Fingiendo Odio [SasuSaku] +18 #2✔

capítulo 9

Sakura

Le abro la puerta lo más tranquila posible pero es imposible, estoy ardiendo por dentro.

Eso fue demasiado loco.

Y excitante, no olvides eso.

—¿Por qué tardaste tanto?.

—Tenía muchas cosas en el piso, libros y eso y no quería que los vieras. —me encojo de hombros.

—Bien, te traje comida —levanta la bolsa dejando ver el logo de McDonald's en ella.

—¡Si! Moria de hambre —exclamo.

De la otra también.

—Perdón por tardar, pero los negocios son un caos. —dice quitándose el abrigo.

Es todo un empresario y a su lado me miro como una pequeña niña. Cuando salimos se nota la diferencia entre él y yo y la gente también lo nota.

Se acerca a mi y me besa, un beso fugaz.

Se aleja y comienza a sacar las cosas que trajo. Lo veo y se me remueve algo por dentro que es nada más que arrepentimiento. Se me forma un nudo en la garganta y abro mi boca para decir algo.

¿Estas segura? ¿Arruinar esto por algo que fue sólo un desliz? Piénsalo bien, Indra es todo lo bueno en este mundo. Con 21 centímetros de puro amor y guapura.

Mierda.

—¿Pasa algo? —pregunta cuando saca su taza de Starbucks.

—Te... vez guapo —sonrío avergonzada y él sonríe dejando ver su perfecta dentadura.

—¿Que pasa contigo hoy? —pregunta.

—No lo sé —niego.

—¿Crees que me miro guapo? —se observa el mismo y luego a mí. —¿O es una broma?.

—Para nada. Sabes que es cierto. —sonrío de medio lado.

Y me quedaré con ese secreto para siempre. No dejaré que eso me afecte.

No es mi novio. Eso ya lo sé, pero ese beso tengo que usarlo a mi favor si quiero vengarme.

No subestimes al diablillo, Sakura.

Suspiro y le ayudo a Indra a sacar las cosas, mis manos tiemblan y dejo caer la cajita de galletas. Por suerte vienen selladas.

—Carajo —exclamo y las levanto.

—¿Segura que estas bien?.

—Si, sólo que... —me mira y bajo la mirada. —creo que el hambre no me deja pensar ni actuar bien.

—Vamos a comer —musita.

Nos vamos a la sala y noto que dejé la pantalla encendida.

—¿Ibas a ver televisión? —enarca su ceja.

—Si, antes de que vinieras —digo.

—Estabas leyendo ¿para que encender la pantalla?.

Me mira y bajo de nuevo la mirada. Joder, esto no está bien.

—La encendí después de eso. Antes que tú llegarás lo hice —le explico lo más calmada que puedo.

Nos sentamos y comienzo a comer junto a él que me cuenta sus planes en la empresa. Asiento a todo lo que me dice como una buena pro-novia que soy.

Siempre lo he pensado, pero él y yo somos iguales y a la vez muy diferentes. Hay cosas que nos gustan y otras que no. Como por ejemplo, el chocolate; a mi me encanta y a él no.