Cada mañana se despierta con un nudo en la garganta y un agujero en el pecho, con una sensación que no le deja respirar y que oprime su corazón con brutalizad.
Siente el peso del mundo entero aplastarle y levantarse para afrontar el día a día es toda una odisea; las noches se han vuelto largas, eternas y extenuantes.
Está triste, se siente vacía y perdida, pero sabe que no tiene a quien culpar más que así misma.
¿Hasta cuándo continuará esa sensación que no la deja?
La ausencia le golpea crudamente y el silencio comienza hacer mella en su corazón; se mueve por inercia, en piloto automático, sin una dirección.
Ha pasado un tiempo desde que se fue de casa y los sentimientos son los mismos; nada ha cambiado, incluso todo se siente peor.
Tiene sentimientos encontrados entre lo que quiere hacer y lo cree debe hacer; pero su estado emocional es un desequilibrio descomunal. Todo se siente fuera de control en su interior y su percepción se ve alterada.
Le duele estar lejos de Clarke, pero también le duele pensar en estar cerca; porque a su parecer, no se merece el amor, la comprensión y los sacrificios de aquella mujer. Entiende que la elección de Clarke, de anteponer su relación por sobre sus deseos de ser madre, no fue tomada a la liguera; pero lo cree injusto, y por más que quisiera aceptarlo, no puede, no es capaz.
Le atormenta haberla puesto en la posición de elegir y no soporta la idea de convertirse en la persona que trunque sus sueños; después de todo, la vida puede darle todo cuanto quiere lejos de ella, sin concesiones, ni elecciones.
La vida de Lexa fue cambiada con la llegada de Clarke, con ella conoció el amor de una manera diferente, su corazón fue sacudido, se abrió y renació en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, hoy se siente de regreso a aquel lugar frio, oscuro y solitario, por el cual transitó por tanto tiempo antes de Clarke; lo cual le asusta y le agobia, porque sabe a dónde le puede llevar.
Ya no solo se trata de su ruptura y el estar lejos de Clarke, todo va más allá, incluso de ella misma; no lo puede controlar y siente que cada día se pierde un poco más.
Quiere volver el tiempo atrás, quieres hacer las cosas distintas, quiere saber en qué se equivocó. Necesita saber con certeza si fue su culpa, si lo pudo evitar o si hubo algo más que pudiera hacer.
Al final todo vuelve a al mismo punto y está cansada.
Duele, duele como nunca nada a dolido, y quiere que el dolor se acabe, porque ya no puede continuar. Extraña y no quiere extrañar, solo quisiera recordar y celebrar que tuvo la oportunidad de convertirse en mamá. Quiere recordar la magia que se producía en su corazón cuando sentía su vientre aletear y saltar.
Todo se siente demasiado sofocante cuanto piensa en Isabella. Creyó que había avanzado y que de algún modo lo había superado, pero allí está otra vez, sintiendo la crudeza del dolor y la perdida como si fuera ayer.
¿Es que nunca se terminará en realidad?
Clarke le había ayudado a transitar por la realidad con menos dolor, sintió que podía sobrellevarlo de manera distinta y que era capaz de vivir una vida plena.
Su presencia había llenado en parte del vació de su corazón y su amor había ahuyentado la tristeza; las sombras que siempre le envolvían se habían despeado y la luz había vuelto a iluminar su camino.
Sin embargo, allí estaba, una vez más, de regreso a aquel lugar sombrío y vació del cual no se puede alejar, y que cada cierto tiempo vuelve a enfrentar.
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Despertar
RomanceClarke y Lexa, dos mujeres muy diferentes. ¿Cómo pueden sus vidas comenzar a entrelazarse? **Historia completa**