Epílogo

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Las campanas de la aldea sonaron fuertemente alertando a todos lo habitantes de que alguien se aproximaba.
Y ese alguien no era más que el Lord del Oeste junto a su esposa y sus tres hijos, que como era costumbre llegaban junto al invierno para visitar a sus amigos, los dos pequeños se asentaron en la aldea corriendo hacia la cabaña de Kaede entrando sin previo aviso.

-Abuela Kaede ya estamos aquí. - Anuncio el mayor alegremente muestras tomaba las manos de sus hermanas, si dos pequeñas niñas de Dos años idénticas a su padre, Irasue y Nahomi, las hijas más pequeñas de la pareja, los tres hicieron una reverencia ante la anciana antes de abrazarla.

-Pequeños qué alegría verlos. - Saludo la mayor correspondiendo al abrazo de los niños- ¿Donde están sus padres?

-Se quedaron atrás... Son muy lentos...

-Toga! -El pequeño se estremeció al escuchar la voz de su madre fuera de cabaña, está entro dándole un pequeño toque en la cabeza- te escuché, a tu padre no le haría ninguna gracia- Reprendió.

-Vale lo siento madre.- Sonrió pícaramente para contentar a su madre, si bien era un Youkai completo, su actitud era muy parecida a la.de su tío InuYasha.

-Esta bien, porque no van a buscar a Hotaru y Akane para jugar.- Los hijos de InuYasha y Kikyo habían formado un gran lazo con sus primos, estos fueron corriendo a su encuentro sin pensarlo mucho, seguro estarían en su cabaña, ya que estos al ser cuarto demonio se enfermería con facilidad al estar mucho tiempo en la nieve, por su parte ellos nacieron siendo puro y nunca de habían enfermado.- Abuela Kaede como te encuentras.- Saludo por fin.

-Muy bien gracias a los dioses ¿Y tu esposo?

-Debe estar por ahí cerca, ya sabes cómo es Sesshomaru. -Dijo con un poco de ironía- hay cosas que nunca cambiarán, pero en fin ¿Como han estado ustedes?

-Muy bien, desde que el Lord reclamo esta aldea como suya los Youkais no nos atacan, y los humanos mucho menos, es un lugar pacífico, al menos así al momento de morir podré irme en paz sabiendo que mi quería gente está bien.

-Abuela no digas eso... Aún nos acompañaras muchos años más, además, te traigo una sorpresa.

-¿Una sorpresa?

-¡Si! -Dijo juntando sus manos y casi saltando de emoción- ¡Estoy embarazada!

-Fhe! Entonces ese bastardo seguirá reproduciéndose sin control. -Dijo InuYasha que venía entrando en la cabaña junto a Kikyo, Sango y Miroku.

-¡InuYasha! No digas eso. -Lo regaño kikyo.- estoy muy feliz de escuchar eso Kagome, es una gran noticia para el Oeste, la llegada de otro príncipe.- Kagome se levantó para recibir el abrazo de Sango y kikyo y sus felicitaciones.

-!Muchacho! Me alegro de verlos! Quise visitarlos antes pero y saben... Nuestras tierras dan mucho trabajo.

-Lo sabemos señorita Kagome, igualmente siempre será bienvenida en nuestro hogar.

-Gracias Miroku.- Observo. InuYasha que parecía fastidiado en una esquina.- Creo que tú no me extrañaste InuYasha.

-Claro que si mujer- Dijo rodando los ojos- Pero estás cursilerías no van conmigo.

-Jaja lo sé, lo sé, solo me gusta fastidiarte.

-¿Donde esta el idiota? Por lo general nunca se separa de ti.

-No lo digas así, debe estar cerca, iré por el.-Salio de la cabaña y se adentro en el bosque en busca de su compañero, lamentando fuertemente no haber llevado nada que la abrigar lo suficiente, llegó hasta el pozo sagrado, donde todo esta historia comenzó, parándose frente a él y acariciando su madera con nostalgia.

-Te resfriarse mujer.- dio un pequeño brinco al escuchar su voz, estaba tan absorta en sus pensamientos que no noto su presencia, se acercó a ella desde atrás cubriéndola con su cuerpo y su estola.

-Sesshomaru... Te estaba buscando.- el la observó con detenimiento cómo está aún tenía su mano sobre la madera del pozo.

-¿Te arrepientes?

-¿Arrepentirme? ¿De que?

-De quedarte en este mundo conmigo.- Sorprendida por la pregunta, se giró entre sus brazos hasta quedar frente a él y rodeándolo con sus brazos igualmente.

-¿Preguntas eso luego de cinco años?

-Kago...

-No seas tonto, nunca me sentí tan segura de algo en mi vida como lo estoy de tí.- Se alejó un poco para verlo a los ojos- Te elegiría en esta y en la otra vida Sesshomaru. - Por supuesto que lo haría, el le demostró que la ama, se arrepintió de sus errores y vivió en su mundo algunos meses enmendado su error, y ahora ella siempre estará a su lado.

-Mi luna y estrellas ¿Que haría yo sin ti? -Ambos se fundieron en un beso lleno de amor, rodeados de la blanca nieve que ahora era testigo de cuánto se amaban, y de que ni el destino los podría separar.

~FIN~

Primero que nada, perdón por tardas tanto en subir el final 🥺 es que la universidad acapara mi vida y no me da tiempo de nada.
Gracias a todos los que votaron y comentaron mi historia ❤️ los quiero enormemente ❤️

ALGUIEN A QUIEN PROTEGERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora