"El castigo obstaculiza verdaderamente el perdón. Cuando finalmente sentís que os habéis liberado de esos sentimientos mencionados, es que ya estáis preparado para perdonar. Pero ahora viene lo más importante: perdonarse uno mismo por aferrarse a esos sentimientos. Entonces, y sólo entonces, os liberareis de ellos y perdonareis ala otra persona. Hasta que uno no se ha perdonado a sí mismo, no podrá completar el perdón."