—¿Min Sook?... ¿De verdad eres tú? —La voz de Taehyung sonaba rota, llena de incredulidad. Se frotó los ojos con fuerza, como si temiera que yo fuera una ilusión, y de repente se abalanzó sobre mí en busca de consuelo.—Tranquilo, estoy aquí —le aseguré, envolviéndolo en un abrazo reconfortante. Sentí su cuerpo temblar contra el mío.
Pero una punzada de preocupación me atravesó. ¿Y si alguien entraba y nos veía así? En este lugar, las apariencias lo eran todo.
Con cuidado, me separé de su abrazo, pero él reaccionó al instante, atrayéndome de nuevo con una fuerza desesperada. Unos sollozos ahogados escaparon de su garganta. Era un sonido que rompía el alma.
—Ya basta, Tae —dije con suavidad, sintiendo la humedad de sus lágrimas en mi mano mientras las secaba—. ¿Qué te parece si jugamos a algo? ¿O hablamos?
—¿A esta hora? —respondió, su expresión triste suavizándose ligeramente, dando paso a una sonrisa tímida que le iluminó el rostro por un instante.
Miré mi reloj y supe que Taehyung tenía razón; era muy tarde. Las luces tenues de la habitación acentuaban las sombras en su rostro.
—¿Quieres contarme qué soñaste? —pregunté, entrelazando mis dedos de manera juguetona, intentando aligerar el ambiente.
El silencio se extendió entre nosotros, pesado y denso. Finalmente, respondió con un gesto negativo, su mirada fija en un punto indefinido de la habitación.
—No, no quiero recordarlo. Es horrible.
—Entiendo. En ese caso, supongo que me iré. Debes descansar.
—Quédate —pidió con una voz que rozaba la súplica, suplicante. Dio unas palmaditas en la cama, con la mirada fija en mí, esperando que me quedara a su lado. Pero yo no podía, no debía...
Negué con la cabeza, una y otra vez, sintiendo la culpa clavarse en mi interior.
—Quédate conmigo hasta que me duerma —insistió con un puchero infantil, su labio inferior temblando ligeramente.
—No puedo, Tae... Yo... no está bien.
Me encontraba en un dilema, atrapada entre mi deseo de ayudarlo y la necesidad de protegerme. No sabía qué hacer.
—¡Entonces vete! —exclamó, su voz cargada de frustración y dolor—. Eres como todos los demás...
Sus palabras, aunque breves, me hirieron profundamente. Sentí como si me hubieran abofeteado.
—Tienes miedo de lo que pueda hacerte. Piensas que soy un monstruo, ¿verdad?
Al decir esto, bajó la cabeza y cubrió su rostro con las manos, tratando de ocultar las lágrimas que amenazaban con caer. Sus hombros temblaban con cada sollozo.
—No es así, Taehyung —afirmé con sinceridad.
—Por favor, no te alejes —su voz se suavizó hasta convertirse en un susurro—. Quédate conmigo, a pesar de lo que soy.
—Taehyung, no hagas caso a lo que digan de ti. La gente tiene miedo de lo que no entiende.
—¿Y si fueras tú quien habla mal? ¿Debería ignorarte?
—Nunca diría algo así. Puedes confiar en mí —le aseguré, colocando mi mano sobre su hombro. Sentí su tensión bajo mis dedos—. Apenas te conozco, pero ya veo que no eres como dicen. Eres amable, tierno... —toqué su nariz suavemente— y sensible. Eres un buen chico, Taehyung, y si sigues las indicaciones y tomas tu medicación, podrás tener una vida normal.
—¿Por qué no te quedas conmigo hasta que me duerma? ¿Cuál es el problema? ¿Es que te doy asco?
—¿Y si alguien nos ve? Podrías meterme en problemas, y yo a ti.
—Nada pasará. Solo espera hasta que me duerma, luego puedes irte. Nadie tiene por qué saberlo.
—Está bien, trato hecho —cedí, sintiendo un nudo en el estómago.
Al despertar, me di cuenta de que me había quedado dormida a su lado. Taehyung me abrazaba aún en sueños, su rostro relajado y sereno. ¿Cómo había acabado así? Debería haber sido más fuerte.
Miré mi reloj; aún era temprano. El sol apenas comenzaba a filtrarse por las cortinas.
—Es temprano —suspiré aliviada, intentando calmar el latido acelerado de mi corazón.
Al levantarme con cuidado para no despertarlo, él abrió los ojos. Su mirada era suave y confusa.
—Min Sook... Lo siento, fue sin querer. No quería que te quedaras aquí.
—Tranquilo, Taehyung, fui yo quien se quedó dormida —respondí, restándole importancia. Le entregué su medicación—. Toma.
Obedeció y tomó las pastillas con un vaso de agua. Era admirable cómo me escuchaba, cómo parecía aferrarse a mis palabras.
—Hoy no estaré, pero debes tomar tus medicamentos con la enfermera que vendrá, ¿de acuerdo?
—Sí, pero que no sea mala —dijo con desánimo, su rostro ensombrecido por el recuerdo.
—¿Qué sucedió antes? —pregunté, preocupada.
—La primera enfermera me trató mal. Me dijo que no hablara, que era un enfermo y que no merecía nada.
—Tranquilo, Taehyung, la enfermera de hoy es una amiga mía. Es muy amable. Estarás bien —le sonreí, intentando tranquilizarlo.
—Supongo —respondió, no muy convencido.
Me despedí y salí de la habitación, sintiendo un peso en el corazón. Pero entonces escuché su voz.
—¡Min Sook!
Me giré alarmada hacia él. ¿Había pasado algo?
Sin decir palabra, corrió hacia mí y me envolvió en un fuerte abrazo. Correspondí al gesto, sintiendo su fragilidad y su necesidad.
—Pórtate bien —le dije, separándome suavemente de él.
Asintió, y con eso, supe que había dejado una pequeña marca en su camino hacia la recuperación. Una pequeña luz de esperanza en medio de la oscuridad.

ESTÁS LEYENDO
Esquizofrenia/KTH
Fanfiction-¿Qué acaso no me escuchan? -Les estoy diciendo que él no está loco ¡no lo está! -Yo sé que nunca se atrevería a dañarme. ➛ Taehyung fanfic ➛ Heterosexual ➛ Crédito de portada: MyBoyKT ➛ Capítulos cortos ᴇsϙᴜɪᴢᴏғʀᴇɴɪᴀ✓