CAPITULO 3: VOLVERTE A VER

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Hace varios días que no tenemos pistas de Naraku aun que no hemos parado de movernos, a pesar de que eran días tranquilos igual han sido agotadores, los mareos son constantes pero debo fingir que no me pasa nada o los demás sospecharan que algo me sucede. El sirviente de Sesshomaru se presente ante nosotros escondido detrás de Ah-Un, temblando de miedo pues sabe que podría perder la vida.

-¿Qué haces aquí insecto? ¿Sesshomaru te envió?

-¡Inuyasha! Cálmate.

-Tu mujer necesito que vengas conmigo.

-¡¿Por qué demonios Kagome iría contigo!?

-¡Inuyasha calla un momento! ¿Jaken a sucedido algo?

-Rin está enferma y el amo Sesshomaru no está... Si algo malo le pasa a Rin el Amo me va a...

-¡Fhe! No es nuestro problema.

-¡Inuyasha! ¡Rin no tiene la culpa de la estúpida rivalidad que tu y Sesshomaru tienen! Jaken vamos ahora mismo.

-¡De ninguna manera lo consentiré!

-¡Pues no te estoy pidiendo permiso! ¡No eres nadie para impedirme nada! –La mirada atónita de los chicos y de Inuyasha se poso sobre mí, tal vez me pase un poco pero me molesta que siempre quiera darme ordenes cuando yo nunca le he prohibido ver a Kikyo; sin decir nada mas subí sobre el dragón junto a Jaken, si Rin me necesita no la voy a dejar sola.

Llegamos a una cueva donde Rin se encontraba dormida en el suelo, la toque percatándome de la fiebre tan alta que tiene, saco de mi mochila una botella de agua mojo un pañuelo, al ponerlo sobre su frente se despertó.

-Señorita Kagome...

-Shhh Rin tranquila yo te cuidare... Toma estoy descansa. –Le di un poco de jarabe para la fiebre que llevaba en mi mochila para cualquier emergencia, inmediatamente se volvió a dormir, al cabo de una hora su temperatura era normal, aun así debo quedarme un poco más para asegurarme que está bien.

-¿Qué haces aquí? –Esa voz me helo los huesos, me volví para mirarlo mientras hacia mi mejor esfuerzo por mantener la calma.

-Sesshomaru, Rin está enferma y vine para curarla. –Tenia de nuevo esa mirada... Antes me daba igual pero desde aquella noche en se fue y lo último que me dio fue esa misma mirada cargada de desprecio, me duele en lo más profundo, desvié la mirada para evitar verle a los ojos, aun no soy capaz. –Sé que mi presencia no es de tu agrado, pero por favor permite que me quede hasta asegurarme que está bien. –Tan elocuente como siempre salió de la cueva sin decir una palabra, supongo que es un sí.

-Señorita Kagome...

-¡Rin! Qué bueno que despiertes, como te sientes.

-Mejor ¿ha sido usted quien me curo?

-Si cariño... me preocupaste mucho.

-Señoria Kagome...

-¿Sucede algo?

¿Por qué no había vuelto? ¿Ya no me quiere? ¿Está molesta con Rin? –Esas palabras y ver sus ojitos llenarse de lagrimas me han partido el alma, me acerco a ella y acaricio su cabello.

-Cariño claro que te quiero, tú no has hecho nada malo pero... -¿Qué podría decirle que explique mi ausencia este mes?- He estado muy ocupada en mi mundo ¡Además mira lo que te he traído! –Saque de mi mochila unos chocolates, así se olvidara del tema, comí chocolate mientras me contaba sus aventuras estos últimos días, pero quizá los chocolates no fueron buena idea, tuve que correr fuera de la cueva e ir a unos arbustos a vomitar, me maldigo internamente.

Al volver a la cueva Sesshomaru y Jaken que estaban sentados en la entrada me miraban ¿Acaso tengo algo en la cara?

-¿Estás bien humana?

-Si Jaken solo vine un poco enferma de mi época.

-Humanas débiles. –Jaken a veces puede ser igual de pasado que su Amo, volví adentro con Rin, la extrañe mucho todo este tiempo, ella no tiene la culpa y abandonarla así fue muy egoísta de mi parte.

Cuando se hizo presente la noche volvió a dormirse, recogí mis cosas dejándole solo una frazada para que se protegiera del frio, al salir me dirigí al Youkai responsable de mis problema.

-Sesshomaru.

-¿Qué?

-¿Podrías permitirme venir a Rin luego? Ella siente que la e abandonado. –Me miraba como si le estuviera preguntando alguna locura.

-No te he prohibido verla que yo recuerde.

-Sí pero creo que mi presencia no te gustaba mucho.

-Nunca te importo ¿Cuál es la diferencia ahora? –Tengo una muy buena respuesta para eso pero mejor la reservare.

-Bueno, ya me voy. –Me di la vuelta y empecé a caminar alejándome de él, es increíblemente difícil estar cerca de él pero tendré que soportarlo. Después de unos minutos caminando me di cuenta que en realidad yo no tenía idea de a donde debía ir, estúpido de mi parte.

-Tan estúpida como siempre. –Su masculina voz me sorprendió haciendo que tropezara y cayera al suelo.

-¡Oye no aparezcas así me has asustado.- Me levanto sacudiendo mi vestido y empieza a caminar, supongo que debo seguirlo. El silencio es incomodo y podría tocar la tensión con mis manos, intenta seguirle el paso pero de nuevo los mareos se presentan.- Podemos parar un minuto en verdad no me siento bien.

-Un minuto miko. -Saque el agua de mi mochila tomando lo que quedaba para ayudar a reponerme, en este momento podría decirle, pero tengo miedo, podría matarnos a los dos. –Sigamos.- Anuncio poniéndose en marcha. Luego de un rato vi una fogata a lo lejos, ahí deben estar mi amigos.

-Gracias Sesshomaru. –Estaba a menos de un metro de distancia de él, cruzamos miradas y no vi ese habitual odio, su mirada reflejaba la ternura con la que me veía esa noche, seguro que me lo estoy imaginando.- Hasta pronto.

CONTINUARA...

ALGUIEN A QUIEN PROTEGERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora