013:

94 3 0
                                    

Narra Jorge:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narra Jorge:

- ¿Sigues enfadada? - pregunto con voz suave mientras entro lentamente a la habitación - sé que no estoy estando en los últimos momentos del embarazo, pero sabes que estoy contigo todo el tiempo que mi trabajo me lo permite.

- Estoy cansada de pelear contigo a cada momento - susurra sin girarse para mirarme - sé que desde que supe lo del embarazo mis hormonas no te lo han puesto nada fácil pero tú tampoco le has prestado la atención necesaria a tu hijo.

- Ya te he pedido disculpas por eso Samira - hablo mientras acarició su espalda dulcemente - soy el capitán, no puedo desaparecer de los entrenamientos como si no pasará nada, sabes todo lo que he tenido que luchar para llegar hasta aquí.

- Lo sé porque lo he pasado a tu lado - responde y yo bajo mi mirada - si yo he hecho todo lo posible por entenderte después de un mal partido o de un mal día ¿por qué no puedes hacer lo mismo por mi?

- Sabes que intentó hacerlo - susurro antes de besar su cabeza - sabes que todo lo que hago es por ti y que intentó siempre que seas feliz, que a veces me equívoco lo aceptó, pero no quiero estar siempre contigo como en un campeonato de boxeo en el que cada palabra que diga va a significar un nuevo golpe.

- Todavía estás a tiempo de irte si es eso lo que quieres - me responde y escucho como un sollozo se escapa de sus labios - no estás obligado a estar conmigo, si tan mal lo pasas y te hago sufrir tanto.

Narra Samira:

- Llegas tarde - informo y él asiente con su cabeza mientras yo me hago a un lado para dejarlo pasar - tienes los papeles en la mesa.

- ¿De verdad estamos a punto de hacer esto? - pregunta y yo me encojo de hombros antes de bajar mi mirada - pasan los años, mi corazón te sigue amando.

- Tu cabeza pide huir - afirmo y él me mira a los ojos - pasan los años y seguimos en el ring, en este combate de boxeo a los puntos buscan por salvar lo que tenemos juntos.

- ¿Dos veces al mes? - pregunta y yo asiento con mi cabeza - dos vis a vis cada mes.

- No voy a quitarte el derecho de cuidar de tu hijo Jorge no soy nadie para hacer eso, no lo era antes de conocerte y tampoco lo soy ahora - responde y él baja su mirada hacía los papeles del divorcio - es todo lo que ya habíamos acordado pero si quieres leerlo no me importa.

- Aunque tachemos cada día del calendario como si fuera un condena por cumplir - susurra y yo niego con mi cabeza mientras intento mantenerme serena como me había prometido a mi misma - pelear contigo es lo mejor que me ha pasado jamás.

- Me enseñaste tantas cosas sobre mi - confirmo y él coge mis manos provocando que yo levante levemente mi mirada hacía él.

- Que hoy me he armado de valor, para venir a preguntarte, si me aceptas como eterno contrincante.

18 añosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora