t r e c e

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Los gritos de Rubén despertaron a Guillermo y Samuel, tal vez hasta a los vecinos.

— ¿¡Pero qué ha pasado, tío!?- llegó el mayor enojado, mientras se frotaba los ojos- ¡No grites tan temprano, tontito!

— ¿Qué pasó ayer?- preguntó Doblas- no me acuerdo de nada, no hice nada malo, ¿Verdad?

Ambos comenzaron a discutir, estuvieron así por unos largos 2 minutos hasta que Willy interrumpió su "conversación".

— ¿Pueden callarse? Me duele la cabeza y... cierren la cortina, apaguen la luz, váyanse de aquí- habló de mal humor, mientras volvía a taparse con la manta que tenía.

— ¡Pero si ya es la una de la tarde, levántate!- con ánimos y olvidando lo que estaba haciendo hasta hace unos segundos, fue a despertar a su amigo- anda Guille, levántate 

— No me molestes, Rubius- contestó molesto

— Sal de ahí- el híbrido de oso empezó a jalarle del brazo

La escena de lejos era graciosa, uno trataba de aferrarse al sofá mientras el contrario lo intentaba sacar de ahí.

— Rubius...- Willy empezó a arañar la frazada que tenía encima

— ¿Estás enojado?- Díaz le dió una mirada con bastante furia, pero a causa de su aspecto gatuno se veía hasta adorable, provocando que Doblas empezara a reírse- no pareces enojado, eres adorable

El mayor de los dos dejó de halarle su brazo, para darle un par de palmadas de la cabeza.

— ¡YAAA, DÉJAME!- 

— ¡AAA SAMUEL, ME HA ARAÑADO!

Y De Luque, que había estado observando todo desde lejos tenía una pequeña sonrisa en la cara. Aunque tenía un ligero dolor de cabeza, eso no le iba a impedir el poder reírse de la situación.

— ¡Anda, dile algo Vegettaaaa!- gritaba Rubius, mientras usaba una almohada para protegerse

— No, tú te lo haz buscado- trató de responder lo más serio posible

La pequeña pelea seguía de fondo mientras que Samuel empezó a preparar un par de infusiones para que los otros dos no sintieran algún rastro de la resaca. Tomó las 2 tazas y las llevó con mucho cuidado a la sala.

— Yo no pienso tomar eso- dijo Rubén, arqueando una ceja

— Hazlo... o luego te arrepentirás- habló el mayor 

— ¿Hay algo para desayunar?- preguntó Willy curioso, ya no sentía mucho sueño como antes

— Pero chaval, ya van a ser las 2 de la tarde, ¿Y quieres desayunar?- el menor asintió- pues no, más bien tomen ya esto, levántense y ordenen la sala mientras yo miro qué hay para almorzar

Ninguno pudo rechistar y negarse, ya sabían cómo era Samuel con el orden y si no querían que les dejaran sin comer debían hacerle caso.

— Willy, ¿Seguro que no hice nada ayer?

— ¿Aparte de coquetear con Samuel parte de la noche?- Rubén palideció al escuchar eso

— No me digas que yo- no pudo continuar ya que la característica risa de Guillermo se hizo presente- ¿¡Ahora qué pasa!?

— Era una broma, pero debiste de haber visto tu reacción- respondió tranquilamente

— A mi no me ha hecho gracia- lo miró molesto por unos segundos.

¿Acaso era tan notable que gustaba un poco de Samuel? Parecía que todos lo notaban menos el mencionado.

— Ya tío, no pienses en eso- dijo Willy, dándole unos ánimos- mejor avanzamos con esto, toma el té y acabemos ya, que me estoy murieron de hambre

*

Samuel, ya en la cocina, no estaba muy seguro de qué preparar. Él podía ser un buen chef, pero con las pocas cosas que habían ahí no podía hacer mucho. Si tan solo el otro día hubiera ido al súper para hacer las compras ahora mismo no estaría pasando por eso.

Decidió preparar pasta, ya que era algo sencillo de hacer y rápido. Prendió una hornilla, sacó los fideos de su envase y los puso en una olla.

Decidió ir un rato a verificar que los otros dos no estuvieran flojeando o algo parecido, hace ya unos minutos que no se escuchaba ningún ruido que provenía de ese lugar. Curiosamente encontró casi todo ordenado, a excepción de unas cuantas cosas en la mesa. Uno de los chicos se encontraba viendo televisión, y el otro solo estaba tomando el líquido de la taza abrigado con la manta.

— ¡Samuel!- habló alegre el primero

— Veo que terminaron con esto... ¿Pueden ayudarme a poner la mesa?

— Claro Vegettita- el oso dejó el control remoto de lado y se levantó, al principio tambaleó un poco pero cuando recuperó el equilibrio fue rumbo a la cocina

— ¿Y tú, chiqui?

— Tengo algo de frío- respondió

Podría haber sol iluminando el lugar, pero al sensación de frescura en el ambiente no era tan agradable. 

— De acuerdo, quédate aquí y en un rato te avisamos para que vengas a la mesa

Willy como respuesta sonrió, y Samuel le dió una sonrisa de vuelta.








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estuve escribiendo esto por casi 2 horas seguidas, hoy no me iba a dormir sin saber qué ya había actualizado esta historia pero ya tengo sueño, no sabia que mas poner y lo dejé hasta ahí:' ya sé que escribiré para el próximo capítulo, así que prometo que el siguiente tendrá muchas más palabras que este

para lxs que ya han empezado clases o ya las llevan desde hace un tiempo, buena suerte en todo^^ 

WillycattusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora