El mundo se había desvanecido en una nube lechosa a penas y tocó la almohada de la camilla, cada músculo de su enorme cuerpo se fue relajando poco a poco debido al cansanacio, la pérdida drástica de sangre y el dolor, lo cual hizo que el enorme hombre quedara a disposición de las manos de los médicos, quienes no tardaron en atenderlo y sacar la bala de su costado, reparando los daños y salvando la vida de aquél gigante que a más de uno robó el aliento mientras las operaciones pertinentes se llevaban a cabo, no solo por su belleza física, sino por la resistencia de su cuerpo, que en todo aquél período de tiempo, había perdido sangre suficiente para completar medio litro, un poco más y aquella falta de sangre hubiese causado un daño casi irreparable en sus sistemas, afortunadamente, no pasó a mayores y aquello quedaría marcado en la piel del coloso como una nueva batalla contra la muerte ganada.
Fuera de la sala de operaciones, Bibi esperaba saber si su primo pasaría de ese día y Colt, por extraño que suene, permaneció a su lado excusándose en hacerle compañía solamente para saber si el tipo estaba bien, mientras esperaban la salida de los médicos para tener noticias sobre Bull.
Pasaron varios minutos, era imposible contar el tiempo mientras observaban la puerta con la tensión en las tripas y muchísimas personas pasando de una sala a otra, entre conversaciones, llamadas a los médicos de guardia, así como entre la marea de heridos y enfermos siendo trasladados por los camilleros de una sala a otra del complejo
Parecía algo caótico, y sin embargo, Bibi no parecía inmutarse por ello, incluso estaba entretenida jugando con un hilo suelto de su pijama, ignorando los gritos de los médicos llamando a los enfermeros o a otros de sus camaradas para atender una fractura expuesta, una luxación o un accidente con un aguacate(que por alguna razón, había demasiados casos)
Harto del bullicio y de la espera, Colt se mordió los labios y suspiró, moviendo nerviosamente una pierna mientras volteaba a ver a Bibi solo para volver a ver en dirección de aquella puerta detrás de la cual estaba Bull, reprimiendo sus ganas de preguntarle sobre el tipo a la preocupada mujer
-parece un hormiguero aquí... ¿Habrá habido algún accidente u otro ataque de un monstruo marino o subterraneo?-preguntó viendo a la gente, Bibi levantó una ceja, tenía los brazos cruzados sobre el pecho y parecía preocupada, la chica solamente se encogió de hombros y volvió a ver la sala, notando hasta ese momento el movimiento de tanta gente a su alrededor
-no lo creo, todo mundo estaría vuelto un loco-explicó, a lo que Colt solamente la observó y devolvió su mirada rápidamente hacia su alrededor, como obviando el caos de la gente sin entender por qué lo decía, Bibi solamente frunció los labios, entendiendo qué ocurría casi por pura deducción y levantó las cejas-nunca has estado en un hospital ¿Cierto?
Colt no respondió de inmediato, pero negó pocos segundos después, bajando la mirada hasta con algo de vergüenza
-no. Afortunadamente nunca he tenido que estar internado en un hospital, por eso me parece un caos todo esto
La chica solamente le dio unas palmadas en la espalda y sonrió comprensiva
-por lo general los hospitales de las ciudades grandes siempre son así. Me imagino que en algún momento te llamaron para atender alguna emergencia parecida a la de mi primo ¿No? Algún herido, o amputado o algo parecido
Colt movió la cabeza, a lo que Bibi comenzó a reír levemente mientras se inclinaba hacia el frente
-venga ya. Entonces eres un novato en todo esto de los hospitales. Bienvenido al movido mundo del área blanca, donde tienes que dar el 100% de tu paciencia y de tu vida a cambio de reclamos estúpidos y gritos de gente malhumorada que cree que le debes algo-dijo mientras volvía a ver hacia el pasillo que daba al quirófano, Colt soltó una risita debido a su comentario, después de todo, no sabía si en verdad era como ella lo describía, pero estaba seguro de que era así
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La Bestia Del Desierto
FanfictionColt llevaba ya cerca de 3 años viviendo en aquél pueblo, sin embargo, esa era la primera vez que se percataba de la presencia de un hombre que, había que decirlo, no pasaba exactamente inadvertido, tanto por su caracter como por su aspecto, y sin e...