Capitulo 13

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20 palpitaciones por segundo, sentimiento de desespero, incontrolable...

No quiero perderlo. Hoy no... Hoy no...

Perdiendome en mis pensamientos, decidí cerrar los ojos, y no pensarlo mucho... Pero no hay forma, nada puede quitar de mi mente mi preocupación. Angustiada, a grandes velocidades las curvas del camino me hacían sentir que casi saliera del caballo. Un movimiento brusco, una angustia, me haría salir de control. ¿Cómo controlarlo? ¿Cómo puedo sentir la calma? ¿Era mi hermano? ¿Seré yo batallando con mi mente? No puedo controlar lo que siento. ¿Llegaremos a tiempo? No puedo más. Quiero despertar, despertar de esta pesadilla. Él estará bien... Él estará bien...
Solo es una fiebre...

Me convenzo a mi misma de que Aaron no le sucederá nada. Estoy exagerando, pensé.

Dando vueltas en mi mente, haciendo que el tiempo se volviera más lento.
Cada vez bajando más la colina, el viento tornaba más seco. Troncos cada vez, de una hoja a dos, de dos a tres de tres a cuatro, hasta llegar al verde, frondoso, abundante. El bosque, el inmenso bosque de misteriosos caminos, de secretos sin revelar. ¿Que cosas suceden en los bosques y nadie se entera? ¿Alguien sabrá los secretos aterradores de estos bosques? Que clase de maldición es esa.

Mi coleta estaba arrastrada por el viento de la velocidad. La resistencia del aire, hace que todo con un peso menor caiga más lento. Pero esta carga pesa demasiado, no sé si llegará antes.

Miraba a mi hermano, su semblante, de quietud, caído, como muerto.

-Dirígete aquí- dice Doy a Semi señalando a la izquierda.

Con un movimiento brusco doblamos a a izquierda entrando en un camino angosto.

- Resiste Aaron, estamos cerca- Dice Semi.

Más adelante veía a lo lejos un pueblo, de cielos grises y oscuros. Letreros en muchos lugares. Un pueblo pequeño, tranquilo, todo lo que no sentía en ese momento.

Los caballos no se detienen.

-¡Cuidado!- exclama Semi a las personas del camino, asustadas se movían a un lado. Pudiendo oír las quejas repentinas de las mujeres a las cuales le pasábamos con apuro por el lado. Miro hacia atrás y veo las personas irritadas molestas. Derribamos un puesto de plantas medicinales. Al alejarnos ví a un señor salir de la tienda, gritandonos furioso, el señor de las plantas medicinales.

-¡Aquí!- exclamó Doy.
Todos se detuvieron bruscamente.

Doy rápidamente se bajó del caballo y pidió ayuda a Semi. Cargando entre ambos a Aaron, entrando a una enfermería.

Tardando en reaccionar bajé del caballo y corrí hacia donde lo cargaban.

Era un lugar pequeño de madera con dos sillas y una ventana en la izquierda.

-¡Vaya!- Se sorprendió una ayudante que trabajaba ahí, joven, pálida con el cabello rubio amarrado en una cola baja, tenía un vestido marrón y un delantal blanco.

-Por favor es una emergencia- dijo Semi a la ayudante.

-Elfos- dijo la voz baja y quejona de un paciente que esperaba en una silla, luego salió de el lugar con cara amargada.

Luego entró Walden y Roller se quedó afuera.

-Vengo ahora traigo al doctor- Dijo la ayudante con una voz calmante y delicada, entró a la puerta de atrás.

Salió el doctor.

-¡Doy, tanto tiempo!- dijo el doctor.

-Ayudenos es una emergencia- Dijo Doy

El secreto de un elfoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora