"━Dios, como nos envidiaban desde el otro lado de la mesa durante la cena de la primera noche en Roma. Nos miraban el joven, el viejo, el hombre, la mujer, todos y cada uno de los que estaban en la mesa nos observaban boquiabiertos porque éramos muy felices. Y esa tarde en la que nos hagamos mayores, aun hablaremos de esos dos jóvenes como si fuesen dos extraños que nos encontramos en el tren y que admirábamos y queríamos ayudar. Y pretenderemos llamarlo envidia, porque definirlo como remordimiento nos rompería el corazón (dijo).
━Quizá aún no esté preparado para hablar de ellos como si fuesen unos desconocidos (dije).
━Si te hace sentir mejor, creo que ninguno de los dos lo estará nunca (dijo)."