18 años

08:

Narra Isabella:

- ¿No os ibais todos ya? - pregunto cuando veo a José María colocándose los guantes - sabes que nunca me ha hecho falta portero para que me cueste meterla entre los tres palos.

- Quién sabe a lo mejor hoy es tu día de suerte - me responde sonriendo y yo me encojo de hombros antes de mirar el balón antes de suspirar - los tiros no se piensan Fernández creía que tu hermano ya te había explicado como iba esto.

- Es que sino lo pienso puede que la lie - comento y el rubio niega con su cabeza preparándose - no lo pienses Isabella solo hazlo - me susurro a mi misma antes de golpear  y que le diera de lleno a José María - te dije que tenía que pensarme el tiro.

- Estoy bien - susurra mientras se deja caer al suelo colocando sus manos sobre su costado - pero si no creo que venga mal que te pienses los tiros para que no asesines a personas inocentes.

- Eso pasa por no hacerme caso - protesto mientras me arrodillo en frente de él - ¿te duele mucho? - pregunto con miedo y él niega con su cabeza - ¿seguro?

- Estoy bien Isabella, he tenido golpes peores - contesta y yo termino de sentarme en el suelo para acomodar su cabeza sobre mis piernas - ¿desde cuando eres tan cariñosa pequeña Fernández?

- Cállate Amo - pido mientras quito sus manos lentamente y levanto su camiseta - pero si no tienes ni un cardenal.

- No si en verdad no me ha dolido - informa riendo y yo lo miro indignada - solo quería saber hasta donde ibas a ser capaz de llegar pequeña Fernández.

- No quieres saberlo - susurro acercando mi rostro al suyo y dejando mis labios a unos centímetros de los suyos - no eres el único que sabe jugar Amo.

- Esta te la guardo - amenaza mientras yo me levanto riendo.

Narra José María:

- No creía que este amor apareciera así donde nadie buscaba - susurro mientras acuno al pequeño y este cierra sus ojos lentamente.

- Creo que el universo hizo los planes - escucho la voz de Isabella antes de sentir unos brazos por mi cintura - nos dejaba tan cerquita, sin llamarnos la atención.

- No me dio ni tiempo de alertarme y caí en las manos del destino y su conspiración - canto mientras dejo al peque en su cuna y me giro hacía ella - fue quien te acerco hasta mi, y así me enamore de ti.

- Hoy no puedo pensar en nada más -comenta mientras yo la abrazo pegándola más a mi para que ella acomode su cabeza sobre mi pecho - al cerrar los ojos aquí estás y es que al parecer mi corazón ya tomo esa decisión.

- Llévame a tu lado ¿a dónde vas? - pregunto antes de besar su cabeza - porque ya eres tú mi dirección, del camino a donde voy.

- Creo que deberíamos ir a grabar el nombre del pequeño - susurra mientras yo acaricio su espalda dulcemente.

-Tu hermano ya mismo nos tira el balón a la basura ¿eres consciente? - bromeo y un pequeño suspiro se escapa de sus labios - porque ya eres tú mi dirección del camino a donde voy.