Capitulo 18: El regalo.

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Dylan: *escribiendo* Claro que cuando apenas apareció el sol para secar los charcos del lugar, los cachorros parecían pedir desesperadamente ir al parque. Solo esperaban oír de mi o de Dolly esa palabra clave, que les daría luz verde para ir hasta la puerta principal. Y así fue a las 15 horas. Fergus, Big Fee y Sidd no parecían estar presentes aquel día, por lo que cuando Tasha llegó, no fue difícil para los dos hablar libremente sobre G-12, evidentemente usando los apodos. A las pocas horas el ocaso iba apareciendo, lo cual era señal de todos para volver. Tras despedirme de Tasha busqué al resto de cachorros para ir directo a casa. Apenas había cerrado la puerta, volví a sentir la vibración del teléfono, sujeto a mi collar. Se trataba de Terence. A punto estuve de atender la llamada, justo en el vestíbulo, donde mayoría de los cachorros me miraban curiosos por el dispositivo, pero me contuve. Salí directo al patio y contesté.

*flashback*

Dylan: *contesta* ¿Sí?

Terence: Hola, amigo. ¿Interrumpo?

Dylan: Un poco, pero no es tan importante. ¿Qué pasa?

Terence: Considerando que tu eres «El de la Pintura», y ya que solo un agradecimiento por tu poesía no es suficiente, pensé en hacerte un regalo, lo tengo en mi casa.

Dylan: ¿Debo ir como «El de la Pintura»?

Terence: Si quieres. Lo que si te diré es que se trata de un objeto material.

Dylan: De acuerdo, creo que estoy desocupado a las 23 horas. Voy a llevar a Tasha ¿Te parece bien?

Terence: De acuerdo. Nos vemos, entonces. *cuelga*

*fin de flashback*

Dylan: *escribiendo* Los cachorros parecían tener hambre en aquel instante, y Dolly ya me estaba pidiendo a gritos desde lejos que fuera y me encargara de la situación. Apenas alcancé a decir que iba en un momento, mientras marcaba el número de Tasha para avisarle de la pequeña reunión con el Terrier y ella me contaría otra cosa más adelante...

...

Dylan: *escribiendo* A las 23 horas con 11 minutos, tocaba la puerta de la Terranova, siendo G-12 El lugar estaba tan desierto que alcancé a quitarme la máscara, entregándole un ósculo fugaz. Igual que la otra vez, me hizo saber que estaba lista para ir, de modo que me puse la máscara y ambos emprendimos misma caminata. El camino desde su casa hasta la de Terence constaba de un poco más de diez minutos, y mayor parte del tiempo la pasamos hablando de cualquier cosa que nos viniese a la mente al caminar. Ergo de un rato, sacó un tema respecto a G-12.

*flashback*

Tasha: ¿Sabes? Me di cuenta de una cosa.

Dylan: ¿En serio? ¿De qué, amor mío?

Tasha: No se si tu lo hayas notado antes, pero el caso es que Terence seguramente, tiene una firma igual a la mía. Es decir, piensa esto: Tanto su nombre como el mío inicia por la letra «T». Lo mismo pasa con nuestros apellidos, pues las primeras consonantes son «Trr» (1)

Dylan: Pues la verdad nunca lo pensé. Pero ¿qué insinúas con ello?

Tasha: Considerando que Terence está de nuestro lado, podría ser algo útil. «D Dorado» aun cree que él intenta revelar tu identidad, de modo que si el Terrier te da algo firmado a su nombre, podría pensar que «T Trr» se refiere a mí. De modo que no podría sospechar.

Dylan: No suena mal. Claro, primero habría que acordar eso con Terence.

(De repente, ambos se detienen en un lugar en específico.)

Tasha: Y hablando del rey de Roma...

...

Dylan: ¿Y bien? ¿Qué opinas al respecto?

Terence: Es un juego de palabras que... la verdad, yo conocía un poco antes. ¿Pero cuál es el caso de eso?

(Tasha le contó todo y le pareció una idea atrayente Por cómo contaba, Terence ya empezó a pensar que Fergus podría sospechar de él, principalmente por lo del GPS. Claro que ya no era un misterio para ninguno de los tres, ya estaban al tanto del plan de Dylan. Y después de un rato, el Terrier fue hasta un cuarto, advirtiendo que volvería en unos segundos. Dylan y Tasha cruzaron miradas, invadidos por la curiosidad del asunto del regalo. Lo que vieron fue a un Terence, libro en hocico, y se lo entregó al dálmata. Hojeó algunas de las hojas y vio que al inicio alguien que escribió la siguiente frase: «Para Dy.Dalm/ Tu poesía anónima es única/ Atte: T.Trr». Cerró el libro y vio el nombre del autor.)

Dylan: Andrés Eloy Blanco...

Terence: Oye, no es tan mal regalo, considerando que tú también eres poeta.

Tasha: Terence, no es por sonar grosera, pero... ¿A qué vino el regalo?

Terence: Pues... Dylan, ¿recuerdas que te conté de Gina?

Dylan: ¿No era tu ex que hizo que te fueses de Suramérica?

Terence: Si, ella... Me llamó porque quería volver conmigo... Y no pude negarme. Lo que significa que en dos días vuelvo allá.

Fin del capítulo.

G-12 (Segunda Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora