Un chico común y corriente nacido en Argentina que ha vivido una infancia un tanto difícil consigue una beca estudiantil en Japón
Y tras vivir y adaptarse en tan solo un año, descubre el oscuro secreto que oculta el país del sol naciente y este tien...
Tres horas han pasado desde que inició el examen para subir de clase, ha sido más complicado de lo que pensaba el olor de los amuletos con frecuencia se pierde entre el abundante olor de los kaijus, me crucé con muchos kaijus en su mayoría de clase E y de clase D, además he salvado a algunas personas en el camino. En todo este tiempo únicamente recolecté 4 de los 5 amuletos y por lo que dijo Kaori-nee al estar en abril amanecía a las 5 de la mañana
-Esto es malo si no encuentro los amuletos no subiré de clase-dije mientras corría casi agotado por una de las oscuras calles únicamente iluminada por el brillo de la luna llena hasta que una voz intervino en mi mente...
-Debes detener todo esto-dijo la misteriosa voz en mi cabeza
-¿Que? ¿Detener que?-dije mientras detenía mi andar y buscaba por doquier el origen de la voz
-Debes detener todo esto. Solo tú puedes hacerlo. Debes detener todo esto. Solo tú puedes hacerlo. Debes detener todo esto-se repetía una y otra vez en mi cabeza dejándome casi loco hasta que un fuerte estruendo me sacó de mis pensamientos
-¿Qué demonios acaba de pasar?-dije saliendo de mis pensamientos un poco agitado
Luego de eso mi vista fue hacia una pared que se habia agrietado un poco mas adelante a la derecha y una polvareda se estaba disipando por lo que rápidamente fui para encontrarme con una joven mujer de unos 18 años de cabello celeste con algunos mechones verde claro largo, aunque lo tenía atado en una coleta en su lado izquierdo, ojos celestes, cuerpo esbelto, bastante busto y a juzgar por su apariencia creo que la conocía de algún lugar. Vestía con una sudadera gris claro, pantalón negro y unos zapatos deportivos blancos. Llevaba consigo una naginata, que es una especie de alabarda japonesa con una hoja curva de 60 centímetros hecha del metal de un arma A.R.K en la punta, unida a un asta de roble de 1,90 de largo y en el final una especie de culata también hecha con el metal A.R.K
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-¿Oye te encuentras bien?-pregunté muy preocupado
-Creo que si-dijo un poco agitada ya que estaba con raspones y un corte en la frente del que salía un poco de sangre-Creo que volé un par de calles-poniéndose de pie con ayuda de su naginata
-Deja te ayudo-dije para colocar su brazo alrededor de mi cuello ya que era más alta que yo tal vez 1,70 y sujetando su arma para llevarla a un sitio tranquilo para que se recuperara del golpe. Con un poco de prisa caminamos hacia dentro de una casa y ella se sentó en el suelo mientras yo vigilaba la puerta por si se acercaba alguien
-Gracias por esto-dijo la chica misteriosa mientras se secaba la sangre que corría por su ojo
-No hay de qué, pero ¿Cómo llegaste hasta aquí?-pregunté muy confundido
-Estaba peleando contra un kaiju clase B y me mandó a volar-contó algo frustrada-Que bueno que me topé contigo y no con otro kaiju al ca...-viendo hacia donde estaba cuando su expresión cambio-No puede ser-dando un suspiro y presionando su cien
