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Había pasado mas o menos dos semanas desde la llegada de Tamaki y el y Mirio no hablaban, Mirio lo intentaba pero Tamaki se negaba de la manera mas educada posible.

Era de noche, las noches en la clinica eran frias, y para empeorar un aire acondicionado descompuesto estaba en el cuearto de Mirio, el aire frío le calaba hasta los huesos haciendo que se mantuviera despierto algunas noches, esto no le molestaba o tal vez si pero nunca lo dijo, no queria que aluien con insomnio o alguna otro transtorno sufriera frio en la noche, Mirio no se quedaba en su habitación cuándo pasaba esto, el salía al patio, así es esa clínica tenía un patio, nighteye decía que siempre era bueno relajarse y tomar aire fresco y que a algunos de sus pacientes el cielo azul los calmaba.

Mirio no era una excepción, caminaba por pasto y sentirlo en sus pies descalzos lo hacía feliz, uno de las metas de Mirio era vivir en una colina verdad alegada de la ciudad, pero primero era estudiar, graduarse, ayudar a las personas, casarse y tener una familia.

Todo el camino estaba oscuro casi no se veía nada excepto por los columpios y la banca que eran alumbrados por los faros, se veían las polillas volaban alrededor de la luz, y los viejos columpios quedaron a la vista, tal vez si alguien hubiera estado ahí le hubiera dicho a Mirio que era muy grande para sí quiera subirse al mugroso columpio, pero ahora no había nadie, solo el y la luna que era cubierta por las nubes.

Se sentó en uno de los dos que había ahí y se empezó a balancear lentamente de enfrente hacia atrás, mientras miraba al cielo y se hacía preguntas mentales, ya sabes como el típico : que hago aquí? O que estará haciendo fulanit@ ahora? Etc.

Un golpe seco se escucho a la distancia y a este le siguió un quejido, Mirio se levanto queriendo saber que pasó, pero la poca luz no se lo permitía, cerró un poco sus ojos para intentar enfocar la imagen pero fallo rotundamente. No tardo en verse a la luz a Tamaki Amajiki sacudiendo sus rodillas que estaban sucias de tierra.

- Tamaki! - Mirio se levantó del columpio y empezó a caminar hacia el menor - estas bien? Que haces aquí tan tarde?

- Lo mismo me pregunto - dijo mientras levantaba la mirada para que los ojos de él y del rubio se toparan. Los ojos de Mirio eran totalmente oscuro y profundos, como el cielo de la noche y al igual que este había cierto brillo que similana a las estrellas.

- no ahí una razón en especial - mintió el mayor - me gustan los columpios.

Sonrió y se encaminó junto con Tamaki hacia estos, se sentaron y se sostuvieron de las cadenas oxidadas de estos, el silencio inundó todo por unos momentos, de que se supone que hablarían? Mirio no conocía a Tamaki y este dejó de dar información personal después de unas terapias en grupo, por un tiempo Mirio intento sacarle información a Nejire ya esta llevaba el registro de todos ahí, pero ella solo le respondía con una risita y la mima frase en un tono de sarcasmo "si claro solo para" ayudarlo".

- tu porque estas aquí? - rompió el silencio Mirio y una oleada de alivio paso por todo su ser.

- tenía calor - respondió mientras se intentaba columpiar. era curioso lo diferentes que eran sin darse cuenta y lo insistivo que era Mirio en el que hablarán, tal vez era eso, los opuestos se atraen, no?

Tamaki tenía unas vendas ya sucias y viejas que llegaban de las muñecas a la piel de los codos, se estaban desprendiendo de su piel poco a poco dejándolo a la vista, sus cicatrices, más que largas eran muchas y por lo visto Tamaki tenía una muy buena cicatrización, posiblemente Mirio tendría una terriblemente mala, su padre tenía una mala y su hermana también.

Mirio posó sus dedos en una de estas y Tamaki reaccionó cubriéndose con sus manos, no le gustaba, no le gustaba que la gente notará eso y que las tocarán o que le hicieran preguntas.

- perdón - dijo y se alejo de golpe - yo solo nunca había visto tantas juntas - el rubio se abofetio mentalmente que tonta respuesta posiblemente pudo haberla pensando más pero no lo hizo - lo siento no me refería a eso - empezó a negar rápido con la cabeza y las manos en gesto de negociación.

- tranquilo - respondió con calma Tamaki - no eres el primero en decir eso, solo no me gustan...

- tus cicatrices?

- sí...

Era algo obvio que si Mirio decía que porque se las hizo quedaría como un tonto, sus manos sudaban frío, porque estaba tan nervioso? Al final no rompió el silencio, sólo se levantó y se puso atrás de Tamaki para empujar suavemente la espalda de el menor haciendo que el columpio se moviera y que un escalofrío pasara por toda la espalda de Tamaki.

- q-que haces? - preguntó Tamaki al mismo tiempo que Mirio paraba el columpio para verlo a los ojos. Otra vez no hubo respuesta sólo una linda sonrisa, la cual hizo que el corazón de Tamaki bombeara a mil por hora.

No se volvió a quejar dejó que Mirio siguiera mientras le contaba alguna anécdota, los ojos de Tamaki se empezaron a relajar, la voz de Mirio lo adormecida, pero no se queria dormir, no en ese momento.

Al fin sus ojos se cerraron y su cabeza se recostó en la cadena, los brazos de Tamaki cayeron en su regazo, Mirio sólo lo veia, era confuso, algo en el quería proteger a Tamaki, otra parte de él solo lo quería ayudar, cargo a Tamaki intentando no despertarlo, entraron a la clínica y todo se empezó a iluminar un poco por el sol que empezaba a salir, cuanto tiempo estuvieron afuera? Y... Porqué Mirio no se sentía cansado?

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Hola :)
Sip este fue corto pero bueno algo es algo, espero les guste y pus ya.
Nos vemos luego y no olviden tomar agua (es importante >:v)
Adiossssss
Pd : no se si les guste que deje algunas canciones para que las escuchen pero a la vez lo haré

Hackensack [MiriTama] ¡CANCELADA! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora