El viento golpeaba con fuerza en nuestros rostros. Estuvimos unos minutos observando los alrededores del lugar, hasta que Taehyung rompió el silencio.
—Esto no parece tener salida —pronunció, alejando su mirada, como si la desesperanza lo envolviera.
—Tú saldrás de aquí, te lo prometo —sonreí, convencida de que así sería. Mis palabras eran un intento de infundirle un poco de esperanza.
Él me miró confundido, pero no apartó sus ojos de mí, como si estuviera dispuesto a entender a qué me refería.
—Tu comportamiento está bien. Si sigues cumpliendo con el tratamiento, tu enfermedad mejorará y podrás salir —continué, intentando ser optimista.
—No creo que eso ocurra. Ya perdí las esperanzas; llevo tres años en esto —dijo, bajando la cabeza con desánimo. —Aunque pueda irme, no tengo a nadie que me tenga siquiera lástima para dejarme quedar.
—¿Y tu familia? —pregunté en un susurro, temiendo incomodarlo.
Posó su mirada en mí, y en sus ojos vi una tristeza profunda.
—No tengo.
Su respuesta resonó en el aire como un eco doloroso. Sin duda, lo que lo llevó hasta aquí tuvo que ver gravemente con algún asunto relacionado con su familia. La soledad que irradiaba era palpable.
Como si fuera obra del destino, mi celular sonó, interrumpiendo el incómodo momento. Era una llamada de mi hermana.
—Oye, ya acabé todos los ejercicios. ¿Demoras mucho? —dijo su voz alegre al otro lado de la línea.
—Oh, verdad, casi me olvido de que aún me esperas. Ok, mira, ahora voy para allá —respondí apresurada.
—¿Y cuándo conoceré al chico? —preguntó con curiosidad.
—Diablos... Mmm, bueno, yo lo llevaré conmigo. Debo colgar —dije rápidamente antes de que pudiera preguntar más.
—¿Qué ocurre? ¿Algo anda mal? —me miró preocupado, su expresión mostraba un destello de inquietud.
—No es nada —me paré del banco, tratando de disimular mis pensamientos. —Solo mi hermana recordándome que debo regresar.
—¿Tienes hermana? De seguro es muy linda al igual que tú —dijo con una sonrisa que iluminó su rostro.
La última frase aceleró las pulsaciones de mi corazón. No sabía si era por nerviosismo o incomodidad, pero me emocioné al escucharle.
—Tengo una hermana menor y ella me espera. Te la presentaré —respondí, sintiendo que esa conexión entre nosotros se fortalecía.
Sin más preámbulos, tomé la mano de Tae y nos lanzamos por los pasillos de aquel lugar una vez más. Nuestros pasos eran largos y apresurados; había tenido a Min-Youn esperándome durante un buen rato.
Al llegar a la puerta de mi oficina, vi a mi hermana parada allí. Se veía ansiosa y emocionada; estaba loca por conocer a Tae.
—Hola, tú debes ser la hermanita de Min Sook. Yo soy Tae, un paciente... —comenzó a decir, pero fue interrumpido.
—¡El es mi amigo! —exclamé sin darme cuenta de lo que estaba diciendo.
—Hola, Tae —saludó mi hermana con entusiasmo, gesticulando con las manos como si le diera una cálida bienvenida. —Yo soy Min-Youn, su hermana, y estoy muy contenta de conocerte al fin.
—¿Al fin? —preguntó el chico algo confundido, pero su sonrisa no desapareció. Era evidente que intuía algo sobre esta situación.
¡MIN-YOUN! ¡Te mataré! Por Dios, qué vergüenza. ¿Por qué a mí?
Pasada una media hora y después de que mi hermana me pusiera en evidencia una y otra vez, miré el reloj y vi que se me había hecho muy tarde. Así que me dirigí hacia la habitación de Tae.
Mientras subíamos las escaleras, él fijó la vista en un paciente que pasaba por allí; al parecer lo trasladaban a alguna habitación. El chico mostraba una mirada llena de tristeza que me dolió un poco...
—Bueno, el día de hoy fue largo. Ya me voy, así que pórtate bien, sobre todo a la hora de comer —dije mientras me acercaba y le despeinaba la cabellera en un gesto cariñoso.
Me sonrió dulcemente y tomó mis manos con delicadeza.
—Sook, mañana debes mirar mi regalo para que no me olvides en tu día especial. ¿Sí? ¿Lo prometes?
—Ok, lo prometo —respondí, sintiendo cómo las palabras brotaban con sinceridad. Me lancé hacia su pecho y caí entre sus cálidas manos, sintiendo una conexión indescriptible.
Eran las 11:43 p.m.; ya era tarde, pero no pude dormir hasta ahora. Cada vez que cerraba los ojos, Taehyung aparecía en mi mente como una luz brillante en medio de la oscuridad.
De repente, el sonido del teléfono rompió el silencio de la noche. Desperté sobresaltada y respondí casi automáticamente.
—¿Hola? —dije con voz somnolienta.
—Min Sook, soy Hana. Disculpa la hora, pero no podía esperar...
—Dime, ¿qué sucedió? —pregunté rápidamente, sintiendo cómo la inquietud se apoderaba de mí.
—Tae...
—¿Qué pasó con él? —hablé seriamente; su tono me tenía nerviosa.
—Lo trasladaron de habitación porque tuvo un problema de actitud hoy en la tarde.
¿Qué? ¿Problema de actitud? Esto no puede estar sucediendo. Por favor, que solo sea una pesadilla.
Mi corazón latía desbocado mientras intentaba procesar la información. La preocupación se instaló en mi pecho como un peso insoportable. Tenía que hacer algo. Tenía que ayudarlo.

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Esquizofrenia/KTH
Fanfiction-¿Qué acaso no me escuchan? -Les estoy diciendo que él no está loco ¡no lo está! -Yo sé que nunca se atrevería a dañarme. ➛ Taehyung fanfic ➛ Heterosexual ➛ Crédito de portada: MyBoyKT ➛ Capítulos cortos ᴇsϙᴜɪᴢᴏғʀᴇɴɪᴀ✓