Jungkook se dedicó a observarlo y escucharlo, sus facciones repletas de calidez a cada palabra que escurría de sus labios en pequeños lamentos. Habían conseguido un tronco cómodo y quizás algo viejo cerca de la orilla, sentados uno al lado del otro en contemplación al paisaje, vislumbrando cada detalle que el panorama les brindaba. Pero de alguna u otra manera, sus visiones fueron encontrándose únicamente la una con la otra.
—Yo no tenía idea de lo que de verdad era mi matrimonio. Siempre me esforcé en ser este... omega perfecto, que cualquiera querría a su lado. Pensé que si era bonito y bien comportado no me tendría que preocupar que nadie me quisiera —Jungkook quiso interrumpirlo, hacerle saber a Taehyung lo fácil que era querer a un ángel como él. Sin embargo, lo mejor era permitirle su espacio a desahogarse en confianza con él—. Yoongi era todo lo que mi omega quería. Siempre me consideré tan afortunado... No sentía que alguien como él podría fijarse en alguien como yo.
Aquello era como un golpe directo al pecho, suspirando mientras sus ojos se llenaban de aquel deje de tristeza y culpa que no tenían progreso en disiparse. —Y cuando empezamos a salir yo no podía estar más feliz. Pensé que había amor ahí, pero según mi papá... Él solo veía el dinero que mi familia tiene. Y ya no sé ni qué creer, Jungkook. Todo lo que pensé que tenía armado se me está desmoronando en la cara y no sé si pueda hacer algo al respecto.
Diablos, tenía que decirle. No podía soportar aquellos ojos caídos observándole con tanta desdicha, el como todo su aroma revelaba la miserable vida que estaba llevando. Odiaba tanto a los seres crueles y egoístas que habían destrozado a tan preciado ser. —Nada de esto es tu culpa, Taehyung...
—Sí lo es. Yo he permitido que esto pasara, que llegara hasta este punto. No puse límites y dejé que cualquiera me pasara por encima —sorbió por su nariz, sentía que volvería a llorar y realmente no quería ofrecerle esa vista a Jungkook—. Solo quiero que mi matrimonio vuelva a estar bien. Extraño al Yoongi de antes, quiero todo devuelta.
No, no, no. Taehyung no podía estar deseando tal cosa. Debía conseguir que abriera los ojos y se diera cuenta de la farsa que tenía como matrimonio, del vago intento de ser humano con el que compartía cama. Y de solo imaginarse a aquella escoria siquiera tocando al omega... Su alfa se retorcía por dentro, pidiéndole a gritos que hiciera algo al respecto.
Desde muy tierna edad había sido un niño astuto y sereno, daba chance a que las situaciones se desarrollaran ante sus ojos con calma y paciencia, antes de actuar y tomar una decisión. Pero desde su presentación como alfa... sus jodidos instintos le habían jugado malas pasadas.
Por esa misma razón se halló sujetando ambas mejillas adversas, apretándolas suavemente hasta unir los labios rosáceos del omega en un puchero que unió hasta su boca. Sus ojos cerrados y sus manos firmes, besó las comisuras ajenas con cuidado y delicadeza.
Juraba sentir un ligero movimiento tras unos segundos de quietud, probablemente se había congelado en sorpresa, pero Taehyung le estaba correspondiendo débilmente y su alfa solo podía saltar, contento de poder tener al omega castaño entre sus brazos. Lo rodeó de dicha forma, buscando la cercanía que pronto le brindó una calidez extrema. El aroma dulzón y cítrico del hombre lo estaba envolviendo, indicándole que había hecho lo correcto.
Podía sentir los labios adversos moverse tímidamente, chasquidos suaves hechos por ambas bocas al separarse y volverse a unir en periodos de cortos segundos. La boca de Taehyung se sentía fría por el clima, pero en su interior era tan cálido y reconfortante, el sabor a la cerveza llegando a su boca cuando abrió aquellos labios con su lengua y se tomó el atrevimiento de invadirla.
Pero antes de poder procesar en el hecho, Taehyung lo empujó por el pecho, una horrorizada expresión vistiendo su rostro como una tela oscura y amarga. —¿Qu- Qué haces?
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House of cards ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒⁿ
FanfictionLos matrimonios entre Yoongi y Taehyung, y Jimin y Jungkook, siempre han sido vistos como el matrimonio ideal. El mejor ejemplo de cómo debe ser la unión entre un alfa y un omega. Son dos matrimonios aparentemente perfectos. Lamentablemente, aquello...