Aun recuerdo la primera vez que vi a Kachan, era un chico que conocí en la misma guardería y el primer día me pareció un niño muy enérgico y tan genial... El era fuerte y valiente, cosa que yo no. Era algo a lo que aspiraba llegar, quería ser más como él, y cuando se lo dije...
- Izuku, es Izuku. No puedes ser como yo porque tú estas bien como estas. - Decía un Kachan de poco más de cuatro años de edad.
- Mamá dice que tengo que ser valiente como Kachan, pero a mi me dan miedo muchas cosas. - Decía, es más incluso recuerdo que en ese momento comenzaban a asomar pequeñas lágrimas.
- Si Izuku tiene miedo, entonces yo lo protegeré. - Declaraba totalmente convencido mientras extendía su mano para que la tomara y así ir a jugar. Era solo un niño, pero incluso así fuera, se había convertido en mi héroe.
Con el tiempo fuimos creciendo, y lo que yo pensaba era una amistad, no lo era. A su vez Kachan fue distanciándose de mi, yo no le di mucha importancia, ya que lo achaqué al echo de que nos volvíamos mayores y teníamos más ocupaciones y preocupaciones que atender, nunca imaginaría que al estar separado de él, me daría cuenta de que mis sentimientos no eran tan simples, sino que el afecto y apego que sentía se extendía al romance.
A partir de ese momento, me hacía el despistado en más de una ocasión solo para tener una excusa para conversar con él, o para que me prestara un poco de atención. Hacía que me explicara algunos ejercicios de los más complejos ya que sabía que Kachan era muy bueno en mates. Es más, incluso aprovechaba aquella manía que tenía de pequeño para mantener contacto físico con él. Al menos el tocar su cabello me tranquilizaba en aquellos tiempos, ahora se había vuelto en parte una necesidad.
Kachan por su parte, comenzaba a tener un temperamento bastante fuerte, lo que en ocasiones le podía traer problemas y por alguna razón, después de que yo volviera de algún lugar porque necesitaba conversar con algún compañero, el estaba de muy mal humor. En aquel entonces no lo entendía, "quizás se deba a que no se siente bien", o "algún comentario lo ha enfurecido", desde luego que despistado era en aquel entonces.
Durante mi tercer año de secundaria conocí casualmente a una persona que se trasladó en mitad del curso. Este iría un año por encima, por lo que en principio no tendría nada que ver con él, pero andaba muy perdido porque no conocía el edificio así que decidí ayudarlo. Su nombre era Aizen Sousuke. A partir de ese momento nos volvimos amigos ya que, según decía yo le parecía un buen chico y le agradaba. Recuerdo que aquellas palabras me pusieron nervioso ya que estaba un tanto avergonzado por sus alabanzas, pero lo que más me extrañó ese día era que Kachan estaba incluso de peor humor que de costumbre, y de vez en cuando me lanzaba miradas de ira como si quisiera matarme. Ese mismo día hablé con él y me aseguró que yo no tenía nada que ver.
Mis encuentros con mi nuevo compañero continuaron, no era muy extraño ya que estábamos en el mismo edificio y nuestras clases eran cercanas, por lo que de vez en cuando visitaba mi aula en busca de alguna conversación, o me paraba por el pasillo para lo mismo. Pensaba que era agradable tener a alguien tan cordial y amable como amigo, que ciego estaba.
El día en que Aizen se graduó de la secundaría me dijo simplemente que nos volveríamos a ver, tras eso tomo mi mano y la besó. En ese momento me sonrojé totalmente confundiéndose mi mente en el proceso, llegué a pensar por un momento en que si esa persona sentía algo por mi, lo mejor sería olvidarme de Kachan, y lo hubiera hecho sino fuera porque mi corazón no paró de recordarme que los sentimientos que tenía por él, no se esfumarían. De esta forma mi siguiente encuentro con Aizen, marcó el inicio de un infernal viaje hasta el presente.
Días después mientras me encaminaba a las compras me encontré con él, en primera instancia lo esquivé tomando otra calle, de esta forma pensé que no tendría que confrontarlo, pero tras terminar los encargos...
- Izuku - Me llamaba desde un lugar no muy lejano.
- Aizen- senpai, ¿ qué haces aquí? - Estaba un poco nervioso ya que en aquel momento seguía confundido debido al beso.
- Paseaba por aquí, y tú por lo que veo haciendo las compras. Eso es bueno. - Sonreía de forma gentil.
- Ha echo calor estos días, ¿ verdad? - Ni siquiera miraba su cara ya que no la vergüenza no me lo permitía.
- Izuku-kun, quería hablar contigo. Desde que me gradué, me he sentido un poco solo ya que no te visto. - En ese momento puso su mano sobre mi mejilla, posteriormente la deslizó bajo mi barbilla he hizo que lo mirara directamente a los ojos.
-... - Estaba tan avergonzado y su mirada daba la sensación de ser tan profunda, que parecía un agujero y me tragaría en cualquier momento si me moviera. No era capaz de nada en ese instante, tan solo permanecía inmóvil.
- Sabes, siempre me has gustado, eres tan lindo. - Escuchaba sus palabras pero no podía reaccionar, tan solo esperar a que las cosas siguieran su curso. Mi corazón latía como loco, estaba cada vez más nervioso y su cara cada vez más cercana a la mía.
En el instante en que iba a besarme, reaccioné echándolo hacia atrás. Recordé la cara de Kachan, y me di cuenta de que esos sentimientos no me abandonarían, por lo que no era justo dar esperanzas a alguien, no hasta que aquel amor que creía unilateral desapareciera. Eso pensé e iba a explicárselo, sin embargo...
- (Suspiro) Así que me rechazarás por ese rubio... - Me horroricé, ¿ cómo sabía de aquello?, no se lo dije nunca a nadie, ni siquiera a él. - Sabía que eso traería problemas, pero no importa, lo que quiero, lo consigo... - De forma brusca tomó mi barbilla, ahora me inundaba un auténtico miedo al ver que su mirada había cambiado, o más bien, por fin mostraba sus verdaderos colores. Lo único que pude pensar fue en él mientras cerraba mis ojos. Kachan.
Un golpe se escuchó que me sacó del trance. Al volver a abrir mis ojos tan solo pude ver a Aizen en el suelo y a la persona que segundos antes estaba llamando desesperadamente junto a mi. Tragué saliva, me acerqué a él y agarrando levemente su chaqueta le di las gracias. Él tomó mi mano junto con las compras y me acompañó a casa.
Cuando llegamos a la puerta...
- Deberías tener más cuidado y no ser tan inocente Deku, ya no somos niños. - Él tenía razón, no lo éramos, eso me recordó la promesa que me hizo hacía ya mucho, la había cumplido.
- Gracias Kachan -
- No tienes que agradecérmelo Deku, era un bastardo, además yo... - Lo último no llegué a escucharlo, pero si lo hubiera hecho, estoy seguro de que las cosas hubieran sido distintas.
A partir de ese día, volvimos a pasar más tiempo juntos, en cuanto a Aizen, no volví a saber de él hasta mucho después.
ESTÁS LEYENDO
Mascarada 2 (secuela)
FanfictionUn antiguo problema regresa a la vida de Izuku, quién se verá envuelto en una trama que lo alejará de quien más quiere... ¿ Será definitiva esa separación? ¿ Será lo suficientemente fuerte? ¿ Qué lo llevó a esa situación en la que ahora se encuentr...