Se acomodó el cuello de la camisa, el aroma del perfume llegando a su nariz tras echarse en el cuello y muñecas. Esparció el mismo por su ropa, asintiendo conforme al echarse una ojeada en el espejo. Agradecía que Jimin aún estuviese en el trabajo, había logrado evitarle la mayor parte de la semana y así seguiría siendo mientras consiguiera rentar un apartamento para él. Pero no conseguía uno acorde que le gustara, y por mucha prisa que tuviera no se conformaría con cualquier hueco que viera por ahí.
Revisó la hora, siendo ya cerca de las cuatro. Había quedado en buscar a Taehyung a esa hora, y se negaba a dejar una mala impresión como impuntual. Por eso se apresuró en recoger sus cosas y meterlas en su bolsillo mientras conseguía las llaves de la casa y del auto.
La casa de los Min era un gran ejemplo de la burguesía de Gangnam. Moderna, de dos pisos y blanca con un hermoso jardín que se quedó mirando por un buen rato mientras esperaba que Taehyung saliera e intentaba ignorar las extrañas miradas del vigilante.
No mucho después pudo sentir el dulce aroma del omega, vestido en una camisa de seda blanca y un suéter elegante y moderno de color crema. Sus piernas se destacaban, enfundadas en un pantalón negro y ajustado. Abrazaba sus caderas y torneadas extremidades a la perfección, pero trató de no fijarse demasiado en eso.
—Nos vemos, Sr. Seongyu. Si Yoongi le pregunta dígale que fui de visita a casa de Kim Namjoon —Taehyung sonreía hacia el alfa de mediana edad en la entrada, el cual asintió solemnemente. Le costaba entender cómo Taehyung podía ser tan encantador con todos y nunca cansarse. ¿Debía ser una falsa faceta, no? Al menos de eso intentaba convencerse—. Buenas tardes, Jungkook. ¿Vamos?
Era notable la diferencia en la actitud del omega cuando no estaba con su alfa. Se le veía más abierto, lo cual lo llevó a hacer una anotación mental para analizarlo mejor posteriormente.
La esencia del omega era mucho más leve en comparación a como había estado en la cena en la misma casa. Recordaba vagamente como las feromonas de este habían estado pululando por todo el lugar, haciéndolo incomodarse debido a su naturaleza. En su momento, se había sentido culpable por verse atraído a su esencia estando junto a su pareja. Ahora, el solo pensar en eso era amargo; Jimin nunca le respetó de esa forma.
—No es un café muy lujoso —dijo con cierta seriedad al rato del trayecto, ya casi a punto de llegar—. Pero es cómodo y hogareño. No va mucha gente por ser artesanal y medio costoso.
—Oh, suena bien. No te preocupes —Taehyung le dedicó una sonrisa, palmeando su rostro—. No soy exigente con los lugares, ¿sabías? Prefiero los sitios rurales a la ciudad en realidad. Sobretodo los sitios de playa.
—Huh, ¿Y hace cuánto no vas a una?
—Hace mucho, mucho tiempo —la sonrisa del castaño se había transformado al nostálgica y hasta triste, por eso prefirió no decir nada más al respecto.
Contrario a sus palabras, el sitio estaba más lleno que de costumbre, lo cual hizo reír al omega al ver su rostro. Jungkook detestaba los lugares con mucha gente, solía compartir eso con Jimin, pero Taehyung se notaba todo lo contrario. Le sonreía a todo y a todos y en línea general era como salir con un perrito a su lado que se maravillaba con cualquier cosa. Pensar en eso le llenaba de tirsteza, suponiendo que no era usual para él salir con alguien a hacer cosas tan cotidianas como tomarse un café y charlar.
Taehyung estaba muy solo, podía verlo en su mirada y eso explicaba el apego tan rápido de parte de él hacia Jungkook a pesar de su terrible actitud en un inicio. Había opinado muchas cosas negativas del omega. Lo había visto como alguien superficial, un simple accesorio para su alfa, alguien mimado e inservible. Quería llorar, ponerse de rodillas y pedirle perdón de solo recordarlo. Al observar como sonreía con sorpresa en sus ojos al ver como el barista hacía una flor en su café, decidió que Taehyung era esa clase de persona por la que cualquiera movería cielo y tierra por hacer feliz. Cualquiera menos Yoongi, claro.
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House of cards ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒⁿ
FanfictionLos matrimonios entre Yoongi y Taehyung, y Jimin y Jungkook, siempre han sido vistos como el matrimonio ideal. El mejor ejemplo de cómo debe ser la unión entre un alfa y un omega. Son dos matrimonios aparentemente perfectos. Lamentablemente, aquello...