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16. Capitulo

Kakashi se dirigió a su cuarto no quería despertarla pero tenía que hacerlo saldría de misión por algunos meses y apenas llegaría unos cuantos días antes de la ceremonia de entrada a la academia, ese tiempo en el que no estaría la cuidarían los Uchiha quienes estaban encantados de poder tenerla con ellos. Antes de abrir la puerta se percato de un olor a comida abrió la puerta solo para comprobar que no estaba ahí, se quedo por un segundo observando el cuarto – ya cuatro años desde que llegaste – nunca se le abría cruzado la idea de tener un cuarto con tonos pasteles en su casa pero ahí estaba decidiendo si los peluches eran suficientes o si debería comprar mas – como cambia la vida – se adentro al cuarto para inspeccionar la maleta que parecía más que lista, ropa, cepillo de dientes, pasta, zapatos, su peluche favorito, sus libros especiales que le regalo Asuma, rodeo un poco los ojos al ver las pesas que le había dado Gai a un lado de la maleta aun así agradecía ese pequeño entrenamiento ; todo parecía estar en orden la volvió a cerrar, salió del cuarto para dirigirse al baño y alistarse. Cuando termino se dirigió a la cocina, solo la observo, había pasado casi un año desde que estaban juntos como una familia oficial ante la ley fue difícil al principio ya que la recuperación no era sencilla y Kakashi se preocupaba demasiado por cada detalle sin embargo Hinata había demostrado mucha madurez al afrontar la situación con la mejor de sus sonrisas cada vez que se caía, tropezaba o se perdía dentro de espacios que ella conocía se tomaba su tiempo para descargar su frustración para luego respirar y seguir adelante, todos sus tíos incluidos la familia Uchiha habían colaborado en el proceso ayudándola con sus sentidos y enseñándole diferentes métodos sensoriales para que no se encontrara tan indefensa, el que ella fuera a la academia le preocupaba sentía un temor al pensar que se integraría al mundo shinobi pero Hinata parecía querer hacerlo y el aun con todo lo que sentía no la detendría, el prometió estar siempre con ella sin importar nada, en vez de lamentarse la empezó a entrenar con esmero aun así el ritmo no era tan agresivo, todo a su tiempo, estaba convencido de que llegaría a ser una gran ninja. Verla cocinar antes de cada una de sus misiones se volvió costumbre siempre la acompañaban sus perros ninjas quienes vigilaban que no se lastimara o quienes, si tardaba mucho en encontrar una cosa, le indicaban donde estaba para que la buscara como recompensa también tenían un rico desayuno, le agradaba ver que su pequeña crecía cada vez mas y considerando su edad era muy independiente aunque en ocasiones tenia esos pequeños arranques infantiles como cualquier otro niño

- Buenos días Otosan podrías poner los platos en la mesa – sin duda era su orgullo y sin duda alguna esas sonrisas eran lo mejor de su día

- Buenos días pequeña ¿emocionada por ir con los Uchiha? – Hinata asintió con entusiasmo

- Si!

- ¿Emocionada por ver a Sasuke?

- Si! – Hinata tardo en procesar lo que había dicho - ¡Otosan! – el sonrojo en su hija lo hizo reír provocando que ella también se empezara a reír – hay que apurarnos o se hará tarde

Kakashi ya había aceptado la relación de esos dos, infantil, pero un noviazgo de todas maneras ¿y cómo no hacerlo? Ese niño se había ganado a pulso su permiso, demostrando como la apoyaba en todo momento, mientras no le hiciera daño a su princesa no habría problemas. Era increíble como su familia de uno había aumentado en gran medida y lo mas increíble era que cada día que pasaba creía sanar un poco mas de todo su pasado. Al terminar el desayuno ayudo a Hinata a terminar de prepararse poniendo las pesas debajo de su ropa y peinándola, en el proceso de vivir con Hinata se dio cuenta que tenía un talento oculto para peinarla le gustaba hacerle diferentes peinados para realzar la belleza de su hija, cuando estuvieron los dos listos se encaminaron al distrito Uchiha en donde comenzaba un nuevo día con personas que abrían sus negocios, iban a sus trabajos o salían a hacer mandados, cuando los veían pasar les hacían una pequeña reverencia y los saludaban así de serio era el "compromiso" de uno de los hijos de su líder 

Esta vez, yo nos salvare.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora