celo con el enemigo

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Despertaron cómodamente acurrucados, su calor corporal los mantenía tibios. Ninguno quería separarse del otro, pero Jisung realmente necesitaba un baño pues sentir la suciedad en su piel lo incomodaba.

Con demasiada fuerza de voluntad, se separó de Minho y se metió al cuarto de baño. Cuando el mayor escuchó que Jisung estaba dentro de la regadera se metió al baño a lavarse los dientes.

Se diferenciaba la sombra del omega por la cortina y pensó en molestarlo un poco.

- Me gusta cómo se ve mi marca en tu cuello.- bromeó, pero a su lobo no le pareció gracioso el que lo haya ignorado y tampoco haya reclamado al omega como suyo.

Le dolió un poco ver cómo Jisung llevaba sus manos inmediatamente a su cuello en busca de la "marca".

¿Enserio le parecía tan horrible la idea de ser su omega? Se preguntaba ahora el alfa.

Mientras el otro salía de la regadera, se puso ropa deportiva para estar cómodo. Jisung, al salir, quiso ponerse ropa cómoda pero en su maleta sólo habían pantalones ajustados.

Hurgó en el armario de Lee y sacó unos pants y una camiseta holgada, vistiéndose con ellos sin siquiera avisarle de que usaría su ropa.

Lo miró en la cocina preparando el desayuno e insistivamente se acercó para abrazarlo por la espalda.

Inhaló profundo llenándose del aroma a roble y cacao que el mayor portada, sintiendo un ligero aroma a mirra y prefirió no decir nada al respecto.

Jisung continuaba aferrado a la espalda siguiéndole a tropiezos por toda la cocina ya que ni él ni su lobo querían separarse de su mayor.

- Hannie, si no me sueltas te vas a caer.- se dió la vuelta y lo cargó para sentarlo en la barra. Cuando se iba a ir, el menor lo atrapó entre sus piernas.- Sube a mi espalda, entonces.

El omega, victorioso, trepó a su espalda como le había sugerido y enterró su nariz en la clavícula ajena deleitándose con el olor. La mirra seguía ahí, casi inexistente.

Comenzó a pensar cosas extrañas, cómo que mientras dormían alguien más entró... Sacudió la cabeza para espantar esas ideas.

- ¿Por qué hueles a mirra?- el alfa se detuvo en seco por lo que dijo el omega.

Para Minho no era la primera vez que le decían eso, su madre una noche le contó anécdotas de cuando era bebé a un pequeño MinMin de 10 años con pesadillas. A él nunca se le olvidó cuando le dijo que olía como su papá que había fallecido tiempo atrás.
A mirra.

- No lo sé.- dijo confundido, apagando la estufa y regresando a la barra para poder mirarlo.- ¿Estás seguro?

Al recibir una respuesta afirmativa lo meditó algunos segundos, pues no estaba seguro de lo que significaba aquel aroma.
Jisung también estaba entretenido pensando que no objetó cuando Lee se separó de él para preparar el desayuno.

Puso todo en la mesa y se sentó en una silla mientras el omega lo miraba aún sentado en la isla de la cocina.

- ¿Piensas venir?- habló con comida en la boca obteniendo un mohín por parte del menor.

- El piso está frío.- mencionó mientras le mostraba sus pies descalzos.

Después de que Lee lo mirara esperando a que él se baje se dió cuenta de que no lo haría.

- Esto debe ser una broma.- farfulló para sus adentros.

Cargó a Han como si fuera un saco de papas hasta el asiento que ocuparía. Al depositarlo este rió suavemente ante la clara molestia del contrario.
Su lobo reprendió al castaño por complicar al alfa.

- ¿Estás molesto?- Lee negó, sonriéndole.

Terminaron de comer y el azabache levantó la mesa antes de que el contrario lo hiciera, adentrándose al cuarto y volviendo con unas sandalias para el menor.

El omega fue al fregadero y lavó los platos y utensilios que Minho utilizó para cocinar mientras el alfa lo abrazaba por la espalda como Jisung había hecho con él.

Mientras, Minho inhalaba cerca de su clavícula, buscando el olor donde se concentraba el olor del omega.

Desde que se mudó solo solía comprar los pequeños ramos de gardenias que vendían en la periferia de la ciudad. Sólo iba tan lejos por unas flores para tener algo similar al olor de Jisung en su casa. Lo bueno de esas flores era que el olor duraba incluso unos días después de que se marchitaban.

Percibió otro olor, naranja. Miró por encima de Jisung para ver el aroma que tenía el detergente para trastes, limón, entonces no podía ser el jabón.

- ¿Todo bien?- lo sacó de sus pensamientos, al parecer ya había terminado.

Asintió aún sumergido en su mente. No podía ser el olor de alguien más pues nadie que conozca duele así. Caminó a la sala mientras Jisung lo seguía.

El omega se aguantaba el dolor en su parte trasera mientras lo seguía, después de todo había sido su primera vez y Lee no parecía saberlo.

Encendió la televisión para distraerse un rato. Jisung se recostó de lado en el sillón descansando su cabeza en sus brazos.
El alfa por puro instinto acarició los cabellos de Jisung sin estar totalmente enterado de sus movimientos, hasta que un suspiro gustoso por parte de Han se escapó.

El omega estaba confundido pues su celo parecía saludarse al tener al alfa cerca pero en lugar del deseo sexual, deseaba estar pegado a él sin importar nada, peor su olor seguía liberando feromonas.

Golpearon la puerta del apartamento un par de veces. Minho se levantó sin ganas de atender la puerta. Su amigo apenas el dueño se lo permitió entró.

- Minho, el olor de Jisung se siente desde un piso más abajo.- informó Hyunjin, quién no parecía alterarse por eso.

- Deberías tomar un supresor.- recomendó a Jisung, cuando éste se quejó con un ruido insistió.- Jisung, ve.

El nombrado se puso de pie indignado y fue hasta la habitación y la cerró dando un portazo. Los amigos se miraron extrañados por el comportamiento del omega. Esperaron a que saliera, pero no lo hizo.

- Ve y arregla las cosas con él, vengo a verlo a él no a tí.

El azabache se fue a por Jisung no sin antes soltar un sarcástico "qué buen amigo" al más alto. Cuando entró vió como Jisung estaba completamente cubierto con una cobija.

- Vamos, Sunggie, no te enojes.- un gruñido fue lo único que recibió a cambio.- seré sincero, no tengo ni la mínima idea de lo que hice. Ya deberías saber que soy medio idiota, soy un hombre y para terminarlo de joder soy un alfa, eso me hace lo doble de idiota.

Supo que estaba funcionando cuando escuchó al menor reír y dejar de aferrarse a la cobija. Se recostó junto a él y se metió bajo la tela para poder mirarle.

- Aparte de idiota, soy celoso y egoísta. No quiero que nadie más pueda sentir tu olor.

Estaba siendo totalmente sincero, por ende se escondió en el pecho ajeno avergonzado. Después de eso lo convenció de tomarse un supresor.

- Salgamos, que mi amigo vino a verte a tí.- por más que intentó esconder los celos, eso fue lo único que dió a entender con la forma en la que lo dijo.