So Cold |Kookmin

El resto de mi vida.

El reloj marcaba las seis de la mañana, hacia un sol radiante a esa hora. Con mucho cuidado se levantó de la cama para no despertar al bello durmiente que ahí yacía. Jimin siempre era el primero en despertarse porque le gustaba hacerle el desayuno antes de que fuera a la Universidad. Sin embargo, ese día seria un tanto diferente porque el que estaba caminando hacia la cocina pensando en que cocinar era Jeon Jungkook. Quería sorprender a su novio con el desayuno en la cama, tal como en las películas.

No haría algo muy elaborado pues sabia que Jimin amaba hasta lo más simple. Remangó las mangas del sueter y se puso manos a la obra. Mezcló los huevos, la harina, el azúcar y todo lo demás para hacer la mejor mezcla de hot cake, Jimin siempre merecía lo mejor.

Cuando hubo terminado puso los hot cakes en un plato y les añadió el chocolate preferido del mayor, luego cortó algunas fresas y arándanos. En una taza llevaba jugo de naranja y en otra chocolate caliente, no se pudo decidir por cual.

Sin perder más tiempo fue a la habitación que compartían desde hace dos años y con sumo cuidado abrió la puerta. Echó un vistazo rápidamente para comprobar que Jimin siguiera dormido y así era. No quería perturbar el sueño de su amado y ademas sabia que solo faltaban unos minutos para que el chico abriera sus lindos ojitos. Esperaría.

Tal y como dijo, en menos de diez minutos la bolita que estaba debajo de la sabanas empezó a removerse y estirar sus brazos sin abrir los ojos aún. Ni el paisaje más hermoso podría ser comparado con la belleza de Jimin desprendía, era lo más grandioso que había visto.

Jimin llevó una de sus manos hacia el lugar donde Jungkook se suponía debía estar. Al no dar con el chico abrió los ojos abruptamente.

—¿Jungkook? —su vista estaba borrosa aún.

Algo raro estaba pasando, algo muy extraño que Jungkook no podía explicar. Llevó la vista hasta dónde se suponía Jimin debía estar pero no había nada ahí, la cama estaba completamente vacía. 

¿Que sucedía?

Un dolor se instaló en su cabeza y llevó sus manos ahí por inercia. Parpadeó varias veces y volvió a mirar a la misma dirección y nada. Era muy extraño. Un olor horrible llegó en sus fosas nasales. Dios, era tan putrefacto. Caminó hacia el baño en busca de los aromatizantes, de los cuales cabe destacar, tenia muchos. A medida que caminada el olor se hacia más intenso, es como si viniera de ahí. 

Estaba todo muy confuso, con ayuda de una de sus manos tapaba su nariz, ingresó al baño y tomó el frasco en sus manos. Cuando estaba por salir del lugar una de esas imágenes extrañas que a veces llegaban a su mente volvió a aparecer, pero estaba vez era diferente, era como si la imagen se hubiera hecho realidad y la tenia en frente de él, en el piso. 

Observó con cautela el suelo. Su respiración se cortó, se veía tan real que lo hacia dudar de sobremanera. Sin notarlo una sensación extraña se instaló en su pecho y la tristeza llegó a su sentir. No entendía nada. Cerró los ojos un momento, tratando de recomponerse. No obstante, al abrirlos nuevamente esa imagen seguía ahí. Era como si hubiese cobrado vida. Aquellas imágenes que su cerebro le mandaba sin advertencias, estaban ahí. La más frecuente se posaba sobre sus ojos sin condescendencia.

 Quería acercarse y  tocarlo pero no se atrevía, necesitaba comprobar que todo era una mala jugada de su imaginación.

 Agitó su cabeza y cerró los ojos fuertemente. No, no podía ser cierto.

Aunque así se veía. 

Salió de allí lo más rápido posible. No estaba listo aún. Definitivamente no.

Volvió a la habitación, esparció el contenido del frasco por el ambiente y cerró los ojos. Respiró lentamente tres veces y al volver a abrir los ojos....