como piezas de rompecabezas

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[Lauren]

Para suerte mía, Halsey ya no había regresado hasta a mi con Matthew, pero aún así los cuidaba desde el mismo lugar en el que estuve casi toda la fiesta.

Después del incómodo momento en el que la Camila se acercó demaciado a mi no volvimos a hablar. No me gustaba hablar con nadie fuera de mi circulo o de nuestros clientes, no necesitaba darles a las personas un problema mas al tenerme a su lado y aún menos a esa chica Camila que me hacía sentir cosas raras, pero necesitaba su ayuda en este momento.

Faltaban veinticinco minutos para tener que darle la pastilla a Matthew, pero  necesitaba distraerlo y que mejor manera de distraer a un imbécil como el que con dos chicas bailando atrevidamente entre sí. Para eso necesitaba la ayuda de Camila, pues yo no tenía amigos en la universidad, mas que Zayn y Ty, y Halsey tendría que estar atenta para que cuándo yo echara la pastilla en el vaso de Matthew ella le hiciera beber de el y de inmediato llevarlo afuera.

Bien podría bailar con cualquier otra chica de la fiesta, pero me eran insoportables todas y por alguna maldita extraña razón Camila no. Pero como haría que bailara conmigo de manera provocativa si hace pocos minutos la traté mal.

Recorrí con la mirada toda la fiesta como si eso me fuese a dar una solución y increíblemente me la dio.

Mi vista se había detenido en una pareja cerca de la piscina besándose de una manera realmente asquerosa, y aunque odiaba ese tipo de malditas escenas, en este momento agradecía ver una. Había reconocido al chico que besaba con fervor a la chica, era el novio de Camila.

Me giré a ver a Camila sin decir nada, casi de inmediato se giró a verme.

—¿Ahora soy yo la que tiene algo en la cara?— preguntó con el ceño fruncido

—De echo si, son como un par de cuernos que salen de tu frente— quise soltar una carcajada al ver su cara de confusión pero era momento de ser seria

—¿Qué?—

—Ese de ahí es tu novio ¿no?— le señalé el lugar en dónde su estúpido novio seguía besando a la chica. Era difícil descifrar si el chico quería besarla o quería tragarse su cabeza.

Miré  a Camila y sus ojitos estaban rojos, no salía ni una sola lágrima pero su semblante estaba triste.

¿Por qué si nunca había sentido ningún tipo de sentimiento afectivo por los demás, por qué con ella tenía que ser diferente? ¿Por qué me dieron ganas de ir a golpear al imbécil de su novio por engañarla? ¿Por qué quise pedirle a Camila que no llorara por un imbécil?

Tal vez era por lástima, si, debía ser eso.

Dejé de cuestionarme y pensé que este era el mejor momento para pedirle que bailara conmigo.

—Ven, vamos a afuera— dije derrepente. La tomé de la mano y la llevé hasta dónde estaban mis amigos y la chica con la que Camila había llegado.

La llevé con los chicos por que ellos no dejarían que Camila se fuera sin haberla conocido antes.

Zayn, Ty y Halsey eran diferentes a mi, a ellos les gustaba conocer a gente nueva, y si veían que no era del tipo niño o niña pija que le gusta humillar a los demás por su dinero se acercaban a conocerlo o conocerla mas a fondo, de eso ya dependía si se hacían amigos.

—Lauren, ni siquiera te caigo bien, no quiero estar aquí y tengo que pedir un uber para irme a mi casa, así que si eres tan amable de soltarme te lo…— me dijo deteniendose a medio camino, la interrumpi

—Yo te llevo a tu casa pero necesito que bailes conmigo y mis amigos— al llegar con mis amigos me escapé antes de que pudiera reclamarme y fui por unas botellas de vodka adentro.

Todos estaban bebiendo y drogandose como si su vida dependiera de eso. A mi en lo personal no me importaba, pues la droga se la vendiamos nosotros, y si querían drogarse hasta morir me importaba una mierda, con que no lo hicieran en casa de Zayn, todo bien.

Regresé a dónde los chicos

—¿Como que estan todos muy sobrios no creen?— dije gritando eufórica mientras me acercaba a los chicos, dejé las botellas en el piso quedándome solo con una y comencé a empinarles la botella de vodka para que bebieran.  Dejé a Camila para el final

—No, Lauren, no quiero— se negó cuando me acerqué a ella con ma botella

—El vodka es bueno para el mal de amores, y tu estas seriamente lastimada y dolida por los cuernos que te crecen en la frente— dije acercandome de nuevo mientras los chicos la animaban entre gritos eufóricos a que bebiera

No había visto a Camila beber cuando estuvimos adentro y no aceptaría bailar conmigo si no bebía un poco para relajarse y dejarse llevar

—Yo nunca dije que estaba dolid…— se quedó en silencio cuando la tomé por la cintura con mas delicadeza de la que quise y la acerqué a mi cuerpo. Los chicos seguían animando, escuché a Zayn y a la amiga de Camila animar también a que la besara.

La tomé de la barbilla con tanta sutileza que me asuste. Sentía que mi cuerpo estaba actuando por si solo, no quería ser delicada con ella, solo quería obligarla a beber pero mis acciones eran contrarias a lo que pensaba. A mi cuerpo parecía importarle una mierda lo que mi cabeza le ordenara.

Pasé mi pulgar con la delicadeza de una pluma sobre su labio inferior, ella al contacto abrió ligeramente la boca.

No se si mis amigos se habían callado o es que estaba tan concentrada en lo suaves que era sus labios que deje de escuchar todo a mi alrededor. Tragué grueso al ver sus mirada posada en mis labios y mi corazón se aceleraro como el de un drogadicto después de varias líneas de coca.

Sin separarme de ella giré mi rostro y dirigí la botella de vodka a mis labios, bebí un gran y largo trago sin soltarla de la cintura, enseguida acerqué la botella a los de ella y sin reproche alguno bebió, el vodka era de tamarindo así que pasaba sin molestia.

Aleje la botella de sus labios y acerqué mi rostro al suyo, su respiración era pesada al igual que la mía. Miré sus labios por última vez y la besé. Ella sin imponerse, correspondió mi beso.

Nos besabamos con delicadeza, sus labios encajaban con los míos como dos piezas de rompecabezas, en una sincronización perfecta nuestras lenguas se encontraron  fundiendose entre si dejándonos sentir el dulce sabor del licor. Dejé pequeñas y delicadas mordidas en sus labios, al separarme deje un último y corto beso en sus labios.

Sin alejarme de ella bebí otro poco de vodka y me acerqué de nuevo a sus labios, esta vez sin besarla.

—En tu boca sabe mejor— dije mientras rozaba mis labios sobre los suyos

Cold gazeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora