"Detesto que él sepa lo que está haciendo y yo no. Detesto sentirme vulnerable. Detesto echar la cabeza hacia atrás, exponiendo el cuello. Detesto mi forma de aferrarme a él, hincándole las uñas de una mano en la espalda, mientras mis pensamientos se hacen trizas. Y detesto la última idea que se me pasa por la cabeza: que Cardan me gusta más de lo que jamás me ha gustado nadie, y que, de todas las cosas que me ha hecho en la vida, conseguir que lo desee tanto es la peor con diferencia."