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Fred no había mentido

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Fred no había mentido. Estaba siguiendo su rastro pero mientras mas pasaba el tiempo mas débil se hacia este, seria así hasta que desaparecería.

Trataba de ir mayormente por el bosque pero fue inevitable pasar por la subordinación y en esos momentos tuve que detener mi rapidez y tomar algún auto o ir por lugares que no sean vistos, eso me retraso.

Me encontraba vagando por las calles buscando algún local de ropa. Requería cambiar mi vestimenta por dos factores: numero uno, por mis prendas sucias y un poco rotas por la corrida me daban malas pintas, y factor numero dos, querría tomas las medidas necesarias y ponerme algo que me cubra lo suficiente la piel, por si las dudas, no vaya a ser que mi amigo el sol decidía brillar en todo su esplendor y dar a relucir mi fachada de bola de disco.

Me decidí por una polera manga larga cuello de tortuga color negro, unos leggins y unos lentes de sol un poco grandes para mi rostro. Solicite llevarlo puesto y ahora me encontraba pagando a la dueña del local pero sentía que algo andaba mal, sentía una mirada penetrante, por el rabillo del ojo vi movimiento del otro lado de la vitrina pero cuando voltee no había nadie. Decidí ignorar el amargo sabor que me daba eso y seguir mi recorrido.

Ya era de día, con suerte el sol hoy no haría presencia, tenia pocas horas antes de que el tiempo acordado acabe y Fred se iría. Ante ese pensamiento acelere, ya estaba cerca.

Escuche un ruido detrás mío y me detuve para luego girarme. Entrecerré los ojos en donde provenía el ruido pero no vi nada. Hace un tiempo que sentía que alguien me seguía.

Preferí atribuirlo a mi paranoia, nuevamente y seguí con mi camino.

Al fin había llegado al dichoso parque, ahora solo me faltaba encontrar a Fred.

Estaba caminando por aquel parque, había unas cuantas personas, algunos haciendo ejercicios, niños jugando, ancianos con sus perros y parejas recostadas en el césped. Por suerte hoy no era un día soleado. Seguí mi caminata hasta que divise aquella aura borrosa debajo de unos sauces, en una esquina del parque lo bastante oculta de las miradas curiosas. Me acerque y él debió haber escuchado mis pasos porque giro su cabeza para divisarme y al fin pude ver su rostro. Fred se encontraba sentado en el suelo frente al lago, me recibió con un pequeño asentimiento de cabeza y un atisbo de sonrisa, palmeo un lugar a su lado incitándome a sentarme a su lado.

—Ya creía que no vendrías.

—Lamento decepcionarte, pero aquí esta una de tus garrapatas personales para seguirte.

Fred rio levemente.

—Una de ellas esta aquí, ¿pero donde esta Bree? Y creí que vendría Diego con ustedes, ¿no lo pudieron convencer? —percibí un estibo de preocupación en sus preguntas.

Me senté mas derecha ante sus preguntas. Suspire aunque no me era necesidad, pero era una forma de prepararme para darle la noticia.

—Teníamos razón. Riley nunca fue de fiar. Él mato a Diego y nos guio a una batalla con falsos propósitos,. Siempre fue para beneficio de nuestra creadora, Victoria, ella quería acabar con la humana de aquel clan, era una venganza de un drama de vampiros—. Fred asintió y me miro esperando a que prosiga. Tome una bocanada de aire—Esto... Bree... ella...— cerré los ojos obligándome a tranquilizarme— La mataron.

𝘿𝙪𝙨𝙠 »𝙀𝙙𝙬𝙖𝙧𝙙 𝘾𝙪𝙡𝙡𝙚𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora