CAPITULO 8: UN GRAN PROBLEMA VIENE DESPUES DE OTRO.

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Otros dos meses se fueron y mi panza ya es evidente, engordo por minutos y a pesar de que no hago mucho –ya que no se me permite- cada vez me canso más rápido. No he visto a mi familia en todo este tiempo, ni a mis amigos, Shippo debe estar pensando que me olvide de él.

-¿Se encuentra usted bien mi Señora?

-Si Ryuko solo pensaba en mi familia y en lo mucho que los extraño.

-¿El Señor aun no le permite verlos?

-Y no creo que lo haga en mucho tiempo... es que AAAFFF me tiene aquí encerrada y me estoy volviendo loca, es tan... frustrante.

-Mi Señor solo quiere cuidarla a usted y al futuro señor, es muy protector.

-Sobre protector diría yo... Lo entiendo en verdad lo entiendo, pero quisiera que Sesshomaru me entendiera un poco. –Si exacto, si él me escuchara tan solo una vez podría solucionarlo, pero él se mantiene en su fuerte de hierro, en estos dos meses no ha cambiado en lo más mínimo, rara vez dice algo se va durante días sin decir adonde y se limita a dar órdenes y criticar que mi comportamiento no es apropiado y que debo comportarme como una señora.

¿Tan difícil es aceptarme como soy? ¿Tan difícil soy de querer? Tal vez sea por la diferencia de épocas... Pero yo lo acepto como es, yo lo quiero como es... Lo quiero ¿En qué momento llegue al punto de aceptarlo con tanta facilidad? Bueno la verdad da igual, solo importa que lo quiero.

-Mujer. –La voz de Sesshomaru a nuestras espaldas nos sobresalto, inmediatamente Ryuko se desvaneció y la envidio, ojala yo pudiera huir tan fácilmente.

-¿Se te ofrece algo?

-Yo venía a preguntar eso.

-Creo que no entiendo.

-Rin dice que estas triste y que no quiere que es estés así.

-Entonces estas aquí por Rin, no porque realmente te interese si algo me pasa. –Mi comentario lo hizo molestar lo veo en sus ojos.

-Kagome...

-No importa Tú no quieres darme la cura para mi sufrimiento. –Me levante del futón y salí de la habitación pasando por su lado sin mirarlo.- Si se me permite quiero ir a caminar. –No pude ocultar el sarcasmo y el desdén en mi voz.

-Las sirvientas...

-Irán conmigo, ya lo sé. –Ya me cansa el mismo cuento.

++++

La miko sea a comportado diferente los últimos días, ya no pone quejas ni pelea cuando le ordeno algo, se supone que eso me alegre ya que por fin está aprendiendo modales y a respetarme, pero en el proceso está perdiendo el brillo en la mirada.

¿Sera mi culpa? Tonterías, como mi mujer debe someterse a mi voluntad.

Le molesta que cuando sale del palacio las sirvientas van con ella, pero son fuertes, van con ella para protegerlos, a ella, al bebe y a Rin, pero es terca como una mula.

Al menos hoy acepto sin poner peros, me molesto su sarcasmo aunque por esta vez lo dejare pasar, solo porque extrañaba que me desafiara, aun que haya sido sutilmente.

-¡AMO SESSHOMARU! –Unas de las sirvientas que estaba en compañía de Kagome llego corriendo-

-¿Qué ha ocurrido?

-¡Su mujer! ¡Su medio hermano irrumpió en el jardín y esta con ella! -¡Inuyasha! ¡No creas que vas a llevártela!

++++

-Ah que buen clima hace. –Al menos el jardín es un pequeño escape de esa jaula que me impusieron.- ¿Verdad Ryuko?

-Claro que si, la primavera es la estación más bella. –Ryuko es la única en el castillo –aparte de Rin- con la que puedo mantener una conversación, de no ser así ya habría perdido la cordura, Karina por otro lado es antipática y desagradable, no le agrado –ni ella a mi- ella tenía las vagas esperanzas de que Sesshomaru la hiciera Señora del Oeste, y mi presencia arruino los planes que tenia para su vida, lo peor de todo es que Sesshomaru la asigno como guardaespaldas, es una molestia.

Una explosión perturbo la paz, una explosión que yo conozco a la perfección ¡El viento cortante! ¡Inuyasha!

-Fhe conste que les dije que me dejaran pasar por las buenas.

-¡INUYASHA!

-¡Kagome! ¡Me has ahorrado el resto del camino! –Me regalo una sonrisa, una de esas sonrisas que tiene solo al final de una travesura.

-Señora Kagome...

-Tranquila Ryuko el no nos hará daño ¿Cierto Rin?

-Si el Señor Inuyasha es el hermano menor del amo. –Aunque no parecía muy convencida Ryuko dejo su posición de ataque, pero aun se mantenía alerta.-

-Al amo no le va a gustar esto.

-¿Tu vas a decirle Karina?

-Es mi deber con mi Señor.

-Entonces ve como la perra faldera y chismosa que eres. –Molesta y con ganas de matarme corrió hacia al castillo y eso no nos deja mucho tiempo.- Tendremos unos cinco minutos, dime que has venido.

-Kikyo me ha mandado a darte un mensaje.

-¿Un mensaje? ¿Sobre qué?

-No lo sé no me dijo, solo me dio una carta para ti, recuerda que los arboles tienen oídos. –Me entrego la carta enviada por Kikyo, esto es extraño pero viniendo de ella tendrá una buena razón.- Ya viene el idiota...

-¿Que tan pronto? ¡Vete Inuyasha! –Por primera vez –y se lo agradezco- se fue sin pelear, ya tengo suficientes problemas como para tener que soportar una lucha entre estos dos.

-¡¿Qué demonios hacia el hibrido aquí?! ¿Acaso planeas huir con él? –Está furioso y sus ojos están rojos.- Ustedes dos lárguense. –Ryuko y Rin estaban tan asustadas como yo, pero obedecieron a Sesshomaru y se fueron.

Dejándome sola con el problema.

CONTINUARA...

ALGUIEN A QUIEN PROTEGERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora