Encuentro en el elevador

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Seguía en esa posición de redención, esperando a que no me notara, bueno, era obvio que ya me había notado, pero prefería que se quedara solo en eso a que prefiriera entablar una conversación, prefería quedarme todo el día con la cabeza agachada a conversar con la única persona en este mundo que me aterra su presencia, que su mera cercanía era la suficiente razón para ponerme tenso y hacerme temblar de pies a cabeza sin si quiera haber pronunciado una sola palabra.

Por todo lo que estaba sintiendo en ese momento, se me olvidó por completo que estaba en un elevador, no esperaba que de repente el suelo y las paredes se movieran todas al mismo tiempo y de manera tan sorpresiva, sentía como todos mis temblores formaron un gran tambaleo al momento de sentir el movimiento de la cabina y por la sorpresa que me causó el sentir como nos empezábamos a mover, suelto involuntariamente un pequeño grito, o al menos eso pensaba, mi respiración estaba tan agitada que ni si quiera eso pude hacer, había sonado más como un pequeño chillido saliendo de mi boca, no podía creerlo, era completamente vergonzoso, no sabía cómo hacer para que eso no le llamara la atención ni un poco, era obvio que ella reaccionaría de alguna manera.

Rápido me cubrí la boca con una mano, simplemente me arrepentía totalmente de haber sonado así, miraba hacia el suelo, no podía alzar la vista ni un poco, ni para ver su reacción, estaba demasiado asustado. Solo serré los ojos con fuerza, apretando los puños y labios con tanta fuerza que me provocaba el miedo que sentía, esperaba a que me regañara, a que soltara en mi cara lo patético que soy y lo poco que merezco estar en esta compañía. Estábamos subiendo y para mí, todo iba demasiado lento, yo solo quería que ya se detuviera en mi piso y poder bajarme de una vez por todas y esperar a no volver a encontrarme en una de estas aterradoras situaciones.

Luego de unos segundos, me percato de que al parecer no me pasó nada, sigo vivo, sé que es algo exagerado, pero ¡SIGO VIVO!, no podía asimilar todo lo que pasaba, al parecer ella le importó un comino lo que pasara, no había hecho nada al respecto, no me explicaba por qué a ella no le importara mi existencia, pero me agradaba un poco el que no me notara, o al menos no me haya dicho nada. Sentía mis mejillas ardiendo, era evidente un tono rojo sobresaltar en mi rostro, sabía que estaba totalmente rojo por la temperatura de mis mejillas y por los rápidos latidos de mi corazón, por lo que rápido trato de calmar mi respiración para poder tranquilizar también mis latidos y así poder quitar el color rojo de mi rostro, sabía que sería algo tedioso y tal vez hasta tardado por su presencia, pero aún así no me gustaba que me vieran así, en ese tono de piel tan ruborizado, era tan vergonzoso, sería la burla de todo el edificio si alguien me viera así.

Volteo a verla de reojo, podía quedarme con la duda de que al menos me haya volteado a ver, alzo la mirada para encontrarme con ella, no me miraba, solo veía la puerta de metal del elevador, estaba tan asustado de que su mirada se encontrara con la mía, no sabría que hacer, de seguro me desmayaría al instante en el que nuestros ojos se crucen y ella empiece a hablar, pero si la suerte me va como siempre, de seguro no pasaría eso y tendría que enfrentarme a ella, cara a cara, mientras yo aterrado le miraba a los ojos y ella esperaba una respuesta, ni si quiera sabía como reaccionaría ella, pero no creo que bien, se nota en su postura, se ve tan imponente, tan decidida, determinada, firme, recta, hermosa, espera, ¡¿hermosa?!. Me despabilo un poco para aclarar todos mis pensamientos, sin darme cuenta había pasado más de unos segundos viéndole la nuca, pensando tantas cosas creo que el paso del tiempo se distorsiona demasiado, solo vuelvo a mirar el suelo, esperando no se de cuenta de que la estaba observando por tanto tiempo como un lunático, no quería que pensara que estoy loco, sería mi ruina, no sabría qué hacer, volvería a conseguir otro trabajo supongo, pero no sería lo mismo, ya tenía mi rutina acoplada a mi horario de trabajo, sería totalmente tedioso volver a tomar decisiones por mi cuenta de que hacer con cada parte de mi tiempo, que hacer si tenía tiempo libre, que hacer si cada cosa se presenta, ahora tenía todo bien planeado, sería totalmente catastrófico si me llegaran a despedir.

Emm...a-así soy yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora