CINCO

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¡Holaa! Antes de iniciar el capítulo quería pedir una disculpa porque la semana pasada no actualicé ningún día,  en verdad no encontré tiempo para escribir. Pero no se preocupen, esta semana si habrá actualización ✨

Btw, gracias por seguir leyendo esta historia, significa mucho para mí.

Ahora sí, empecemos.

Bien dicen que cuando habla tu corazón, el mundo se pone de cabeza y en efecto, eso le sucedía a Mely desde que despertó, porque su primer pensamiento fue Temo. Esta vez la mañana se sentía diferente, no podía olvidar la comida con él el día anterior, lo cual la hacía sonreír.

Se sentó en su espejo con el propósito de empezar a arreglarse sin embargo el gesto alegre en su rostro se borró. Miró su cara más de cerca, tenía acné y ese día se notaba un poco más.

"Así jamás le voy a gustar". Dijo hacia sus adentros. Ahí estaban de nuevo esos pensamientos negativos sobre ella misma, el acné era algo que la atormentaba desde hace años y aunque con el tiempo había disminuido, aún así le provocaba ruido en su cabeza. 

Soltó un suspiro. Con ayuda de su celular puso "Sodio" de Danna Paola  y mientras sonaba esta canción comenzó a cepillar su cabello con delicadeza.

"Algún día" Se repitió una vez más.

Cuando llegó a la escuela se dio cuenta de que Mateo aún no estaba ahí así que le mandó un mensaje para avisarle que lo esperaría en el salón. La verdad era que esa mañana su acné la hacía sentir más insegura de lo normal y no quería que nadie la viera.

Para su sorpresa se topó con Aristóteles en la puerta del aula, ambos iban metidos en sus pensamientos y no se dieron cuenta de su presencia así que chocaron al querer abrir la puerta.

-Fíjate.- Susurró Mely.

Ari no respondió nada, se sentía confundido con la repentina actitud agresiva de Mely y no se iba a quedar con la duda. 

-Mely ¿verdad?- Habló en voz alta. Su voz llamó la atención de sus compañeros que recién llegaban al salón.

La rubia se giró a mirarlo. Aristóteles la miró en silencio por unos escasos segundos.

 -¿Qué? ¿Nunca haz visto un grano?- Espetó la chica, pensando que el rizado se había quedado mirando su acné. Con una mano intentó cubrir su mejilla izquierda.

-¿Tienes algún problema conmigo?.- Preguntó acercándose a ella. -Si es por lo de tu exposición ya te pedí perdón miles de veces y por lo que sé no saliste mal después de to...

-No es por eso.- Interrumpió Mely. También se acercó al rizado con pasos lentos. -Es por Temo. No se qué le hiciste pero no deja de pensar en eso y quiero que sepas que él no está sólo. Si tienes un problema con él, lo tienes conmigo.-  Dijo con un semblante serio. Miró a los ojos a Aristóteles, dándole una mirada fría y retadora. 

-Tú no tienes nada que ver en esto.- Habló Ari con la misma actitud que Mely.

-Claro que si.- Asintió un par de veces. -Yo protejo a las personas que amo y con Temo no será la excepción. 

En eso entró Mateo al salón encontrándose a su mejor amiga enfrentándose con el rizado. 

-¿Todo bien?.- Cuestionó al estar cerca de ellos. Puso su mano en el  hombro de la rubia pero sin dejar de ver a Aristóteles.

-Si.- Respondió ella, zafándose del agarre de Mateo. -Sólo le estaba dando unos consejos al chinito.- Agregó con palabras llenas de rabia.

Aristóteles cambió su expresión a una confundida por el apodo de la rubia.

UNA CANCIÓN || Aristemo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora