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Cuando salieron y el primer rayo de sol golpeó los ojos de Tamaki recordó cuanto odiaba el sol, se cubrió con la capucha de la sudadera de Mirio y el olor a este inundó su nariz, una sonrisa tímida se formó en sus labios y se acercó mas la sudadera al rostro para olerla mejor.

No podría descubrir ese aroma se diría que olía a Mirio, lo cual era curioso porque Mirio olía a Sol y perfume de chico, era un olor que le gustaba a Tamaki y era tan raro considerando que odiaba el sol.

Pero Mirio era un clase diferente de sol, era como una persona sol, una persona que brillaba más que el sol pero que a Tamaki no le molestaba, le gustaba, el calor que le hacía sentir y la tranquilidad de estar junto a él.
Caminaron por más o menos 15 minutos hasta llegar a la estación donde Tamaki se arrepiento de ir, muchas personas tal vez demasiadas y todas en el mismo lugar, te pisaba cada cinco segundo y adentro del metro era peor la distancia no existía, si tenías suerte tal vez no habría tanta gente cuando subieras pero ese día si que la había.

- por acá - Mirio jalo un poco la mano de Tamaki para que lo siguiera, terminaron en esquina del vagon donde bien no había tanta gente pero estaban gente... Sospechosa. Gente que vendía bolsas con algo verde en ellas y otras que vendían comida que parecía que estuvo ahi por más de tres semanas.

Mirio puso su mano en los hombros y lo atrajo a él ya que había un hombre... Suponen que dormido en el asiento de al lado pero este no dejaba de mover las manos y esto ponía nervioso a Mirio de que pudiera golpear a Tamaki por accidente.

Pero tampoco es como que la eliminación de espacio los haya molestado, era raro hace semanas que ambos actuaban así cuando estaban juntos más no eran en realidad nada más que amigos.

Al final llegaron a la ciudad y como la ultima vez que ambos habían estado ahi todo se movía demasiado rápido para que la gente viera a su alrededor, todos cambian mientras veían sus teléfonos o algunos sus relojes el tiempo para ellos era oro.

Pero no para Mirio y Tamaki... Bueno en si si porque el señor Chisaki no les había dicho una hora específica para volver, ahora que lo piensa Mirio tampoco tenía el permiso para sacar a Tamaki... Mientras ambos volvieran bien todo estaría bien.

- a dónde se supone que debemos ir?
- eso podemos dejarlo para cuando ya nos vayamos, que te gustaría hacer?
- oh... - miró a su alrededor y apuntó a una carpa que tenía un bocina y unas chicas cantando en ella alegremente.

Mirio solo asintió y caminaron juntos al lugar había una pequeña fila y la curiosidad de saber cómo cantaba Tamaki mataba a Mirio, la voz de Tamaki sería dulce? O tal vez muy seria cuando cantaba? Tal vez era el siguiente Michael Jackson y no lo sabía aún!.

La fila si iba haciendo más pequeña y Mirio notaba como las manos de Tamaki sudaban un poco cada vez que veía más cerca el lugar con la bocina y el micrófono.

- oye, todo bien? - Mirio apretó un poco la mano de Tamaki para que le prestara atención.

Tamaki asintió y luego negó con la cabeza.

- yo odio tener que hacer cosas frente a tantas personas - admitió el azabache jugando con sus manos haciando que Mirio sonreirá tiernamente.
- te parece si solo yo canto? - preguntó
- no se si quieras, no voy a obligarte.
- esta bien lo haré con gusto - dijo y guiño un ojo en el mismo momento en el que llegaron a donde una animada chica de pelo verde les dio un micrófono a ambos.

Mirio se paro en el lado donde se veía la calle y Tamaki se paro de tal forma que solo viera a Mirio, las otras personas eran... Papas?

Mirio busco algunas canciones en el ipad y estuvo haci hasta que encontró la canción perfecta. La gente se detenía cada cierto tiempo a ver lo que pasaba en la carpa, Tamaki sintió la risa de unas chicas atrás de él, posiblemente estaban ahí por Mirio, era apuesto y además de lo más agradable en todos los sentidos.

Hackensack [MiriTama] ¡CANCELADA! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora