capítulo segundo: mirada aguda, gatillo rápido.

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Aquella inesperada invitación de parte de Primo trajo consigo dos cosas importantes:
La primera, que Colt hubiera aprendido a pulso que, en el bar de Barley, incluso la bebida más "ligera" en el menú era un puñetazo en el hígado que te deja viendo estrellitas de un golpe
Y la segunda, que Bull, pese a aquél temperamento que se cargaba y la clara incomodidad que experimentaba cuando se le quedaban viendo a los ojos, no era tan difícil de tratar como podía imaginarse, y que Colt tenía ahora un nuevo compañero para los eventos de aquella mañana.

Y como algo extra y para sorpresa del mismo Colt, había visto al coloso reír por primera vez desde que lo conoció

Vamos a ser sinceros, su risa no era precisamente la más dulce o tierna del mundo, pero para él, aquél sonido burdo, sarcástico y nasal, había sido una de las cosas más lindas que había escuchado en un largo, largo tiempo

Pese a que había visto su encantadora sonrisa desde el primer día, no había escuchado su risa
Y, había que decirlo, nunca había escuchado a nadie reír con tanta fuerza al escuchar los chistes de Primo como ese hombre...

Además claro de Shelly, que disfrutaba de las historias que contaba con su típico "allá por mi pueblo, me pasó esto. Pero ¡No me vas a creer si te dijera cómo fue que ocurrió esto otro!"luego de dar una larga explicación de por qué a México lo llamaba "mi pueblo"

-es porque he visitado cada rincón de México-explicaba siempre con una sonrisa-desde la puntita de Quintana Roo hasta el desierto de mi preciosa Sonora. Todo México es mi pueblo, porque lo conozco ¡como si fuera mi pueblo natal, pues!-dijo, a lo que Colt sonrió asintiendo levemente, tomando el zumo de naranja que Primo amablemente había pedido para él, debido a que no pudo continuar bebiendo a la par de los dos titanes aquellas bebidas que Barley no dejaba de llevarles, el sabor fuerte de la primera bebida se había quedado adherido a su paladar, por lo cual ambos amigos aconsejaron que Colt no siguiera bebiendo, tanto por su salud como por su imágen como sheriff. No era adecuado que lo vieran hebrio, menos en lo que se supone eran horas de trabajo

-este tipo de licor puede matar a un elefante, Colt, debes tener cuidado... además, no creo que quieras que todo el pueblo te vea bailando encima de la mesa en ropa interior si se te llega a subir-le recordó Primo junto con una bromita mientras sonreía, Bull solamente los veía de forma tranquila mientras sostenía un pequeño vasito que, según le habían contado los dos amigos, era una bebida conocida como "El rey Herodes"(Bautizada por el mismo Primo, ya que era algo que, según le dijeron, era como la ley de Herodes"o te chingas, o te jodes") la cual solamente ellos dos se atrevieron a tomar en esa ocasión... Dicho con otras palabras, solo los descritos como "peso pesado" dentro de aquellas extrañas clasificaciones dentro del parque se atrevían a tomar, debido a que el metabolismo de éstos era aún más rápido de lo normal, aquél licor tan poderoso parecía no afectarles más que causando un suave mareo en ellos, debido a su fuerza y tamaño.

Bull parecía disfrutarlo sin prisas, lo paladeaba de forma tranquila y con los ojos entrecerrados, disfrutando la quemazón fría del licor en la lengua antes de pasar el trago, sonriendo suavemente al sentirlo quemar su garganta y disfrutando de aquél momento de calma...

O al menos así era hasta que sintió la mirada de Colt sobre de él, admirandolo con cierto aire de misticismo, como se observa un monumento o una estatua dentro de un santuario, detallando cada uno de sus rasgos y memorizando cada pequeña expresión que asomara en su rostro de roca sólida, cosa que, claramente y sin ganas de ocultarlo, comenzó a poner nervioso e incómodo al gigante, que inmediatamente frunció el ceño aún con los ojos cerrados y volteó en dirección de su compañero de mesa, viéndolo de forma seria, amenazante y terrible, con un aire ozco que acentuó con un gruñido, lo que hizo que Colt desviara la mirada, avergonzado por haberse quedado viendo tanto tiempo a tan particular y misterioso compañero de bebidas, cuya voz tronó como un relámpago en aquél lugar, haciendo que la piel se le erizara de una manera muy poco natural

La Bestia Del DesiertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora