El menor sintió la mano de su acompañante llegar a su cintura y aunque se sonrojó un poco, casi al instante lo ignoró, impaciente por comer al fin, al notar que la fémina empezaba a abrir la bolsa y separar ambos paquetes de comida, mientras solamente esperaba, no quería notarse desesperado, por lo que solamente esperó pacientemente hasta que abriera los paquetes y recibir la indicación o el comentario de que podía comer, aunque ya se le estaba haciendo agua la boca, aunque trataba de disimular un poco, podía sentir su estómago gruñir un poco.
Mientras ella abría y ordenaba cada pequeña cosa donde debería ir, él solamente esperaba paciente e impacientemente por probar lo que sea que estuviera dentro de aquellos contenedores, fuera lo que fuera, estaba cada vez más impaciente mientras su compañera al haber notado esto ya hace rato, estaba haciendo cosas innecesarias, esperando a que pidiera la comida o sucediera algo, cualquier pequeño acto de rebeldía que pudiera tener para que fuera la excusa perfecta para castigarlo o asustarlo con una amenaza de que lo haría, pero nada, no sucedió nada, el pequeño hambriento resistió más de lo que esperaba, su paciencia se agotó y simplemente los abrió sin más.
Al abrir ambos contenedores de comida, reveló dos hamburguesas con papas, una en cada una, y a pesar de ser hamburguesa, se notaba que eran mucho más saludables que las promedio, desprendiendo a la vez un aroma hipnotizante para el pequeño, el cual respiró en grandes cantidades mientras la impaciencia se apoderaba de él, pero estaba tan acostumbrado a solo actuar cuando alguien se lo ordena, que no movió sus manos para tomarla hasta que se lo dijera, pero al no saberlo, la chica solamente empezó a comer con tranquilidad con una sola mano, mientras que con la otra sostenía la cintura del hambriento pequeño sobre sus piernas que por dentro rogaba por comer, pero por fuera solamente se le hacía agua la boca al ver comer tan tranquilamente a la chica frente a él.
–¿Qué sucede? ¿por qué no comes?– Pregunta ella con la hamburguesa en la mano todavía, confundida por la actitud del pequeño.
–¿P-puedo?– Pregunta sin dejar de lado su actitud temerosa y su tartamudeo al hablar.
–Claro que puedes, por algo pedí dos de las hamburguesas más ricas y saludables de la ciudad, para almorzar juntos– Dice amistosa, pero no le ayuda mucho el tono de su voz, ya que parecía forzado aunque no fuera así, cuando se acostumbre a él y le tenga más cariño de seguro desaparecerá, pero mientras tanto solamente quedaba aceptar lo que había –Anda, come– Dice sonriendo, antes de dar otra mordida a la hamburguesa en su mano.
Él pudo percibir en ella una actitud amistosa, fuera o no fingida, no reconocía muy bien cuando las personas fingían, ya que las dos personas con las que más compartía tiempo, combinaban la honestidad sentimental con el fingir emociones que en realidad no sienten, pero todo esto lo creía, por lo que no aprendió a distinguir cuando alguien fingía y todavía tenía esa mentalidad infantil de que todo lo que las personas expresaban era real, que cualquier sonrisa significaba alegría y cada ceño fruncido significaba enojo, por lo que solamente se alegró por la actitud amistosa que el expresaban y después de la aprobación, tomó la hamburguesa con las dos manos y le dio un gran mordisco, haciendo justicia al hambre que tenía, pudo saborearla y mientras retenía lo que había comido dentro de su boca, pudo sentir cada pequeño ingrediente dentro de aquel gran mordisco, sus ojos casi se ponían llorosos por lo delicioso que le parecía, aunque en este momento podría parecerle delicioso por el hambre que tenía, masticó con una satisfacción que nunca antes había sentido, haciendo un pequeño sonido de placer que se podría confundir fácilmente, pero solamente estaba disfrutando de la deliciosa comida que en ese momento deleitaba sus papilas gustativas.
–Mh~ mmh~ mhh~ ¡mh!~– Era lo único que podía salir de la boca del muchacho mientras mascaba aquel manjar entre sus mejillas, la chica se sonrojó al escuchar aquellos sonidos, claramente malinterpretándolos y relacionando aquellos sonidos con otro ámbito, claro que este sonrojo no era de vergüenza o timidez, sino que este era de deseo y lujuria, imaginándose a ese pequeñín en aquel contexto que tanto indicaban los sonidos que emitía, a pesar de que el inocente pequeño no sabía ni si quiera con qué otra cosa podrían relacionar sus sonidos, pero después de todo no notó el leve color rojo en las mejillas de la chica, ya que este mascaba y hacía esos ruidos con los ojos cerrados, agudizando así el sentido del gusto, para saborear mejor aquel manjar que en su lengua reposaba.
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Emm...a-así soy yo
RomancePensé en cambiar aquella creencia en la que en una relación, el chico tiene que comportarse dominante y actuar como figura de autoridad mientras que la chica tiene que ser la obediente y enamorada. Invertiré estos roles, para hacer notar que esto no...