celo con el enemigo

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Todos hemos tenido una amistad que terminó en malos términos, así pasó con nuestros protagonistas pero antes de eso todo era diferente.

En el jardín de niños se conocieron Minho y Jisung, ambos estaban solos en el patio de juegos cuando el pequeño Jisung reconoció a su lindo vecino.

Solían juntarse, incluso, después de la escuela. Iban a la casa de uno de ellos para seguir conversando. Sus madres, ambas omegas, formaron una bella amistad como sus cachorros, por lo que se veían seguido.

-¿Honnie?- lo reconoció el castaño en el supermercado. No pasó ni un segundo cuando se abrazó al cuerpo contrario mostrando su sonrisa cuadrada.

Pasaron el resto del día juntos, jugando con sus superhéroes e incluso fantaseaban con ser grandes alfas y encontrar a su media luna.

- Sunggie, ¿podrías quedarte a dormir conmigo hoy?- preguntó cuando la madre de este lo llevaría a casa.

Ambos pusieron ojos de cachorro triste consiguiendo el permiso. Las señoras imaginaban que ellos algún día serian pareja, no especificaban nunca la raza, sólo que estarían juntos.

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El primer día de clase en el elemental fue el mejor para ellos pues quedaron en el mismo salón y tomaron asiento juntos a pesar de que todos los días los separaban por no prestar atención.

En cuarto grado se celaban más que nunca pues después de tres años con maestros exigiendo al director su separación lo lograron. Sólo podían verse en recesos y a la salido. Un día, Minho no salía de su salón por lo que Han lo fue a buscar encontrándose con algo que le lastimó aunque no lo admita.

-¿Quién es ella?- preguntó el castaño triste después de que ella le diera una tarta.- ¿Te gusta?

El azabache notó sus ojitos tristes y se acercó a acunar sus mejillas con ternura y darle un beso de esquimal.

- No la conozco. Dijo que le gusto.- añadió con una mueca.- Vamos a mi casa.

El castaño asintió ignorando lo pasado, pues su amigo no quería hablar de eso.

Después de que la señora los obligara a comer subieron a su cuarto para conversar.

- ¿Ella te gusta?

- No...

- ¿Seguro?

- Sí...- cuando vió que el menor replicará se adelantó.- No me gusta y estoy tan seguro como que mi nombre es Lee Minho.

Jisung sonrió en grande por alguna razón, tranquilizándose, al saber que Minho no la quería.

-¿Quieres ser un alfa?- preguntó el azabache.

- Depende. No me importa mucho que sea alfa, pero si soy alfa no sería una carga para mí pareja.

El contrario lo miró indignado por la manera en que su mejor amigo pensaba, "Él no es una carga" se repetía en su mente.
Sin saberlo su mirada se oscureció, asustando a Han.

- No vuelvas a decir que serías una carga.

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Al entrar en secundaria surgieron drásticos cambios tanto físicos como psicólogicos, en especial en Lee pues a pesar de que entraron en plena adolescencia sus lobos dieron acto de presencia y no tardaban en presentarse.

Minho iba más adelantado en su desarrollo pues había ganado bastante altura y músculo que se notaban por sus horas de entrenamiento.

Mientras Jisung continuaba siendo alto no era lo suficiente como para decir que sería un alfa además de que su piel se volvió más tersa.

Minho en su cumpleaños número 14 se presentó como un alfa, ya era de esperarse, mientras que Jisung continuaba siendo un cachorro.

Por culpa de su lobo, Lee se volvió aún más sobreprotector con su amigo. No era fácil provocarlo con insultos ni a él ni a su lobo, pero si se atrevían a tener la intención de herir a su amigo desataban su furia.

Eso quedó claro un día que Jisung salió solo de la escuela sin esperarlo pues se pelearon por unas bromas algo pesadas. El alfa lo seguía a lo lejos cuando notó algo fuera de lo normal.

- Vamos pequeño, no te haré daño. Acércate.- le insitaba un alfa de unos 20 años.

Llegó a su límite al ver como se aferraba a la cintura contraria.

-¡No te atrevas a tocarlo de nuevo!- gruñó Lee después de arrebatarle a su amigo.

Ignoró toda clase de ofensas mientras se alejaba con el castaño, pero claro que hay una forma de que Min llegue a la violencia. Sólo había que retarlo.

- No me entrentas porque perderías alfa de pacotilla.- se mofó.

El mismo tipo insolente no se dió cuenta de nada hasta que cayó al suelo y su mandíbula dolía un montón.

Minho se quitó su chaqueta y la tiró al suelo -donde Jisung la recogió- dejando a la vista sus trabajados músculos.

Se golpearon lo suficiente como para que los vecinos llamaran a la policía y esta intervenga. Al contrario lo llevaron a la comisaría por abuso de menores mientras que los chicos fueron a la casa de Jisung para el labio del mayor.

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- Sunnie hueles muy dulce...- el azabache acercó su nariz a la clavícula del nombrado.- Ve a casa.

No esperó una respuesta cuando lo llevó a su casa como su fuera su guardaespaldas privado.

El menor se había presentado como omega.

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Ya era el último año de secundaria cuando el cambio de Minho era más notorio. Aunque siempre dijo que nunca sería un alfa que creía que nadie lo merecía, sino que sería como cualquiera.

Han debió de obligarlo a firmar un documento donde lo juraba, porque ahora tenía amigos alfas que eran los clásicos "chicos malos" de película juvenil.

Lee lo maltrataba frente a todos, incluso lo insultaba para hacerlo quedar como un omega inservoble que sólo servía para dar hijos.

En sus casas se disculpaba pero ya era una rutina aquel maltratato y no se dejaría más.