"Ella me hizo diferente. No puedes solo hacerme diferente y luego irte. Porque yo estaba bien antes, Alaska. Estaba bien conmigo, con las últimas palabras y los amigos de la escuela, y tú no puedes venir, hacerme diferente y luego morirte. Pues ella había personificado el gran quizá, me había demostrado que valía la pena dejar atrás mi pequeña vida por una mayor, y ahora se había ido llevándose con ella mi fe en el quizá. Yo podía llamar a todo lo que hiciera y dijera el coronel 'bien'. Podía tratar de fingir que no me importaba más, pero nunca volvería a ser cierto. No puedes hacerte una persona importante y luego morirte, Alaska, porque ahora soy irrecuperablemente diferente y siento haberte dejado ir, sí, pero fue tu elección. Tú me dejaste sin quizá, atorado en tu maldito laberinto. Y ahora ya ni sé si elegiste la manera derechita y rápida de salirte, si me dejaste así a propósito. Entonces, nunca te conocí, ¿o sí? No recuerdo, porque nunca lo supe."