Capitulo 1

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El cuarto oscuro donde me encuentro es una habitación reservada, frente a mi está el hombre que solicito mi presencia, en mis manos aún tengo el látigo con el cual he estado atormentándolo.

Tiene esposadas las manos y pies para que no se mueva o intente escapar, una campana que indica el término de la sesión, me devuelve al presente veo en la piel del joven algunas marcas dejadas por el látigo.

Lo libero retirándole la venda de los ojos y dejándolo observar el lugar.

-Dime ¡Por que no ocupaste la palabra de seguridad! - me retiro aun lado y busco en mi bolso un ungüento para aliviar las heridas

-No me duele por eso no creí necesario ocupar la palabra

Solo lo observo un momento y niego con la cabeza. Me siento en un costado de la cama y coloco con suavidad el ungüento.

*Hay- logro escuchar del joven

-Vamos no se queje, sabes cuan exigente puedo ser, por eso necesito que utilicen las palabras de seguridad

Termino de aplicar el ungüento, tapo al joven con una sábana que esta aun costado y lo dejo descansar.

-Me retiro, quédate un rato le avisare al gerente que te quedaras un poco mas

-Gracias, por lo de hoy, podre verte la siguiente semana

-No lo creo, sabes muy bien que no suelo frecuentar mucho el lugar

Tomo mi bolso y salgo de la habitación cerrando la puerta, la joven sirvienta que está afuera, tiene una bandeja en las manos donde dejo todo el material que ocupe.

-Gracias

-Hay alguien adentro – pregunta la joven al ver la puerta cerrada

-Si esta aún mi sita, se quedara un poco mas

-Le informare al gerente- toma todo y se retira por el pasillo

El pasillo de la mansión es lo bastante llamativo, hay muchos cuadros y adornos.

Cuando uno entra por la entrada de la mansión, cualquiera supondría que una familia adinerada vive dentro, pero en realidad es un lugar donde cualquiera que quiera ser tratado como sumiso por un amo, puede entrar y cumplir su fantasía.

Frente a un espejo que hay en el pasillo, me veo y acomodo mi traje, retiro las lentillas, guardándolas en su estuche y sacando unos lentes de pasta. Por el pasillo escucho varios gemidos provenientes de algunas habitaciones. Algunas están cerradas y otras habitaciones se encuentran abiertas para que cualquiera pueda ver las escenas.

La mayoría de las habitaciones a un amo y dos sumisas o en algunos casos a sumisos de distintos sexos sirviendo a su amo.

Veo a Mateo un amo de cabello negro y ojos verdes, disciplinado a un sumiso, mientras que una joven está haciendo una felación al amo. Al encontrarse nuestros ojos, le sonrió y saludo con un gesto de la mano.

El me regresa el saludo y me mando un beso. Sigue con su disciplina después de eso.

Bajando las escaleras veo a una joven pareja subir, el amo lleva una correa en el amo y la joven lo sigue.

-Has terminado tu reserva- pregunta el joven al verme pasar

-Si la termine hace no mucho tiempo

-Si has terminado, por que no me acompañas a disciplinar mi sumisa

-Me quedaría, pero mañana tengo trabajo, en otra ocasión te ayudare

-Eso espero- sigue su camino por el pasillo

Una Sola NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora