insaciable

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Pérdida en el delirante sabor que emergen nuestros labios al unirlos en una perfecta sintonía, logra poco a poco, sin hacer mucho ruido, despertar mis sentidos.

Nos separamos unos segundos y nos miramos a los ojos. Mis ojos se perdieron en su alma reflejada en su mirada. No sabía si estaba soñando o me encontraba muerta. Pero me sentía bien, en sueño o en muerte, mientras ella estuviera, siempre me sentiría bien.

Volví a besarla, esta vez con necesidad. Camila llevó sus manos bajo mi camiseta acariciando mi abdomen. Separamos un par de segundos nuestros labios, un escalofrío recorrió por todo mi cuerpo al conectar nuestras miradas una vez más. Me hizo sentar en la cama y enseguida se sentó sobre mi regazo. Volvió a besarme con necesidad. Llevé mis manos a su trasero y lo apretuje con suavidad, un jadeo escapó de sus labios.

Sus manos se mantenían acariciando mi abdomen, poco a poco fueron subiendo a mis pechos, y comenzó a tocarlos sobre el sostén. Yo acariciaba sus piernas y su trasero sobre la molesta tela del pantalón que llevaba puesto. Levantó mi camiseta hasta deshacerse de ella, copié su acción. Nos miramos con deseó. Su cuerpo comenzó a inclinarse hacia el frente recostándome sobre la cama.

Volvió a besarme mientras apretujaba mis pechos. Mis manos seguían en su trasero, ella se frotaba contra mi pelvis en un vaivén. Me tomó de las muñecas aprisionandolas a mis costados.

Mordió con delicadeza y sensualidad mi labio inferior antes de llevar los suyos a mi cuello, aún sin soltar mis manos.

Me liberé de su agarre con facilidad y en un movimiento rápido me pose sobre de ella. Camila me miró con asombro y después con picardía.

Me acomodé de tal manera que una de mis piernas rozara su entre pierna. Busqué sus labios y la besé con fervor, nuestras lenguas se fusionaban con deleite. Dí un último beso en sus labios antes de bajar por el sendero de su cuello y llegar hasta su clavícula. Lamí con lentitud y mordí con delicadeza, Camila jadeaba con exitación.

Bajé hasta sus pechos y me deshice de su sostén. La miré por unos segundos con admiración, sus pechos no eran ni muy pequeños, ni muy grandes, simplemente el tamaño perfecto. Mordí mi labio, mi centro palpitó.

-Eres... Hermosa- susurré sobre sus labios. Dejé un casto y corto beso en ellos y bajé hasta sus pechos. Mi boca se apoderó de uno de sus senos mientras estimulaba el otro con mi mano. Camila intentaba ahogar los gemidos que salían de su boca. Contorneaba su pezón con mi lengua, mordí con ligereza su pezón y al soltarlo lo golpeteé con mi lengua. Bajé mi mano libre hasta su entre pierna y comencé a frotarla sobre la tela del pantalón.

Su centro se encontraba mojado, al igual que el mío. Mí exitación incrementaba al escucharla intentar ahogar los gemidos que salían de su boca.

Su mano derecha estaba sobre mi cabeza y su mano izquierda se aferraba a las sábanas.

Dejé sus senos y comencé a bajar sobre su abdomen dejando húmedos besos en el camino mientras conectaba su mirada con la mía. Camila se perdió por unos segundos en mi mirada. Desabroché su pantalón, bajé el cierre con lentitud y noté su respiración acelerarse aún más. Camila mordía su labio inferior.

Quité sus tenis y su pantalón. Intenté quitar su última prenda, esa que aún cubría su intimidad, pero me detuvo de inmediato poniéndose de rodillas sobre la cama, yo me encontraba de pie en el borde de la cama. Me besó con sensualidad y sentí sus manos bajar por mi abdomen y detenerse sobre el resorte de mis shorts. Los bajó y terminé de quitarmelos, me despojé de mis tenis y recosté nuevamente a Camila, posandome encima suyo.

La miré por unos segundos antes de besarla con delicadeza y deseo. Mientras la besaba, llevé mi mano hasta su intimidad. Acaricié sus piernas y comencé a estimularla sobre la tela de sus bragas.

Camila llevó sus manos a mi espalda liberando mis pechos del sostén, lanzandolo a cualquier parte de la habitación. Los acariciaba y masajeaba a la vez que pellizcaba haciéndome jadear entre el beso.

Tomó mi mano con la que estimulaba su centro, y la guió por debajo de sus bragas. Gimió al sentir el roce de mis dedos sobre su entrada. Me tomó de la cintura y acabó con la poca distancia que existía entre nuestros cuerpos. Nuestros senos completamente desnudos se frotaban entre sí con frenesí.

Camila separó nuestros labios y llevó los suyos hasta mi oreja.

-Ah... Hazme tuya, por favor, te necesito dentro de mi- susurró entre gemidos con sensualidad y exitación. Su voz ahuyentó toda la cordura en mí.

Acaricié y jugetee con su clítoris y sin previo aviso introduje un dedo dentro de ella. Un gemido más fuerte salió de su boca al sentir un segundo dedo dentro de ella.

-¡Ah! ¡Si! ¡Ah!- gimió en mi oreja. Conecté nuevamente nuestros labios, acallando sus gemidos con besos

La masturbaba con gentileza y lentitud. Tenerla debajo de mí, con esa exitante expresión que emanaba vulnerabilidad, hacía que todo dentro de mi quemara de exitación.

-Ma.. más rápido, Lauren- pidió como pudo.

Aumenté la velocidad de mis embestidas, ella se aferraba a mi espalda, la cuál rasguñaba. Mordía mi hombro intentando silenciar los fuertes gemidos que salían de su boca. Sentí sus paredes estar apunto de contraerse y saqué de inmediato mis dedos.

-¿Porque paraste?- preguntó soltando mi espalda y mirándome aún jadeante. Su respiración estaba muy acelerada, pequeñas gotas de sudor resbalaban de su rostro y sus senos.

Sonreí con satisfacción y llevé mis dedos a mi boca, chupando y deleitandome con el sabor de sus fluidos. Camila miraba atenta la manera en la chupaba y lamía mis dedos, ella mordía su labio inferior. Dejé de chupar mis dedos y los llevé a su boca. Camila recibió gustosa mi acción y comenzó a chupar y lamer mis dedos mientras conectaba su mirada con la mía.

Después de unos segundos saqué mis dedos de su boca y la besé, bajé hasta su abdomen dejando húmedos besos. Aún tenía su sexo cubierto por las bragas rojas.

Camila miraba atenta cada uno de mis movimientos. Bajé con lentitud sus bragas y me despojé de ellas. La miré por unos segundos embobandome con su perfecto y bello cuerpo.

Salí de mi trance y flexioné sus piernas dendome paso a contemplar con plenitud su intimidad.

Besé sus piernas en un recorrido hasta su intimidad. Llevé dos dedos a su entrada y comencé a masturbarla con lentitud, pero sin introducirme dentro de ella. Pasé mi lengua sobre su intimidad lamiendo con deleite sus fluidos. Su sabor era magnífico. Besé sus labios íntimos sin dejar de masturbarla. Golpeteé con mi lengua su clítoris y lo mordí con delicadeza.

Ella mordía las sábanas intentando silenciar sus gemidos, sin poder lograrlo del todo. Su espalda se arqueaba. Chupaba, mordía y jugueteaba con su clítoris. Introduje un dedo y a la par introduje mi lengua dentro de ella. Al sentirme dentro, sus paredes se contrajeron y un fuerte gemido salió liberado de su boca acompañado de muchos más que parecían imposibles silenciar. Acaba de llegar al orgasmo, alcanzado el éxtasis total. Se había corrido en boca. Lamí mis labios limpiando sus fluidos.

Su cuerpo temblaba de exitación. Su respiración estaba acelerada y su cuerpo desnudo lleno de sudor. Mantenía su mirada sobre mi, y la acompañaba una placentera sonrisa.

Me acosté a su lado, ella giró su cabeza buscando mi mirada. La besé con amor y ternura. Pegué su cuerpo al mío, Camila gemía con cada movimiento que implementaba. Llevé mis labios a su oreja.

-Sabes increíblemente bien- besé su cuello y me separé para mirarla.

Miré con detalle esos ojos marrones que tanto me encantaban y me dí cuenta de que mi sed de ella es insaciable.































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Acabo de caer en cuenta de que necesito un emoji Camren

Cold gazeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora