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Una agradable sensación se instaló en ambos por la calidez que se transmiten, aunque siempre habrá alguien que por desgracia lo interrumpa.
El celular de Jisung comenzó a sonar, cuando el dueño hizo ademán de levantarse el contrario intentó impedirlo hasta que recibió una mirada de advertencia por parte del castaño.

- ¿Qué pasa, Changbin?

El alfa con tan solo escuchar el dulce tono que usó con el otro rodó los ojos aburrido.

- Cachorro, salgamos un rato.

- No puedo...- quería evitar la pena de mencionarle su estado.

Minho al escuchar una negativa prestó atención a la conversación, mientras que Seo bufaba al otro lado de la línea.

- Yo creí que querías pasar el menor tiempo posible con él, ¿acaso te hizo algo?

- ¡No!- se alteró- No puedo salir, Binnie...

Deseó que no le pidiera una explicación, pero claro que la pidió.

- Estoy en celo.- susurró con pesar.

Eso fue suficiente para que el mayor saliera de su casa lo más rápido sorprendiéndose a sí mismo por la velocidad con la que se movió.

- ¿En qué parte del edificio están?

Su voz firme le erizó los vellos, él realmente no recordaba pues subió con la mirada gacha preparándose mentalmente por lo que pudiera pasar, aunque nunca imaginó entrar en celo.

Un tenebroso "no sé" se escapó de sus labios.

- ¿En qué parte del edificio estamos, Minho?

- Ayer dije que no lo quiero aquí.- recordó el azabache irritado.

Pudo escuchar a Seo maldecir al otro alfa por teléfono y uno que otro comentario.

- Cachorro, pásale el teléfono a Lee, por favor.

La suave voz que usó Changbin lo llenó de desconfianza sobre lo que fuera a decirle. Le tendió el celular al contrario, quién lo aceptó enseguida.

- Escúchame bien Lee, voy a ir quieras o no.- sentenció y antes de escuchar una negativa pasó a la amenaza.- Ahórrate la vergüenza con tus vecinos, soy capaz de ir puerta por puerta preguntando por tí.

Minho hizo una rabieta por dentro al no ver más opción que darle la dirección pues no quería poner en duda la palabra del contrario.

- El número 2, tercer piso.- gruñó.

Jisung estaba asombrado por el cambio de decisión del azabache, porque creyó que nunca cedería. Cuando le regresó el aparato, la llamada había finalizado.

- Voy a tomar un baño.- avisó entre dientes, evidentemente molesto.

El omega no quería quedarse sólo en la sala, se sentía fuera de lugar en ese apartamento. Antes de que el contrario se fuera, que ya llevaba la toalla sobre el hombro, lo sostuvo del codo antes de que encerrara en el cuarto de baño.

Las palabras sobran si reconoces el lenguaje corporal, y éste es el caso de Minho, además de que ambos lobos se buscaban incesantes.

- No estoy molesto, Sunggie.- mintió para que lo dejara.

- Sólo basta con olerte para darse cuenta de que sí.- retiró su mano poco a poco.- Además, no es eso...

Torció la boca al no encontrar las palabras para expresarse sin quedar en ridículo. Lee tiene en claro que el menor no quiere que lo deje "solo", algo muy común cuando el lobo predomina al humano.

celo con el enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora