Capítulo 5. Todo según el plan

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Lo primero fue fácil, y tan solo me presenté como una nueva estrella en alza. Me empecé a codear con varios magnates y entre ellos, la pieza clave para nuestro plan. Al parecer su hija me vio en internet y enseguida quedó fascinada por lo que quería conocerme en persona, a lo cual accedí sin ningún inconveniente. Tras una larga charla, el muy cretino quiso presumir de las joyas que había adquirido hacía poco y que pensaba exponerlas junto con una colección que llegaría en breve al país, por lo que siguiendo el plan actual, recomendé que buscara a alguien especialista, ya que según mi escusa, esas joyas eran demasiado valiosas y lo ideal sería que la seguridad fuera reforzada con la ayuda de algún especialista. Sabía que con todos los contactos que este tenía, no tardaría en hablar con cierta persona de los altos círculos para que siguiera el camino que ya habíamos marcado.

Por ello, al día siguiente cuando la policía se dedicaba a revisar el lugar y tomar las medidas necesarias para el evento, decidí pasarme a dar un vistazo y dejar alguna nota indicando nuestras intenciones. Quién me iba a decir que tendría que golpear al amorcito de Kaito, dejándole entrever la cicatriz que en mi mano aún se mostraba y que me recordaba aquella vez que temí por mi vida. Lo cual esperaba fuera un pequeño incentivo para que cierta persona tomara cartas en el asunto de forma seria.

Tras eso terminé saliendo por la puerta trasera y dejando evidencia de mi visita en las cámaras de vigilancia y me cambié de ropa a alguna que me cubriera: una sudadera, un cubrebocas y unos lentes oscuros. De camino para atrás, seguí la ubicación que me fue mandada al móvil, haciendo que me encontrara con Kachan, quien parecía relajado y distraído, por lo que no se percató de quien era yo..

Tras esto volví al apartamento donde me hospedaba. Allí estaba Kaito quien me reclamó esperando que no hubiera sido muy brusco con Kudo, aunque no me lo echó en cara ya que él hubiera hecho lo mismo. Poco después se puso en contacto con ellos, y yo debía de prepararme mentalmente para mi encuentro con Kachan. Tenía que parecer que estaba sorprendido al verlo, pero contestar de manera natural cuando me preguntaran por mi supuesto acosador por carta, ya que se había intentado poner en contacto a través de algún falso seguidor, de esta forma ese bastardo estaba dando un enorme paso en falso, pronto se hundiría con todo su equipo.

Debido a los nervios decidí darme una ducha antes de que llegaran los invitados. Cuando iba a entrar en la sala de estar, escuché las voces que discutían, respiré hondo y entré dispuesto a dar mi discurso ya preparado.

- Lo siento, pero necesitaba una ducha después de todo ese ensa - Cuando mis ojos se encontraron con los rubíes de Kachan, mi garganta no pudo continuar. El miedo se apoderó de mi, no era capaz de gesticular mentira alguna delante de él. Al final salí corriendo y me encerré en mi habitación.

- Deku, abre la puerta tenemos que hablar. - Decía mientras tocaba esta.

- No pienso abrir, así que ya puedes marcharte. - No sabía como hacerle frente, me había quedado en blanco y necesitaba pensar en algo, me maldecía al no ser capaz de hacer algo que había estado ensayando durante mucho tiempo.

- Deku, he dicho que abras, o lo haces o tiro la puerta abajo. Sabes que soy capaz y no me pienso contener. -

- No te atrevas, tan solo márchate, este no es tu problema. - No podía dejar que entrara, si lo hacía de seguro le terminaba contando todo, mis nervios estaban a flor de piel. - ¿ Qué, cómo has...?- Había conseguido entrar, maldita sea cómo iba a librarme de aquella situación.

- Lo he pensado mejor, y si hago mucho ruido tu novio solo me parará los pies, y la investigación se irá al carajo. -

- ¿Cuál es tu maldito problema? , te he dicho que te marches, o acaso no recuerdas cómo me trataste la última vez. - Era lo único que se me ocurrió como escusa para haber salido corriendo, sin embargo no contaba con que sentimientos del pasado volvieran a pegar tan fuerte dentro de mi, tanto que al final mis lágrimas comenzaron a brotar. - Yo, yo... - El me abrazó, lo cual me hizo volver por un momento a la realidad para poder tranquilizarme y disponerme a apartarme.

- No volveré a hacerlo, lo prometo. Te protegeré, lo juro. - Después de esa frase casi no lo logro. Por suerte llegó Kaito y se encargó de despertarme de mi ensoñación, y ellos terminaron marchándose.

- Dime Izuku, ¿qué tal ha ido?-

- Puf, ha sido un desastre. - Me lamentaba mientras pensaba en el fiasco.

- No te preocupes, creo que el plan será más interesante ahora. -

- Espero que a Mei le esté yendo bien. -

- Seguro que si, después de todo es una chica lista. Además todos conseguiremos lo que queremos... -

- ¿ A qué te refieres? -

- Lo sabrás a su debido tiempo mi querido Izuku, pero al menos puedes estar tranquilo ya que él sigue loco por tus huesos. - esas últimas palabras me hicieron sonrojar de manera muy notoria. Si lo que decía era verdad me traería problemas, unos problemas que deseaba más que nada, pero que a su vez temía ya que pondría en peligro todos los esfuerzos que costó llegar hasta ese punto.

- Incluso así sea... -

- Oh, vamos Izuku, no te preocupes tanto, las cosas surgirán de forma natural ya lo veras. Además ya está todo listo para que paséis más tiempo juntos. - Sonreía de manera pícara mientras miraba su móvil, pero lo que me encontré a la mañana siguiente me dejó completamente mudo.

A partir de ese día el mismo Kachan se convirtió en mi guardaespaldas personal, a donde iba, él me acompañaba y no dejaba que nadie se acercara. Incluso la parte del ensayo podría salir mal ya que lo tenía tan pegado. Por suerte Kaito ya lo había arreglado todo con antelación y con ayuda de varios agentes encubiertos.

Sabíamos que el escenario sería el lugar idóneo para que Aizen intentara algo, y de echo así fue, pero para su desgracia aquel lugar ya estaba listo con una trampa para que todos se alertaran y no pudieran acercarse a mi.

La cosa era sencilla, como si de una coreografía se tratara, uno de los agentes dejaría caer sobre mi parte de la iluminación pero en el momento justo me apartaría sin problemas, claro que no contaba con que Kachan estuviera encima del escenario tan cerca de mi, por lo que no todo salió según lo previsto y él, terminó apartándome para caer inconsciente o eso creía.

- Por favor, por favor... Kachan. - Una lágrima comenzó a bajar por mi cara al pensar que estaba gravemente herido.

- Mmm, por fin me vuelves a llamar por ese absurdo mote. - sonreía mientras se notaba algo adolorido.

- Idiota. -

- Podrías dar gracias simplemente. Estas sano y salvo. - Tan solo asentí, estaba tan aliviado de que estuviera bien.

Mascarada 2 (secuela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora