se apagó. Debieron hacerse incontables sacrificios de vidas inocentes, sobre todo la raza peculiar y arrogante de los luminosos, seres de la luz que dicen llamarse descendientes del sol; para ese entonces, el sol era muy distinto al que ves hoy en tu ventana, era plateado y en sus bordes dorados, era muy brillante hasta que la luna tomó su lugar.
No tuve el placer de presenciar el acto descomunal y monstruosamente majestuoso como el destronamiento de una Dinastia Solar, aquel eclipse sería el último. Los antiguos libros narran que luego de la transición, el sol desapareció al paso de la radiante luna la cuál se la describía, no del tono blanco que hoy conocemos, sino más bien de un brillante rojo que inquietó a la Nación de la Luz. La luna roja que más tarde tomarían a los habitantes nocturnos como emblema, estandarte y bandera de guerra, fue entonces su poder más fuerte que el de los luminosos por la influencia poderosa de una vil y bella Luna sangrienta.
Aquí en estas tierras donde había Oscuridad o Luz, pero ahora solo Oscuridad:

-Te lo digo como hermano y amigo, Keren.

Lo observé y negué con la cabeza continuamente.

-Yo me equivoqué, Yael-dije en defensa.

-Por favor, Keren. No quiero que te vayas de la hermandad por él.

Mi confusión se extendió viendo sus ojos amielados brillantes a punto de salir líquido contenido.

-No es como pensás, no lo quiero de esa manera.

-Sé que no sentís nada por él, pero no te dejes seducir, él no recibe ayuda de nadie...la rechaza, rechaza a todos.

-No a mí, no lo hizo antes ni ahora.

-Porque quiere sacarte de aquí, vaya saber que quiere hacer o que logra con sacarte, no te dejes seducir porque nuestro enemigo vió que aún estás viva y que te has vuelto un poco más firme...de verdad, Keren... Te quiero mucho como un amigo, no me dejes verte morir.

Me acerqué hacia él y tomé su mano con sutil fuerza para calmar su ansiedad.
Él cerró sus ojos e inclinó su cabeza hacia el suelo.

-No voy a irme. Estoy contigo y mis hermanos, incluso una sola planta necesita de otra o iría a marchitarse pronto.

-Si sabes eso entonces ¿Porqué estás con él? ¿Que opinan los directivos al respecto?-se vió precipitado a saber las respuestas.

-Fui a ellos antes que supieras, opinaron lo mismo pero luego me dieron libertad con prudencia.

Él se sentó en la silla de la sala y dirigió la vista lejos de la mía, conteniendo o buscando qué decir que ya no haya dicho.

-No seas ingenua, él no está con nosotros porque no le interesa nada de esto, ni tampoco sabe lo que es la hermandad. Aunque seas la excepción para él, con los demás él no es bueno.

-Solo escucho injusticias.

Se levantó rápido al ver que yo estaba a punto de enojarme con él, como si pudiera evitar algún catástrofe.

-Decime, Yael. Si es que podés contestar, ¿Que harías si yo fuera como él, y sólo quisiera hablar con vos? ¿Vas a ceder?

-Es diferente...es difícil que seas mala hasta con los malos.

Respiré profundo y solté

-Muchas personas que conocí ahora me son desconocidos, cambiaron, ¿Que te hace estar seguro que yo o vos no cambiemos?

Última EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora