Jungkook llevaba un par de minutos despierto, aun así no se había levantado de la cama y no tenia intenciones de hacerlo. Cada vez era más difícil conciliar el sueño porque aquellos pensamientos no salían de su mente y lo atormentaban de sobremanera.
Tenía tantas cosas que hacer hoy y las fuerzas lo habían abandonado, últimamente todo se sentía extraño, como si estuviera en un sueño en el cual no tiene la energía suficiente de despertar.
El único consuelo era que Jimin estaba a su lado, eso era suficiente luego se encargaría de lo demás. Ahora estaba en el pasillo que daba a la cocina viendo como Doggie estaba en la puerta del baño oliendo sin parar el lugar a la par que chillaba.
No era nada nuevo pues ha estado llorando inconsolablemente desde hace unos días, pensó en llevarlo al veterinario pero no tenía tiempo para eso. Lo más probable es que no se tratara de algo importante.
Deshizo cualquier pensamiento sin importancia y se centró en las cosas que tenia que hacer.
Primero era limpiar el hogar, había cierto olor que si bien, antes era sutil, ahora abarcaba cada espacio de la casa. Tan putrefacto.
Lo segundo seria pasar por la farmacia que quedaba un poco más lejos a la usualmente iba pero no tenia otra opción. A medida que el tiempo seguía corriendo la situación empeoraba. No era tonto, sabia que eso sucedería. Estaba agradecido de haber buscado la información suficiente por una semana, de no ser así ya tendría animales rondando por su vivienda y algún comentario de un vecino.
Lo tercero y más importante. Era de llenar de cremitas el cuerpo de Jimin. Así era como lo llamaba. El chico lo disfrutaba, nunca recibía una queja por parte de él por tal acto. Se quedaba tan tranquilo y no decía una sola palabra. A veces pensaba en cuanto le gustaría que hablara en esos momentos para conocer sus pensamientos sobre el tema, pero estaba conforme. No podía pedir mucho.
Cansado de los insistentes lloriqueos del animal, caminó hasta él con molestia. Alguna persona podría escucharlos y pensar que lo están maltratando. No podía permitir eso, no podía permitir que alguien ingresara al hogar.
Tomó al animal en sus brazos y lo encerró en la habitación. No era la primera que lo hacia de hecho. Era necesario.
Caminó hasta el baño a darse una ducha, saludo a Jimin en el proceso y dejó un besó en su frente. Dejó sus labios en la zona por mas tiempo de lo necesario, buscando algo, una sensación que, en el fondo de su subconsciente, sabia que no existía.
Al salir vistió algo ligero y empezó por el baño. Limpió el suelo con fuerza, quitando cualquier mal olor que pudo haberse penetrado en la cerámica. A su lado una pila de diferentes productos yacía, en el proceso se encontraba a varios animalitos, cucarachas, hormigas, pero los que más resaltaban era los gusanos. Les perdió el asco hace tiempo, la costumbre de siempre encantarlos ahí era tan normal como ver a Jimin. No se si lo entienden ahora, pero lo harán.
Después de terminar con lo mas difícil y lo más importante, salió del lugar dejando un rastro de fuertes fragancias detrás de él. Se dispuso a limpiar superficialmente el resto de la casa. Nada que unos aromatizantes y inciensos no podrían arreglar.
Cambió su ropa por una más decente y salió despidiéndose de su chico. Sin embargo, el único sonido que escuchó antes de cerrar la puerta fueron los llantos del animal. Era decepcionante pero en la situación en la que estaba no podía aspirar a más.
Tuvo que caminar un poco más para conseguir lo que quería y no le importaba, lo valía. Solo le dijo a las empleadas que era estudiante de medicina y con unas cuantas sonrisas dejó el lugar sin ningún percance.
—¿Jimin? —llamó sin recibir respuesta. Se adentró al hogar dejando las compras en la mesa de vidrio —¿Bebé?
Llamó con la esperanza de que moviera los pies para recibirlo con los brazos abiertos junto con esa radiante sonrisa tan característica.
—Cielo —murmuró por lo bajo, débil.
Con su mano puesta sobre la manilla del baño, una lágrima descendió por su rostro, volviéndose una de tantas que sus ojos han derramado. Tomó una bocanada de aire y giró su mano con los ojos cerrados. Le gustaba creer que las cosas eran diferentes, incluso repetía escenarios en su mente. La mayor parte no era consiente de ello pero sabia que lo hacia y no le importaba, incluso daba pie para que eso sucediera, por qué de alguna manera, era la única forma de seguir respirando.
Lo que no entendía era porque últimamente se mantenía tan pegado al día a día, tan consiente de todo, no le gustaba. Tal vez era la reciente visita de uno de sus amigos que dio una alarma en su cerebro. No lo sabia pero no quería volver al pasado y no regresar nunca.
Se encargaría de eso los próximos días.
Abrió los ojos con dificultad y llevó la vista hacia el amor de su vida, algo en el se derrumbó. Ahí estaba su Jimin, tal como lo encontró en incontables ocasiones, tirado en el suelo sin poder respirar normalmente, o al menos eso era lo que quería creer, no podía asegurar nada.
—Minnie —lloriqueó. Pasó una de sus manos por el rostro del de piel pálida —Estás tan helado —besó sus labios —Tranquilo, ya estoy aquí. Está vez llegué a tiempo. Respira, cariño. Vamos, hazlo lentamente —las lagrimas descendían como un día lluvioso, acabando con todo lo que se encontrara en su camino.
Y de pronto, vio como el pecho de Jimin tomaba vida, tal y como lo deseaba.
Todo volvió como antes o al menos por unos momentos.
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So Cold |Kookmin
FanfictionSi le preguntas a alguno de los amigo de Jungkook por su novio ellos te responderán esto: -¿Jimin? nunca he hablado con él pero Jungkook dice que es la persona más bella que ha visto en su vida -rió al recordarlo. -Es un chico alegre y con un noble...