Lindo día

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La chica despierta suavemente y siente el peso del chico encima de ella, no era incómodo ni molesto, de hecho era reconfortante para ella, le mira dormir con una sonrisa antes de acariciar su cabello con suavidad.

Segundos después, la chica se percata de la pequeña sonrisa que se asoma por el rostro del menor, solo por sentir su tacto, este se alegraba y se acurrucaba suavemente todavía más sobre la chica. Los brazos del chico rodeaban suavemente el cuerpo de la mayor, al igual que sus dos piernas, abrazándole suavemente cual bebé koala trepado en el lomo de su madre.

Su mano se detiene y voltea al reloj que se encontraba sobre el tocador, notó que era temprano, por lo que simplemente tomó de nuevo al chico en sus hombros antes de moverse suave y lentamente sobre la cama, intentando no despertarle. Le deja recostado a su lado, justo en medio de la cama, lo acomoda suavemente y al ver cómo el pequeño se acomoda suavemente, le cubre con la cobija. Acaricia suavemente su cabeza y deja un pequeño beso en su frente, se nota una suave sonrisa en su rostro y deja su cabeza sobre una almohada, mientras que la otra almohada la pone en sus brazos para que el pequeño la abrace suave con aquella dulce sonrisa.

Sonríe suave al verle dormir de aquella manera tan tierna, para luego de revolver suavemente su cabello, sale lenta y suavemente de la habitación, llega a su cocina y empieza a cocinar un pequeño desayuno para ella y su pequeño.

Pasa el tiempo y el chico se acomoda de nuevo en la cama, pero en esto, despierta suavemente de su sueño. Aguarda unos segundos sentado sobre la cama mientras frota sus ojitos y al tiempo va a la orilla de la cama, donde encuentra unas pantuflas color azul, se las pone antes de levantarse de la cama y lentamente caminar con los ojos entrecerrados por la casa ajena.

Poco tiempo camina hasta que encuentra un suave olor rondando por el pasillo. Siguiéndolo, se encuentra con la cocina, en la que estaba la chica, quien en su cocina inteligente, preparaba un desayuno para ambos, mientras el chico solo le miraba un tanto abobado y en completo silencio, pero con una suave sonrisa adornando su rostro.

La chica nota la presencia y voltea a ver al chico, quien seguía con rostro cansado, pero sonriente ante la mirada de la chica, mientras que esta se acercaba alegre y enternecida para abrazarle fuertemente, flexionando un poco sus piernas antes de levantarlo suavemente, cargándole cual muñeco. Casi al instante, el chico rodearía la cintura ajena con sus piernas y pasaría sus brazos sobre los hombros de la chica y se acurrucaría entre su propio brazo y la suave mejilla ajena.

-¿Qué tal durmió el chico más lindo del mundo?

Dijo la chica mientras le abrazaba suavemente, un tanto más fuerte ahora. Mientras que el chico únicamente pudo sonrojarse un poco ante sus palabras, antes de soltar una pequeña risita un tanto tímida y acurrucarse suavemente en ese pequeño espacio cual conejo, todavía adormilado.

-Parece que bien.

Comentó la chica, mientras sonreía y acariciaba suavemente la cabellera del chico en sus brazos, mientras que el chico, al sentir aquella bella sensación de nuevo, se dejó acariciar mientras respiraba cada vez más tranquilo. Con él todavía en sus brazos y sin detener las caricias, la chica camina hacia la estufa de nuevo, mientras arrullaba suavemente al chico, antes de seguir presionando ciertos botones en una tableta táctil, mientras la misma cocina hacía el desayuno.

Pocos minutos tarda la cocina en preparar el desayuno y servirlo en la barra, la chica toma los platos con sus manos y a pesar de esto, nota que el chico no se suelta de ella, sonríe enternecida y deja los platos en la mesa. Se sienta con el chico todavía rodeando sus caderas y comería un poco de uno de los platos, mientras él solo seguiría acurrucado en ella, sonriendo suavemente, con los ojos cerrados, pero sin dormir.

Al terminar su desayuno, ella mira sonriendo las suaves mejillas del chico, volviendo a acariciar y rascar su cabello, este reacciona alzando su cabeza, ya que ella empezaba a alejar su mano y se detendría cuando estuvieran frente a frente, en ese momento, abre sus ojos y sonríe suavemente.

-Buenos días

Dice el chico con voz medio cortada al estar recién despierto, mientras que intentaba despertar por completo, y aunque la chica se enternecía cada vez más y más con las actitudes y expresiones del chico, intentaba ocultar sus risas. Pero al escuchar las palabras del chico, no pudo resistirse a besar suavemente su mejilla y contestarle con voz cálida.

-Buenos días, cariño. ¿Quieres desayunar?

Dice sonriente, mientras le señalaba con la mirada el plato sobre la mesa, el chico voltea y asiente levemente, sentándose sobre los muslos de la chica, pero dándole la espalda, un tanto adormilado todavía, antes de abrir la boca, cerrando sus ojos sin dormir, únicamente descansando la mirada.

La chica suelta una pequeña expresión de ternura y, con comida en la cuchara, la acerca a él, dejándola dentro de su boca. En respuesta, el chico cierra la boca y la chica saca la cuchara, dejando dentro la comida, al saborear aquello, suelta un pequeño gemido de placer por el sabor del desayuno.

La chica le mira enternecida por su reacción, sonriendo como casi nadie en su vida cotidiana la puede ver y al parecer nadie podrá recordar, ya que el chico estaba todavía demasiado cansado como para recordarlo posteriormente.

Bastante tiempo duran ambos de aquella forma, mientras que la chica le daba de comer al chico, él despierta poco a poco de su suave y lindo cansancio atontado.

Al terminar de comer, el chico sigue "descansando sus ojos" mientras la chica lo admira con ternura en su mirada, este solamente puede sonreír suavemente al sentir aquel afectivo trato de parte de aquella chica. Ella lo abraza con cariño y este solo se acurruca en aquel cálido y lindo abrazo, mientras que seguía vagando en sus pensamientos somnolientos que le quitaban gran parte de su timidez habitual, haciéndolo un poco mejor para la chica.

Un suave estiramiento y un largo bostezo anticipó el "despertar completo" del chico, por lo que la chica dejó que pasara, no sin antes dejarlo de nuevo en la silla de al lado, sabiendo que podría ser demasiado sorpresivo para él si despertara en aquella posición. En efecto, el pequeño despierta, sonriéndole a su compañera, un tanto tímido y sonrojado, mientras intentaba no mirar sus ojos, gracias a su imponente puesto y personalidad, pero no pudo contenerse de soltar unas palabras.

-Lindo día

Emm...a-así soy yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora