Capítulo 10. Calma tras la tempestad.

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- Señor Bakugou, soy Ranjit, el médico que atendió antes a su compañero. Le llamo por los resultados de los análisis. - Si que habían sido rápidos, lo cual era una suerte. - No tiene que preocuparse por el joven, su vida no corre peligro, en cuanto a las sustancias que le fueron suministradas, se encuentran sedantes y tranquilizantes en su mayoría, nada alarmante. Desaparecerán en poco tiempo y no dejarán rastro. - Suspiraba Bakugou un poco más tranquilo, sin embargo aún tenía una duda, ¿ a qué se debía aquellos temblores que se podían observar? - Oh, casi lo olvido, en estos momentos el debe seguir bastante caliente, pero no se preocupe en unas horas el efecto habrá pasado, mientras tanto procure mantenerlo hidratado. Mañana por la mañana lo volveré a examinar, que descanse. -

- De acuerdo, gracias doctor. - Una vez colgó el teléfono se tumbó al lado de Izuku y resopló cansado. Gracias a Diós, tan solo era un maldito afrodisiaco. Se levantó de nuevo yendo al minibar para tomar una botella de agua, la cual abrió y dio para beber al otro. Este aún se quejaba y parecía no mejorar por lo que Katsuki decidió ayudarlo.

- Ka..chan..- No podía decir nada más mientras era acariciado por el otro. Este no llegaría hasta el final, pero al menos ayudaría a que tuviera un descanso mucho más agradable. Por ello, comenzó a besarlo y a provocarlo un poco mientras jugaba con su parte baja para que terminara eyaculando, haciendo que la droga dejara su sistema mucho más rápido.

Necesitó dos disparos para finalmente calmarse un poco, y quedarse dormido.

A la mañana siguiente, Izuku abría lentamente los ojos, para percatarse que estaba entre los brazos de Katsuki, cuyo rostro estaba totalmente tranquilo a diferencia de la mayoría del tiempo. El verlo así hacía que el joven de cabello verde se calmara y sonriera dejando un beso sus labios. Terminó levantándose en busca de algo de agua, ya que por alguna razón su garganta dolía, pero, antes de que dejara la cama notó que algo no estaba bien. Se notaba demasiado ligero, cosa que se sentía extraño por lo que cuando miró hacia abajo, descubrió que efectivamente no llevaba nada de ropa.

- No me digas... - ¿ qué había pasado la noche anterior?, se sentía extrañamente refrescado, sin embargo. Antes de que pudiera poner en funcionamiento sus neuronas unos brazos que lo rodearon desde atrás lo sorprendieron. 

- ¿ Dónde crees que vas? - Decía para besar el cuello de Midorilla y apoyar su cabeza sobre el hombro de este. 

- Kachan... - se sonrojó un poco, pero sonrió de forma suave. El estar así, cuánto deseo que volvieran a esa escena que muchas mañanas habían repetido, ya fuera en esa o con posiciones invertidas, pero solo había un pequeño inconveniente que trajo al de cabellos verdes a la realidad. Estaba desnudo, vamos, seguía desnudo y lo que era peor, no recordaba nada de la noche anterior.  Volvió a enrojecer, pero en esta ocasión era mucho más pronunciado. Katsuki observó esto sonriendo con malicia en el proceso. 

- Veo que acabas de recordar lo de anoche... - Un sudor frio comenzó a recorrer la espalda de Izuku. - Fue increíble como tomaste el control y me montaste. Te movías con tanta impaciencia y pedías por más, pensé que moriría. Nunca pensé que realmente fueras capaz de superar aquella vez en los camerinos... - 

- No.. lo... hicimos o si... - decía mientras giraba su cabeza como si de un mecanismo de juguete antiguo se tratara. Su cara era una mezcla de terror y desconcierto. - Kachan, yo no... - en cuanto sus ojos se encontraron con la expresión de Katsuki, la suya cambió a pasmada con la boca abierta. Este no aguantando más, termino riendo. "¿ Qué demonios era tan gracioso?" pensaba Izuku, por lo que terminó enfadándose.

- Lo siento, lo siento, no era mi intención burlarme, pero tuve que ayudar a cierta persona para que se desmayara y yo tuviera que terminar en el baño. - Ahora era el otro quien reía. Imaginar a Katsuki en esa situación no tenía precio. - Ahora entiendo como te sentiste en cierto modo después de la primera vez. - 

- Sobre eso..., en realidad no tuve tiempo de pensarlo. - Izuku se notaba algo triste al recordar como ese mismo día Aizen lo había contactado, por lo que no logró hacer lo que de verdad quería. 

- Por cierto casi lo olvido. Tu padre me lo entregó y supuse que era para ti. - Sacó de su bolsillo el colgante con la inscripción "Plus Ultra" que le fue entregado y lo puso en la mano de Izuku. 

- ¿ Él te pidió que me lo entregaras? - 

- No exactamente, tan solo me lo envió junto con un mensaje de ánimo. - El otro rió, devolviéndole el colgante. 

- Asegúrate de devolverlo. - 

- Pero se supone... - Izuku negó con la cabeza. 

- Si te lo dió a ti, eres tú quien debe devolverlo, es una costumbre que comenzó mi madre para que papá volviera sano y salvo. Según él me contó en una ocasión, se encontraba entre la espada y la pared, pero contempló el colgante que mamá le dió, y eso le recordó que tenía un lugar al que volver. Desde entonces ese colgante se ha vuelto un amuleto de la buena suerte. - Katsuki se quedó perplejo, incluso ese viejo orgulloso era capaz de aceptar su relación, ahora solo quedaba una cosa por hacer. 

- Ya veo, supongo que tendré que agradecerle más tarde, ahora es momento de que tomes un baño. - Se levantó y preparó la bañera para Izuku, tras tenerla lista lo cargó hasta la misma y lo metió dentro suavemente, lo besó, y le dijo que se tomara su tiempo mientras él hacía algo importante. Al principio Midorilla quiso acompañarle, pero Katsuki se negó, poniendo como excusa que debía descansar y que no tardaría. De esta forma se marchó de la habitación, a la que volvería un par de horas después. 

Mascarada 2 (secuela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora