celo con el enemigo

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Después de dormir hasta el mediodía Jisung decidió levantarse. No sentía que los supresores estuvieran dejando de hacer efecto como para tomar otro. Lee continuaba dormido después del ajetreo del día.

Miró el reloj y faltaba muy poco para la una de la tarde. Abrió y cerró las alacenas como si fuera su casa y preparó algo rápido para comer. Acomodó las cosas en la barra y regresó al cuarto para despertar al azabache.

- Despierta, Minho.- solo recibió un gruñido en respuesta.- Como quieras, Lee.

Regresó a la cocina y empezó a comer. El alfa salió del cuarto bostezando y se puso frente al castaño para poder verlo sin importarle tomar asiento.

Jisung comía bajo la atenta mirada del contrario quién sonreía y jugaba con su cubierto. El omega frunció el entrecejo y dejó de comer.

- Deja de verme, me incomodas.- se quejó.

- No es mi culpa que seas tan lindo, Jisunggie.- el nombrado se sonrojó y estiró el brazo para golpear al pelinegro con fuerza.

Minho fingió que en verdad lo había lastimado solo para poder ver esa mirada orgullosa que ponía cuando algo le salía bien.

Lee le había hablado a Yunho sobre algo muy importante y el segundo le había aconsejado no esperar más tiempo. Apenas iba a pronunciar una palabra cuando notó que el castaño ya se encontraba lavando sus trastes.

- Tardas demasiado.- comentó Jisung secando sus manos en el pantalón.- Voy a tomar un baño.

Dicho y hecho. Han ya estaba en el baño y se escuchaba como el agua repiqueteaba contra las baldosas de la regadera. Suspiró pesado aún inseguro de lo que haría. Su lobo lo animaba.

Esperó en el sillón de la sala a que Jisung terminara de arreglarse para después llamarlo.

- Jisunggie, ¿recuerdas que el segundos día que estuviste te iba a decir algo pero Seo llegó?- el contrario negó.- Bueno, pues desde ese momento yo ya...

- Ya dilo, Minho. Te conozco lo suficiente como para saber que estás dando rodeos al tema porque estás nervioso.

Su lobo lo ánimo una última vez. Respiró hondo para tranquilizarse y hablar.

- Estoy enamorado de tí.- soltó de una buena vez.

Jisung abrió la boca para responder, nada salió de esta por más que lo intentó y solo salían pequeños ruidos preocupando al mayor.

- Seré sincero.- su voz no mostraba su habitual seguridad.- También siento lo mismo.- Minho no reaccionó estando seguro de que había algo más.- Pero tengo miedo, Minho, de que vuelvas a cambiar y me lastimes de nuevo...

- No lo haré, lo prometo.- se apresuró a decir.

- No puedo creerte, tiempo atrás dijiste lo mismo... ¡lo juraste! y no sirvió de nada.- reclamó, sus ojos aguándose.

No quería verlo porque sabía que si continuaba ahí cedería ante su lobo y lo olvidaría todo, pero no quería anudarse a él y que este volviese a cambiar y no poder hacer nada ya que sería su alfa.

- Voy a salir, no me sigas.- tomó su celular y salió del apartamento.

El lugar estaba vacío. Ahí se permitió liberar el llanto de dolor. Marcó el número de Jeongin mientras bajaba las escaleras.

- ¿Todo bien, Jisunggie?- el omega mayor se alarmó al escuchar como sorbió su nariz.

- ¿Puedo ir a verte?- se alegró de que su voz no sonara rota.

- Yo paso por tí, no es seguro que salgas solo.

Después de ponerse de acuerdo ambos se verían en un punto intermedio pues Jeongin estaba en una plaza cerca del castaño.