Capitulo 15

17 0 0
                                    

Caminamos otra vez al lugar donde nos hemos quedado a descansar; el cielo se oscurecía, había una neblina densa. Al llegar a la acampada, todos estaban sentados en el suelo hablando, comiendo y riendo. Luego Ámbar se sentó.

-Lulo, siéntate aquí- Dijo Ámbar.

Me siento a su lado.

Ámbar -Mira esto-

Tenía en sus manos un collar, con un símbolo peculiar; era color plateado, un semi-óvalo que en la mitad se hacía una punta enroscada, parecía la forma de una gota de cabeza. En el centro estaba entallado una (v); que era parecido a la forma que tenía el semi-óvalo que tenía la placa del collar, sujetado por una cadena.

Ámbar me da el collar en la mano. Era un collar un poco más pesado de lo común.

-Esto era una reliquia, mi padre me lo dió para el viaje.-

Abrí mis ojos muy grandes

-¿Porque es tan importante esa reliquia? ¿Es un metal costoso?- Le pregunto a Ámbar con mucha curiosidad.

-Te iba a contar, una vez mi abuelo después de qué abuela muriera enferma ya mi padre había nacido, así que decidió convertirse en doctor, para ayudar a otros a qué no le sucediera lo mismo y poder cuidar a su hijo. Abuelo decidió viajar a un punto medio en la guerra, dónde personas salían heridas. De momento un día se encontró una elfa en el pueblo, conoció una elfa; ella venía a buscar ayuda después de una tragedia en la guerra. Los aldeanos del pueblo le temían. Ella había perdido todo, su familia, un refugio, comida, monedas, no le quedaba nada. Mi abuelo, vió empatía, la ayudó como pudo; ella estaba agonizando de desesperación y tristeza, y sin darse cuenta la elfa se había enamorado de mi abuelo, y era lo único por lo que ella seguía viva. Todos le pedían a su abuelo que se alejara de ella, que no era bueno que estuviera cerca de una elfa, pero no le importaba, tuvo compasión por ella. Mi padre era solo un niño cuando un día se encontraron con unos soldados de Bolovar, la elfa trató de salvar a mi abuelo, pero fué demasiado tarde, una flecha accidental fué suficiente. Abuelo murió, luego la elfa cuidó a mi padre, pero no pasó mucho cuando la pena llegó a causarle su muerte, después de haberlo perdido todo en la guerra, hasta que su única razón de vivir, ya no estaba con ella. Mi padre encontró en su cuello un collar valioso, y lo conservó, guardando así su memoria.- Terminó de contar la historia.

-Vaya, entonces es algo muy preciado, lamento mucho lo que sucedió-

Le doy el collar poniendolas en sus manos

Ámbar- Lúmina está demasiado lejos... ¿No creés?- Cambia de tema

-No tienes idea-

Luego Aaron camina hacia nosotras y nos interrumpe.

Aaaron- Hola...Toma, debes tener hambre Lulo-

Con las dos manos sostenía un una vasija; me había ofrecido pan, y unos jueves del río.

Que delicioso pensé, mi estómago rugía fuertemente, mis ojos se abrieron muy grandes al ver tal vasija con comida, amo el pan.

Aaron estrechó sus brazos y tome la vasija.

-Muchas gracias, enserio tenía mucha hambre-

-Todo por mi hermanita- dijo Aaron

Me molesté en poco al decir hermanita en diminutivo, pero ví la intensión en sus ojos.

Aaron se sentó a mi lado, había una cobija a su lado y me cubrió.

Yo le sonreí y el me sonrió. Ámbar nos miró, y medio sonrió.

El secreto de un elfoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora