Esquizofrenia/KTH

05

Nos acercamos a la barra donde repartían la comida y alcancé a tomar la bandeja para Taehyung. Luego, con la bandeja en mano, empezamos la búsqueda de una mesa.

Había algunas vacías, sí, pero Taehyung se detuvo, con la mirada fija, en una que se encontraba al final del local. Además de estar bañada por una brisa refrescante, parecía un rincón apartado, casi aislado del resto.

Era perfecta para él, pensé. Un santuario donde la tranquilidad pudiera envolverlo. Al sentarnos, el murmullo constante de los otros pacientes comiendo se hizo más nítido, llenando el aire.

Taehyung tomó una cucharada de puré de papas y lo que hizo a continuación me tomó por sorpresa.

—Abre —ordenó suavemente, con el cubierto extendido hacia mi boca, a la espera.

Un cosquilleo nervioso me recorrió. Sí, él siempre era atento, pero nunca había tenido un gesto tan… íntimo. No era momento de dejarme paralizar por la sorpresa, así que obedecí.

—Mmm… ¿por qué no comes tú? —pregunté después de tragar, intrigada. Desde que me había dado la cucharada, solo fijaba su mirada en mí, o al menos eso creía.

—Te observo comer.

—¿Y qué tiene de interesante verme comer? ¿Acaso hago algún gesto raro? —pregunté, con una sonrisa nerviosa.

De repente, se acercó aún más y colocó su mano suavemente sobre mi mejilla, antes de que esta se deslizara, con una delicadeza que me robó el aliento, hacia mis labios.

—¿Q…qué ocurre? —tartamudeé, sintiendo el calor en mis mejillas intensificarse con su cercanía.

—¡Aquí!.. —Taehyung hizo una pausa, frunciendo ligeramente el ceño—. Te quedó un poco de comida. —Con la delicadeza de una caricia, limpió la comisura de mi boca con la servilleta.

¡Achh, Taehyung! Creí que tú… Dios, ¿en qué demonios estoy pensando? Definitivamente, estoy perdiendo la cabeza.

—Puff, era solo eso —susurré, tratando de ocultar mi decepción y mi repentina confusión.

—¿Decías algo? —me sonrió, radiante, mientras se llevaba una generosa cucharada de comida a la boca.

—No, nada —respondí rápidamente, deseando cambiar de tema para aliviar la tensión—. Oye, dime… ¿te gusta la comida?

—Me encanta. Muchas gracias… sin ti, probablemente aún estaría encerrado en aquella habitación, incapaz de salir.

Sus palabras me reconfortaron. Tenía razón, quién sabe si seguiría atrapado en su propio mundo si no hubiera intervenido. Después de eso, Taehyung terminó de comer y aproveché la oportunidad para llevarlo a un lugar especial…

Estaba sorprendido, al menos eso era lo que revelaba su expresión. Lo hice caminar un poco, ya que estábamos algo alejados de nuestro destino.

Taehyung no paraba de mirar a su alrededor, maravillado. Entonces, giré a mi derecha, permitiendo que el sol atravesara los grandes ventanales de cristal y golpeara nuestros rostros con fuerza.

Al sentir el calor de los rayos del sol sobre su piel, Taehyung se puso eufórico. Me tomó de la mano y comenzó a dar pequeños saltos, impaciente por lo que vendría.

A unos pocos pasos, dejamos atrás el pasillo y pisamos el césped. Nos encontrábamos en el patio del hospital.

No había mucha gente, la mayoría de los pacientes aún estaban en la cafetería.

—¿Nos sentamos? —señalé una banca que estaba protegida por la sombra de un árbol frondoso. Asintió de inmediato y corrió hacia ella, con una alegría contagiosa.