So Cold |Kookmin

Los días son mejores a tu lado

—Cariño, ¿Has visto la camisa que me regalaste la navidad pasada? —ya había buscando por todas partes y no la encontraba, era una de sus preferidas.

Jimin entró a la habitación luego de dejar el desayudo en la mesa y junto a su novio buscó la prenda. Le tomó solo unos cuantos segundos antes de dar con ella.

—Mi querido Junkookie, ¿Que harías sin mi? —besó su labios con parsimonia. Jungkook tomó sus caderas y las acarició.

—Probablemente estaría perdido —respondió correspondiendo a los besos de su amado.

—Eso no lo pongo en duda, amor—rió entre el beso.

Jungkook se vistió mientras Jimin lo esperaba sentado en el comedor listo para comer. Hoy tenia planeado regar las plantas, sacar a pasear a Doggie, su mascota, leer el libro que Jungkook le regaló recientemente y limpiar la casa para esperar que su novio llegara de clases. No hacia mucho a decir verdad, cuando Jungkook se iba a estudiar se la pasaba aburrido.

—Cielo, ¿En que tanto piensas? —sintió unos húmedos besos en su cuello que luego llegaron a su oreja mordiéndola.

—Nada interesante —rió por las cosquillas que le producía —Ven, siéntate la comida se enfriará. 

Hizo oídos sordos y siguió con su tarea de repartir muestras de cariño a su chico favorito. Acarició su cabello y fue bajando a su rostro, delineando todo el contorno de este. Jimin cerró los ojos gustoso, amaba eso y su novio lo sabia. Jungkook repartió besos por sus mejillas repetidamente hasta besar sus labios y mantenerse ahí un largo tiempo.

—¿Para qué comer si con tu amor ya es suficiente? —mordisqueó sus labios . Jimin disfrutó unos segundos más antes de apartarlo del todo.

—Llegarás tarde —reprochó ante la dolida mirada del mayor.

—No me importa, podría estar todos los días encerrado en esta casa si es contigo, bebé —su mirada demostraba la sinceridad de las palabras que salían de su boca. 

Jimin rió por quinta vez en lo que llevaba de mañana y alzó su diestra para acariciar los labios del contrario.

—Te amo, Jungkook —sus miradas encajaban tan bien la una con la otra —Pero tienes que comer e irte de aquí —la mirada de Jungkook cambió dramáticamente, mostrando su desacuerdo —Por favor.

—Solo porque me lo pides así de dulce, Minnie.

Jimin rió para sus adentros para después disponerse a comer junto al chico enamorado.

Jungkook salió del hogar prometiendo que regresaría lo más pronto posible y que le traería un obsequio. El mencionado lo despidió junto la puerta de la casa lanzándole un beso volador cuando este ya se había alejado lo suficiente.

Las clases pasaron con lentitud o bueno, el tiempo se volvía más corto y tedioso cuando no estaba con Jimin a su lado. Muchas personas pueden decir que aman a alguien más que a nada en el mundo, pero Jungkook le hacia justicia a esa frase; no había nada que se comparase al amor que le tenia al chico de mejillas rosadas y suaves.

Hace mas de 3 años había conocido al amor de su vida. él estaba trabajando en una tienda de batidos cuando cierto rubio llamó su atención con su radiante sonrisa que era más fuerte que el sol de ese día, y eso que estaban en verano. Aún puede recordar lo primero que dijo:

—Hey, me dijeron que aquí trabaja el chico más lindo de toda la ciudad, ¿Dónde está? —mencionó coqueto.

Desde ese día se volvieron cercanos. Una cosa llevo a la otra y una domingo por la mañana, cuando el sol estaba en su punto más alto y los pájaros aún revoloteaban por todos lados,  Jungkook le pidió que fuera su novio.

Suspiró recordando sus inicios. Nunca los olvidaría.

—Ese Jimin si que te tiene flechado, mi querido amigo —Namjoon paso uno de sus brazos por los hombros del contrario.

Caminaban hacia la cafetería.

—Si no me hubieras mostrado fotos podría asegurar que no existe —informo Taehyung siguiéndoles el paso.

Hoseok concordó. 

Siempre escuchaba comentarios de ese tipo por parte de sus amigos, ya estaba acostumbrado. Tenia las respuestas programadas como un computador a este punto.

—¿Cuándo lo conoceremos? si es tan lindo como en las fotos quiero verlo ya.

Entraron al lugar y luego de pagar por su comida se sentaron. 

Agradecía que no estuviera lleno de personas, le causaba un poco de ansiedad. Empezó a comer y decidió responder a la preguntas que Hoseok le había hecho.

—No lo sé, él no sale mucho —tomó una servilleta para limpiar la salsa que se escurrió por su boca.

—¿Es una especie de ermitaño o algo así? —De todos, Taehyung era el que le hacia más preguntas referentes a Jimin, y Jungkook sin problemas las respondía todas.

Con una risilla, luego de tragar el pedazo de carne, respondió.

—No, nada de eso. Solo le gusta estar en casa.

Su amigo prefirió no seguir. Nunca entenderían porque ese tal Jimin era tan misterioso.

Después de que las clases dieran fin, Jungkook caminó por la ciudad a paso acelerado para ir a la tienda donde vendían el postre favorito de su Minnie. Esperaba no hubiera mucha gente, puesto que quería llegar lo más pronto posible a su hogar. 

Minutos más tardes ya se encontraba a solo pasos de la puerta. Para hoy solo quería recortarse con su novio y ver una película.

Cuando abrió la puerta Jimin lo recibió con una gran sonrisa en el rostro, se veía tan angelical como siempre. Se fundieron en un gran abrazo para después llenarse de besos.

Era un amor tan puro.

—Tengo algo para ti.

Saco de su bolso la cajita con el postre dentro, Jimin inmediatamente lo reconoció y le agradeció mil veces para después sentarse en la mesa a devorarlo. El pelinegro lo veía desde la sala y podía jurar que era lo mejor que le pasó en la vida.

Horas más tardes, ya se encontraban los dos abrazados en el sillón de la sala de estar eligiendo la película que verían mientras conversaban.

—Olvide preguntarte, ¿Como te fue hoy? —articuló Jimin pasando las películas, viendo de que se trataba cada una.

 —Igual que siempre —se encogió de hombros con desinterés —Mis días solo son mejores a tu lado.

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